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| Foto: AFP

"El nombre de Francisco es revolucionario"

Marco Politi, uno de los vaticanistas más respetados del mundo, habló en exclusiva con SEMANA.

16 de marzo de 2013

SEMANA:  ¿Quién es Jorge Mario Bergoglio, el papa Francisco?

MARCO POLITI: Es una persona moderada de centro y, al mismo tiempo, una persona que ha mostrado un estilo de vida, simple, sin exhibiciones, sincero. El pasado 13 de marzo conquistó a los romanos por varios motivos: en ningún momento habló de sí mismo como papa, pidió al pueblo la bendición en lugar de darla primero él, dio su bendición a todos los hombres de buena voluntad y subrayó con insistencia el concepto de camino. Con él la Iglesia no está a la defensiva como en estos años con Ratzinger. Está ofreciendo una imagen de Iglesia dinámica que quiere relacionarse con la sociedad moderna.

SEMANA: Durante el cónclave de 2005, el cardenal Bergoglio fue el principal ‘contrincante’ de Joseph Ratzinger. ¿Durante estos años fue el ‘papa in pectore’ del Colegio Cardenalicio?

M. P.: No, no creo. En la vísperas de este cónclave, muchísimos cardenales dijeron que buscaban un papa joven, enérgico, que no tuviera problemas de salud y que estuviera entre los 60 y 70 años. Este cambio de ruta se explica porque, al elegir a un hombre de 77 años han querido escoger un papa lo suficientemente fuerte para una fase de transición. 

SEMANA: ¿Qué papel han podido jugar los cardenales electores de Estados Unidos, que en Roma dieron la impresión de tener muy claras las ideas en el tipo de papado que querían, basado sobre la transparencia y la comunicación?

M. P.: Creo que el rol de los cardenales estadounidenses ha sido decisivo al incentivar una solución que dejara por fuera los candidatos italianos, eliminara a los de la curia e impulsara con coraje la idea de un papa del Nuevo Mundo. En este sentido, se aliaron con los franceses y con aquellos de la curia que ansiaban un papa extraeuropeo y han producido este golpe completamente inesperado.  El escenario precónclave era muy diferente: un candidato fuerte, el italiano Angelo Scola, en duelo con el brasileño Odilo Scherer.

SEMANA: ¿No haber elegido al gran favorito Scola o mejor aun, haber elegido a Jorge Mario Bergolio es una derrota para la curia?

M. P.: La curia no es un grupo monolítico, hay al menos cuatro corrientes. Están los seguidores del secretario de Estado Tarcisio Bertone; los del cardenal Mauro Piacenza, muy ratzingeriano y conservador; los herederos de la tradición diplomática elegante y refinada de Paulo VI, como el cardenal Giovanni Lajolo, exministro del exterior del papa; y por último están los independientes. Los herederos de Paulo VI querían un candidato extraeuropeo. No es una derrota de la curia en sí misma, es una derrota de un sistema de poder, es la derrota de una idea de la Iglesia católica  según la cual al vértice hay un papa-monarca que gobierna con la curia. Yo creo que el verdadero pacto político que ha hecho posible esta elección es que Bergoglio empezará a consultar con mayor frecuencia a los obispos. Es decir, será la realización gradual del principio de colegialidad establecido por el Concilio Vaticano II.

SEMANA: Esta es la primera vez de un jesuita, la primera vez de un latinoamericano, la primera vez de un Francisco. ¿Cómo se pueden leer todos estas primeras veces?

M. P.: Como la voluntad de pasar página, de abrir una nueva fase en la Iglesia. Esto se había empezado a ver en el sínodo sobre la evangelización, el octubre pasado en Roma, en donde el presidente del Celam,  monseñor Carlos Aguiar Retes, dijo que la Iglesia necesitaba un gran examen de conciencia sobre cómo vive la fe en el mundo contemporáneo. El primer pontífice latinoamericano puede ser interpretado como una Iglesia que camina sobre la vía de la globalización. Haber tenido el coraje de asumir el  revolucionario nombre de Francisco, el pobrecillo de Asís como lo llamamos en Italia , da la idea de una Iglesia que no es poder, sino anunciadora del mensaje cristiano de forma alegre, positiva y llena de confianza en el prójimo, en la naturaleza y en la historia. Francisco de Asís es famoso en el mundo por el Cántico de las criaturas en el que teje loas al sol, a la luna, el agua, incluso a la hermana muerte. Por el contrario Ratzinger, en 2005, cuando celebró como cardenal decano la misa Pro Eligendo Pontifice, hizo una largo lista de las tempestades que azotaban la barca de la Iglesia y una larga lista de los ‘ismos’ peligrosos: nihilismo, marxismo, liberalismo, individualismo y relativismo. La mayoría de los cardenales y de los obispos quiere dejar atrás esta visión sospechosa y  defensiva.

SEMANA: Para algunos, los jesuitas son hábiles maniobradores de los hilos del poder y la Compañía de Jesús es el servicio secreto de la Iglesia. ¿En qué punto están?

M. P.: La idea de los jesuitas como partido religioso de poder pertenece a los siglos XVI y XVII cuando, efectivamente, eran un grupo de presión muy fuerte al servicio del papa. Eran más o menos el equivalente del Opus Dei en el siglo XX. Sin embargo en el XX, es historia, la Compañía de Jesús se volvió una gran reformadora, progresista a favor de la teología de la liberación. De hecho, en varias ocasiones, han sufrido reprimendas por parte del Vaticano. Al respecto hay que decir que Bergoglio no es un jesuita de izquierda, todo lo contrario: en el pasado estuvo en conflicto con los jesuitas liberales. Sin embargo, por ser un hombre de centro, culto y  razonable, lo eligieron. Con seguridad creará un clima de colaboración entre el papa y los obispos. Francisco es un papa completamente aideológico tanto hacia el mundo externo como hacia el mundo de la Iglesia. La demostración la dan su mea culpa por la convivencia o el silencio culpable de la Iglesia argentina ante a la dictadura militar y su praxis pastoral de gran atención a los pobres y a los problemas sociales.

SEMANA: ¿Qué representa para Latinoamérica la elección de Francisco?

M. P.: Que no existe una nación que sea propietaria del papado. En esta área del mundo vive casi la mitad de los católicos de todo del planeta y un vicario de Cristo originario da la idea de universalidad de la Iglesia católica. También es un gran mensaje de esperanza para los desheredados del tercer mundo pues este papa conoce de primera mano  tugurios, bidonvilles, favelas y con una vida sencilla como la que lleva da un mensaje de rescate social. 

SEMANA: ¿Qué reformas introducirá?

M. P.: No creo que vaya a haber anuncios sorprendentes de reformas desde la ventana de San Pedro. La innovación principal estará en la creación de un método de consulta que permita a los obispos, cuando vengan a Roma, no perderse en temas generales sino poder tratar temas particulares y específicos. En este orden de ideas estoy seguro de que enfrentará el problema de la crisis sacerdotal; abrirá una reflexión sobre el rol de la mujer en la Iglesia y cambiará el modo de tratar los temas relacionados con la esfera sexual. En la Ciudad Eterna circula una broma sobre Francisco cuando era cardenal Bergoglio en los tiempos de Juan Pablo II: Roma está tan obsesionada con el sexo que quiere poner todo en un preservativo. El nuevo pontífice no tocará nada de la doctrina, pero cambiará la actitud pastoral y de esto tenemos la demostración: uno de sus electores, el cardenal Christoph Schönborn, acogió en el palacio arzobispal de Viena a un homosexual y a su compañero. A pesar de haber sido votado y elegido como consejero parroquial, el párroco local se resistía a inscribirlo en sus filas.Este es un modo pastoral de enfrentar temas difíciles para la Iglesia, sin cambiar la doctrina.