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EL NUEVO JEFE

Con el nombraMiento del nuevo subsecretario de Estado para Latinoamerica, Clinton se decide por el diálogo.

5 de abril de 1993

El nuevo jefe
SI FALTABAN DATOS CONcretos sobre la orientación que le dará el presidente Bill Clinton a la política de Estados Unidos ante América Latina, el nombramiento de Alexander Watson brinda un buen indicio. Después de años de relaciones marcadas por la ideología y la presión unilateral por parte de Washington, el mandatario parece haber escogido el pragmatismo. A diferencia de su antecesor Elliot Abrams, Watson, de 53 años, es un diplomático de carrera que habla español y portugués, fue embajador en Perú y funcionario de las embajadas en Colombia y Brasil y subjefe de la misión en Bolivia.
La designación de Watson fue en parte el resultado del debate que se desató por la intención del presidente de designar a Mario Baeza, un abogado de raza negra y origen cubano, que fue vetado por la "Fundación Cubano Americana" (sic) dirigida por el millonario Jorge Mas Canosa. La FCA, que representa la línea dura ante Cuba, consideró que Baeza sería demasiado débil ante el régimen de Fidel Castro y Clinton se plegó. Pero la intervención de Mas sólo consiguió una victoria pírrica, pues unió a los demócratas que apoyaron a Baeza ya la oposición cubana que favorece en Miami el levantamiento del embargo contra el régimen y por otro lado no logró evitar la designación de alguien como Watson se caracterizó durante sus misiones en el sur del Río Grande por su actitud abierta al diálogo, y es conocido en el ambiente diplomático como "el gigante gentil", por su gran estatura y su temperamento abierto y cordial. Con su presencia, Clinton parece inclinarse por una política de puertas abiertas hacia el continente.