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EL FANTASMA DEL HAMBRE

Según los expertos en la materia, 1991 podría abatir el récord de hambre en el continente negro.

2 de septiembre de 1991

GUERRAS, SEQUIAS, IMPREvisión o ignorancia, muchas son las razones que se conjugan en Africa para producir algo difícil de imaginar: la hambruna. El último número de la revista del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja revela la dimensión de las cifras, que en 1991 podrían alcanzar niveles sin precedentes. El panorama país por país, es el siguiente:

SUDAN
En Sudán no ha llovido durante los últimos dos años. Pero además, una prolongada guerra civil, ha producido desplazamientos masivos de población.
Las reservas de alimentos ya se agotaron y la supervivencia del 75 por ciento de la población depende del cultivo de pancoger. El ingreso anual percápita bajó a 480 dólares anuales, y dos millones de personas merodean desesperadas en los alrededores de Jartum. En total se estima que nueve millones de personas podrían morir de hambre allí.

ETIOPIA
1990 fue mas seco en Etiopía que los anteriores períodos de desastre, como 1973 ó 1984. Se trata de uno de los países mas pobres del mundo, donde la ausencia de una infraestructura agrícola y una encarnizada guerra civil que acaba de terminar, podría extender la hambruna a todos los sectores. Siete millones de personas podrían sufrir la hambruna, de las cuales 2,2 millones en Eritrea, 1,8 millones en Tigray y 900 mil en Wollo. Como en Sudan, las reservas alimentarias estan agotadas y se requiere un subsidio de un millón de toneladas de alimentos para este año.

LIBERIA Y SOMALIA
Estos países fueron escenario en los últimos meses del recrudecimiento de sus guerras civiles, donde se presenció la violenta toma de las capitales. Las actividades productivas, escasas de por sí, se han estancado.

BURKINA FASO
Aquí la tierra cultivable no alcanza para abastecer a la polación, el 90 por ciento de los habitantes dependen de la agricultura y 2,5 millones de personas podrían morir de hambre este año. Las cosechas fueron víctimas de una plaga de saltamontes y disminuyeron en el ocho por ciento frente a las escasas de 1989. Los síntomas son claros: los alimentos tienen un desproporcionado aumento de precios, en el mismo porcentaje en que baja el ganado. Las migraciones presentan niveles fuera de lo normal.

NIGERIA
En Nigeria el 80 por ciento del territorio es desértico y el 75 por ciento de la población vive en el 25 por ciento de la superficie, de la cual sólo el cinco por ciento esta cultivado. Eso hace que el país sea muy susceptible a las hambrunas, y en este año que la producción cerealera disminuyó en 300 mil toneladas.
Como resultado 2,5 millones de personas podrían sufrir la hambruna.

CHAD Y MAURITANIA
Con la caída de la producción cerealera, que significó mas de 200 mil toneladas de pérdida, en estos países el hambre podría afectar a mas de tres millones de personas.

ANGOLA
Treinta años de guerra civil en uno de los países de mejores recursos naturales de Africa, han detenido la actividad agropecuaria y han arruinado la infraestructura de comunicaciones. Aquí no importa que 1991 haya sido un año de buenas lluvias, pues los cuatro anteriores fueron secos. Podrían morir de hambre 1,9 millones de personas.

MOZAMBIQUE
Mozambique solamente produce el 15 por ciento de los alimentos necesarios para su población, como producto de 25 años de guerra que han dejado al país sin carreteras y sin semillas para revivir la agricultura. Las guerras intestinas tienen en jaque a cuatro millones de personas.

Las guerras africanas también han producido una multiplicación de refugiados, mozambiqueños en Malawi, etíopes en Sudán, sudaneses en Etiopía, liberianos en Costa de Marfil, Sierra Leona y Guinea.

Las cifras humanas resultan tan desproporcionadas, que es difícil creerlas. Pero lo cierto es que Africa vuelve a sentir este año las consecuencias a largo plazo del colonialismo europeo, que desvirtuó sus nacionalidades y convirtió al continente en una colcha de retazos.
Donde las fronteras corresponden sólo a los caprichos europeos, las guerras civiles son inevitables. Y como en la inestabilidad poco puede hacerse por el desarrollo, Africa estará sujeta a sufrir una y otra vez las inclemencias del hambre.
Es diciente que la ONU esté buscando 376 millones de dólares para salvar la situación, una cifra ridícula frente a los gastos militares del planeta.