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El obispo que salió del clóset

Controversia mundial por la ordenación de un prelado anglicano abiertamente gay.

10 de noviembre de 2003

Los divorcios en la realeza inglesa han llenado miles de páginas, pero sin duda el que dejó huellas más profundas fue el de Enrique VIII en 1534. El rey, a pesar de la oposición del sumo pontífice, quería anular su matrimonio para casarse con Ana Bolena. Finalmente la voluntad del monarca pudo más que 15 siglos de hegemonía papal, Enrique se proclamó jefe de la Iglesia Anglicana, autónoma e independiente de Roma, sin saber que en el siglo XXI esta institución sería siendo objeto de controversia, ya no por una mujer sino por un homosexual: Gene Robinson.

Gene Robinson tiene 56 años, dos hijas, es divorciado y el 2 de noviembre fue ordenado como el primer obispo anglicano que confiesa su homosexualidad. Su caso ha sido en los últimos días materia de controversia para las autoridades de la comunidad anglicana en el mundo.

El asunto se convirtió en noticia internacional hace pocos meses, pero la historia de Robinson comenzó cuando era estudiante de la Universidad del Sur en Tennessee, Estados Unidos. Atraído por la historia, la liturgia y la música anglicanas decidió convertirse y ser clérigo. Mientras su decisión de fe estaba clara aún no lograba definir sus inclinaciones sexuales, por lo que buscó ayuda profesional mientras estudiaba en el Seminario Teológico General de Nueva York.

Finalmente optó por casarse y formar una familia, cosa que la Iglesia Anglicana permite a sus clérigos. Diez años después acudió de nuevo a terapia y esta vez la decisión fue el divorcio y pronto inició una relación con Mark Andrews, su pareja actual.

La relación no era un secreto para los feligreses, y fueron ellos quienes lo apoyaron hacia el obispado ya que su estructura eclesiástica es muy distinta a la de la Iglesia romana. La comunidad anglicana está compuesta por diócesis que forman iglesias regionales o nacionales independientes presididas por un arzobispo. No existe un papa, pero el arzobispo de Canterbury -primado de la Iglesia en Inglaterra- ocupa un lugar especial sin autoridad. La Iglesia estadounidense, llamada Episcopal, está compuesta por 110 diócesis, entre ellas la de Colombia.

"No sólo entre los anglicanos tenemos obispos homosexuales, pero esta es la única Iglesia que ha salido del clóset", dice el obispo colombiano Francisco Duque. De hecho, Robinson es el único clérigo que ha hecho pública su inclinación sexual. Recientemente la diócesis de Reading, en Inglaterra, eligió a Jeffrey John como obispo, pero presentó su renuncia antes de ser consagrado después de que el arzobispo de Canterbury, Rowan Willliams, se lo solicitara para evitar conflictos por su homosexualidad declarada.

Aunque personalmente no está de acuerdo con la ordenación de Robinson, con quien ha compartido en varias reuniones, Duque reconoce que había argumentos de peso para transar: "La nuestra es una Iglesia incluyente, inclusiva, abierta y democrática, todas las decisiones pasan por comités de laicos y clérigos", dice. Fue así como los feligreses y clérigos de New Hampshire promovieron la candidatura de Robinson.

En el siguiente paso todos los obispos de la comunidad debían darle el sí, entre ellos el colombiano. Cuenta Duque que a la convención asistieron las hijas de Robinson y dieron fe de que había sido un buen padre, además de un clérigo muy querido. A pesar de la oposición de los representantes africanos pasó la prueba.

De los 80 millones de anglicanos 40 millones viven en Africa. Un día después de la consagración de Robinson el sumo prelado de la Iglesia nigeriana, Peter Akinola, amenazó con romper relaciones con la diócesis de New Hampshire. El resto de las diócesis africanas lo apoyaron y en este momento se habla de un "estado de comunión rota".

Algunos temen que un cisma fracture a la Iglesia Anglicana. Pero esta no es la primera polémica: la ordenación de sacerdotisas y la bendición a uniones entre homosexuales también amenazaron la estabilidad anglicana, pero nada pasó. "Hay que esperar que los ánimos se calmen, luego todo volverá a la normalidad", dice Duque.

El tema del dogma es más complejo. Ahora los estudiosos de la Biblia tendrán que interpretarla una vez más para adaptarla a los nuevos tiempos porque, al fin y al cabo, son simplemente seres humanos quienes integran la Iglesia. Por eso Robinson ha dicho: "Voy a ser un obispo bueno, no un obispo gay".