Home

Mundo

Artículo

Sus compatriotas salieron masivamente a la calle a protestar por la infamia, exigir venganza y respaldar a su rey.

JORDANIA

El rechazo de los musulmanes a EI

Al quemar vivo a un piloto jordano capturado a finales de diciembre, Isis desencadenó una ola de rechazo entre los mismos musulmanes que dice defender.

7 de febrero de 2015

“Hasta que nos quedemos sin balas”. Así describió el rey de Jordania, Abdalá II, la respuesta de su país a la ejecución del piloto Moaz Kasasbeh, capturado el 24 de diciembre, cuando su cazabombardero fue alcanzado por las baterías antiaéreas de los yihadistas de Isis. A su vez, el gran imán Ahmed al Tayeb, una de las autoridades oficiales del islam sunita, llamó al grupo terrorista “satánico” y escribió un texto en el que afirma que los autores del asesinato “merecen ser crucificados, o que les sean amputados sus brazos y piernas”.

En la prensa de Oriente Medio, desde Egipto hasta Irán, los titulares y los editoriales denunciaron la ejecución e invitaron abiertamente a tomar venganza. En pocas horas, los hashtag (en árabe) #IS_quemó_al_piloto, #todos_somos_Moaz y #Moaz_Martir fueron a su vez mencionados centenares de miles de veces. Nada por el estilo sucedió cuando James Foley y otros occidentales fueron degollados, ni cuando Isis persiguió por el desierto a familias enteras de yazidíes y cristianos.

Las razones del repudio son de diferente orden. Si bien las decapitaciones de periodistas se han convertido en un sinónimo de la crueldad del grupo liderado por Abu Bakr al Baghdadi, hasta ahora los sofisticados videos de Isis estaban dirigidos más que nada a aterrorizar a los occidentales y a reclutar jóvenes desencantados en las capitales europeas. Pero en la ejecución de Kasasbeh hay un elemento nuevo, que consiste en la inmolación deliberada de una persona, una práctica que en Oriente es incluso menos frecuente que en Occidente, donde existe el antecedente de la quema de brujas en el Medioevo. Allí, el impacto emocional fue brutal.

Por otro lado, la muerte del soldado es una retaliación militar dirigida explícitamente a los miembros árabes de la coalición. Como le dijo a SEMANA Behrooz Moazami, director y fundador del Centro de Estudios para la Paz en Oriente Medio de la Universidad Loyola de Nueva Orleans, “Isis perdió a cerca de 1.100 combatientes en la reciente batalla de Kobane, sobre todo debido a los bombardeos aéreos. Para vengarse, no se limitó a una simple ejecución, sino que usó el fuego, un símbolo de esos ataques y una metáfora del Infierno. En su mente enferma, quemar vivo a un musulmán traidor fue una acción divina en la Tierra”.

También es relevante que el piloto Kasasbeh era un miembro prominente de la tribu bararsheh, una de las más influyentes de Jordania y muy cercana al monarca. A finales de diciembre, poco después de que se conoció la noticia del derribo del avión, los ancianos y los líderes de ese clan se desplazaron hasta la capital jordana, Amán, y movilizaron a los suyos. Y en una sociedad basada en el sistema tribal, el secuestro y brutal asesinato de un miembro de la elite fue como un temblor de tierra que en pocas semanas acalló las críticas al gobierno y a la coalición contra Isis. Consecuentemente, el gobierno jordano ejecutó a los dos terroristas que Isis pretendía intercambiar por el soldado y bombardeó intensamente la ciudad de Raqqa, el bastión de ese grupo en Siria.

Sin embargo, los gobiernos árabes están lejos de haber alcanzado un consenso sobre la necesidad de enfrentar a los exabruptos de Isis de una vez por todas. Algunos miembros de la coalición, como Emiratos Árabes Unidos, renunciaron incluso a continuar las incursiones aéreas y la plena participación de Arabia Saudita está en veremos. Y no les faltan razones. Como le dijo a esta revista Stephen Zunes, director del programa de Estudios sobre Oriente Medio de la Universidad de San Francisco, “este puede ser uno de los pocos casos en los que se justifica una intervención militar extranjera. Y sin embargo, también es cierto que Estados Unidos ha bombardeado esa parte de Oriente Medio una y otra vez durante los últimos 25 años, y las cosas solo han empeorado”.