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Ya fueron impresos y distribuidos 500 ejemplares del mapa traducido. | Foto: AFP / Axel Schmidt

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El mapa de Berlín que simboliza el drama de los refugiados

En medio de la consternación por el enorme flujo de refugiados en Europa, un migrante sirio tradujo el mapa del metro de Berlín al árabe para ayudar a los recién llegados a desplazarse por la capital.

15 de septiembre de 2015

Entre el maremágnum de refugiados, nuevas políticas y contradicciones europeas, ciertas iniciativas llaman la atención.

El periódico francés Courrier International reportó que en Berlín, por ejemplo, la compañía de transportes de la ciudad, BVG, anunció el lunes que un mapa del metro había sido traducido del alemán al árabe. La iniciativa busca ayudar a los migrantes de habla árabe a desplazarse por la capital.

En un comunicado de prensa la compañía precisó que “todas las traducciones fueron hechas por Ebrahim Kadour, un refugiado que llegó a Berlín hace algunas semanas”, con ayuda de Rafael Sánchez, miembro de un grupo berlinés de apoyo a los refugiados. “Ambos trabajaron en esa iniciativa de manera voluntaria durante todo el fin de semana”, añadió el comunicado.

Ebrahim Kadour está actualmente pidiendo asilo en la capital alemana.

El viernes fueron impresos y distribuidos 500 ejemplares del mapa traducido, a los Ministerios de Asuntos Sociales, Familia y Salud de Berlín, a donde están llegando a diario cientos de personas para registrarse.

El documento cuenta con una transcripción en esa lengua de los nombres de las principales estaciones de metro de Berlín y contiene informaciones importantes sobre la red de transportes.

Sin embargo, esta iniciativa –que podría parecer un elemento aislado– se inscribe dentro de lo que parece ser una tendencia incipiente.

La semana pasada dos de los principales diarios alemanes, BZ y Bild, publicaron una pequeña separata de cuatro páginas en árabe para orientar a los refugiados de la capital.

Estos cuadernillos contienen información sobre las ONG y centros de acogida de refugiados, un glosario de las palabras y expresiones alemanas más comunes y la traducción de los nombres de los barrios centrales.

“Regálele este ejemplar (…) a un refugiado después de haberlo leído”, insta el BZ, en primera página.

La responsable editorial de ambos periódicos, Miriam Krekel, anunció la separata en su cuenta Twitter: “Un suplemento que ayuda a los refugiados que llegan a Berlín. En árabe, naturalmente”.

La encrucijada Alemana

Alemania se encuentra en este momento ante una encrucijada histórica. Dos semanas después de haber declarado que la llegada de un gran número de inmigrantes era un sueño y una suerte para Alemania, frente a las dificultades para manejar el enorme flujo de refugiados que está llegando a diario a su país, Angela Merkel anunció el cierre “provisorio” de las fronteras alemanas.

El diario francés Le Monde reportó que el vicecanciller alemán, Sigmar Gabriel, que decía que Alemania podía acoger sin problemas medio millón de refugiados al año, tuvo que reconocer que no era tan fácil.

“No es tanto el número de refugiados sino la velocidad a la cual están llegando lo que hace tan difícil la situación”, habría dicho Gabriel. “No es falso”, puntualizó Le Monde, “es aún muy temprano para ver los problemas que puede traer su integración”.

Efectivamente, Berlín está atrapado en una realidad que no vio venir a tiempo: los refugiados que no desean desplazarse desde la capital hacia otros países de la Unión Europea y los países que no están dispuestos a recibirlos, a pesar de las negociaciones que se están llevando a cabo en la Unión.

Le Monde afirmó este lunes que “el sueño alemán se chocó con la realidad europea”; “es una lección amarga para la canciller”.

Sin embargo, el diario aclaró que “Alemania se alista a pesar de todo para recibir una cantidad de refugiados infinitamente mayor que otros países europeos y está, sin duda alguna, convirtiéndose en un país de inmigración”.

Entretanto, pequeñas iniciativas como la de la traducción del mapa son cuidados paliativos mientras se encuentran soluciones reales, sostenibles y de largo alcance.

Reunión extraordinaria


Mientras tanto, en Europa la situación se complica cada vez más. El diario español El País reportó que “tras los pasos de Alemania, Austria —recurriendo a los militares— y Eslovaquia han restablecido temporalmente los controles en las fronteras interiores, cuya desaparición constituye uno de los grandes logros de la UE.” Es la primera vez en la historia de la Unión que se recurre a esta medida extrema por cuestiones de migración.

Este lunes tuvo lugar la reunión extraordinaria de ministros del Interior y de Justica de los países miembros de la Unión.

En el orden del día estaba, entre otros puntos clave, cómo repartir a los refugiados en el territorio europeo. Los resultados fueron decepcionantes pues no se logró llegar a un acuerdo definitivo.

Sin embargo, a  pesar de las fuertes controversias se consiguió un acuerdo parcial para repartir 160.000 refugiados entre los países de la Unión. El ministro francés y su homólogo alemán jugaron un papel importante en las negociaciones, pero no pudieron establecer cuotas obligatorias de recepción de refugiados.

Según El País, el reparto de los refugiados encalló por las resistencias de los países del Este. No obstante, esta no es la única razón para la reunión extraordinaria no tuviera los resultados esperados.

Efectivamente, la dificultad para lograr un consenso visibiliza las tensiones latentes desde hace varios años entre los países miembros sobre uno de los mayores paradigmas de la región: la ponderación entre el manejo de la inmigración y los principios rectores de la Unión: solidaridad y cooperación.

La Unión Europea lleva varios años sobre la cuerda floja y este es un nuevo capítulo en una larga saga de desacuerdos. Ahora, en vista de la gravedad de la situación, es inminente encontrar una solución sostenible.

Sin embargo, las últimas decisiones tomadas por el Gobierno húngaro -cerrar las fronteras y detener a los migrantes- tienen un aura de hostilidad evidente y no auguran nada bueno para el continente.

La próxima reunión europea tendrá lugar el 8 de octubre y sea cual sea el resultado de este encuentro, la nueva coyuntura regional no puede tener sino dos desenlaces: o un refuerzo radical de los lazos de cooperación de la Unión, o una desintegración acelerada.