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EL ESTRELLON DE LA NBC

Choque de trenes entre la cadena de televisión NBC y la General Motors por un programa periodístico falseado.

22 de marzo de 1993

GENERAL MOTORS SlEMpre se mantuvo firme en su alegato de que los 4.700.000 pickups que produjo entre 1973 y 1987, con sus tanques laterales de combustible, fueron construidos con todas las especificaciones de seguridad de Estados Unidos. La gigante automovilística siguió defendiendo su diseño aun después de que un juez federal la condenara, la semana anterior, a pagar 107 millones de dólares por la muerte de un muchacho incinerado en un choque lateral.
A pesar de la condena, la compañía decidió reaccionar contra una edición de Dateline, un programa periodístico presentado en noviembre por el servicio de noticias de la cadena NBC.
En el reportaje una camioneta GMC se incendiaba ante las cámaras después de recibir un golpe en uno de sus costados. Pero los investigadores de la GM descubrieron que la cadena de TV había instalado dispositivos para encender la gasolina que escapara de los tanques laterales después del choque.
Ese detalle hizo que el Vicepresidente de GM Harry Pierce anunciara pasar a la ofensiva con una millonaria demanda contra la cadena de televisión, aun a sabiendas de que en casos anteriores la mejor fórmula para las fábricas ha sido mantener un bajo perfil. Su contraataque dio resultado, porque el abogado de General Electric -la matriz de NBC- se apresuró a reunirse con Pierce para buscar una transacción. Ante lo contundente de los hechos, la cadena tuvo que aceptar prácticamente todas las demandas de la GM, incluidos los costos en que incurrió la demandante para investigar los hechos. A pesar de la extraordinaria nota de disculpas leída en la noche del 10 de febrero, la compañía automovilística anunció además el retiro de su pauta publicitaria en el servicio de noticias de NBC, que asciende a más de 20 millones de dólares al año.
La derrota de NBC es el resultado de un fenómeno presente en la televisión de Estados Unidos: la desigual competencia entre los medios periodísticos "serios" y los reportajes sensacionalistas que reproducen los hechos "dramatizándolos".
Ese tipo de reportajes, estilo del "Ocurrió así" de la CNN, se distinguen porque se dedican a temas escabrosos y con fre cuencia pagan "testigos" para que aparezcan ante las cámaras y dejan de lado los principios éticos que rigen el trabajo pe riodístico.
Con esos elementos, los "tabloides de TV" tiene todas las de ganar ante el trabajo de los programas tradicionales, que se de dican a temas importantes pero mucho menos atractivos, como la protección del consumidor. De allí que estos están recurriendo últimamente a los mismos vicios de su competencia.
Pero mientras la fuerza de los "tabloides de TV" reside en su capacidad para producir sensaciones fuertes, la de los noticieros "serios" está en su credibilidad. El episodio del reclamo de GM contra NBC demostró los peligros de la competencia desenfrenada por el favor del televidente, que hace rato traspasó las fronteras de la ética.