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El nuevo socio

Oswaldo Alvarez Paz se perfilacomo el más probable sucesor de Carlos Andrés Pérez en Venezuela. Pero falta mucho camino.

31 de mayo de 1993

CON LA ELECCION DE OSWALDO ALVAREZ Paz a la candidatura del socialcristiano partido Copei, se completó el abanico de los aspirantes a la primera magistratura en Venezuela. Se abrió así una carrera que nunca como antes produce expectativas en Colombia. Más de mil millones de dólares intercambiados el año pasado por la apertura de fronteras económicas, han con vertido a muchos colombianos en conocedores de la política venezolana, y todos ellos supieron al oir la noticia, que con Alvarez Paz se estaba ante el hombre que podría ser el próximo presidente del país vecino.
Esa certeza nace de las encuestas, que sitúan a Alvarez Paz como el más opcionado. Pero las elecciones de este año se presentan en un momento en el que la inestabilidad es la norma. Los partidos han llegado a un nivel de desprestigio insuperable, y los venezolanos quieren votar por quien represente un cambio.
El nuevo candidato consiguió su nominación ajustándose a esa premisa, al vencer en unas primarias al secretario general del Copei, Eduardo Fernández, conocido como "El Tigre". Los demás aspirantes son Claudio Fermín, del gobernante partido Alianza Democrática (AD), de tendencia social demócrata; Andrés Velásquez, de la llamada "Causa R", y, por último, al peso más pesado de la política venezolana, el ex presidente Rafael Caldera, quien con sus 77 años a cuestas aspira a dirigir de nuevo al país que gobernó entre 1969 y 1974.
Alvarez Paz había sido electo gobernador de su estado natal Zulia en diciembre, y en enero lanzó su campaña por la presidencia. Las elecciones primarias habían sido organizadas por Femández en forma abierta, es decir, para todos los ciudadanos, con el objeto de conseguir un voto suprapartidista que distanciara a la estructura partidista. Pero no contaba con la presencia de Alvarez, quien sólo hizo campaña en Caracas y Zulia, pero ganó en todos los estados, con excepción de tres de ellos.
De esta forma, Alvarez Paz consiguió desvirtuar las críticas del propio Caldera, el fundador del Copei, que enfrenta la expulsión por haberse lanzado independientemente y justificó su negativa a participar en la consulta, con el argumento de que el certamen se convertiría en instrumento de los "cogollos", o directivas partidarias.
Hasta ahora el camino de Alvarez ha estado lleno de rosas. Durante su campaña no fue objeto de ataque no tiene ningún veto y nadie se siente agredido por él, incluido Caldera.
Pero tanta seguridad encierra peligros que comienzan en el hecho de que el propio candidato se siente ya ganador, y la confianza puede llevarle a cometer errores Para la muestra, lo primero tras su triunfo fue visitar al presidente Carlos Andrés Pérez, y luego se abrazó con Eduardo Fernández. Lo primero podría ser muy bue no para la paz del país y lo segundo para la unidad de su partido, pero en términos de estrategia electoral suenan muy mal. Por otro lado, Alvarez no niega su carácter de "neoderechista", tiene vínculos con el poderoso grupo financiero "Latino" y sostiene que la política económica de Pérez no es mala en símisma sino en su ejecución.
Ello lo convierte en una presa relativamente fácil de sus contendores, quienes pueden presentar sin dificultades la independencia que tanto le cuesta a Alvarez Paz. Claudio Fermín es un hombre joven, que no es descartable porque aunque pertenece al partido de gobierno, ganó su nominación encontra de sus maquinarias y tras permanecer tres meses en prisión por cargos de corrupción aparentemente falsos. Andrés Velásquez tiene menos de 40 años, es gobernador del estado Bolívar, pertenece a Causa R, unmovimiento parecido al M-19 y tiene fama de honrado a toda prueba. Y Rafael Caldera aspira a capitalizar su independencia del Copei.
Alvarez Paz ha sido caracterizado como el presidente más amigable para Colombia, porque es de un estado fronterizo, tiene amigos en el país, pasó su luna de miel aquí y ha escrito cosas favorables sobre el papel de los colombianos en Venezuela. Pero es sabido que las intenciones no son suficientes. El mejor presidente para Venezuela y para su socio Colombia será el que logre superar la crisis. Alvarez tiene proyectos en ese sentido, pero los demás también. Como están las cosas, para el final del año cualquiera -incluso Fermín- podría ser el nuevo presidente del país vecino.