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EL SENDERO MAFIOSO

Se comprueba por primera vez la vinculación de la guerrilla y el narcotráfico colombiano.

8 de mayo de 1989


Que en Perú operen grupos narcoterroristas no es nada nuevo. Pero que ciudadanos colombianos formen parte de tales organizaciones, es toda una novedad. Esa fue la chiva que soltó el gobierno peruano la semana pasada, cuando un comunicado oficial del Ministerio del Interior informó, luego de un ataque de una de estas bandas, que "la cuadrilla agresora estuvo integrada por aproximadamente 300 elementos de Sendero Luminoso, e incluyendo conocidos narcotraficantes de la zona, algunos de ellos colombianos".

Los hechos ocurrieron días atrás. A las cinco de la tarde del 27 de marzo, tuvo lugar un ataque armado contra una base militar en la zona selvática de San Martín, que las autoridades consideraron como "calificadamente narcoterrorista". Para la gran mayoría de los peruanos, esta región es un lugar donde las ambiciones, el dinero y la violencia levantada por una riqueza emergente, se convierten en un mundo de conflicto y tensiones influenciado severamente por el narcotráfico. Su cercanía geográfica y la extensión de las ramificaciones interracionales del narcotráfico colombiano, han puesto en todo el Alto Huallaga uno de los puntos fuertes para el mercado internacional de cocaína.

Desde que el negocio de la cocaína se instaló en las selvas del Huallaga, la mención recurrente a la participación colombiana es algo regular.

Sin embargo, esa tarde del 27 de marzo fue la primera vez que a nivel oficial y periodístico, se ha hablado en Perú de una intervención abierta de los narcos colombianos, que estarían -como dice un comunicado-- aliados con los subversivos maoistas de Sendero Luminoso.

Al lado de lo oficial quedan rumores y declaraciones directas de la población, como las de aquellos hombres y mujeres entrevistados por la televisión el domingo 2 de abril, quienes hablaban de corrupción de los policías que admitían abiertamente la intervención de Sendero, si bien el tema de los narcotraficantes se soslayó.

Por ahora, mientras se espera la presentación ministerial en el Congreso, un nuevo hecho ha vuelto a los narcotraficantes colombianos que incursionan en el Alto Huallaga tema de primera línea. Aunque ningún periodista lo vio, la prensa limeña anunció durante los últimos días que uno de los narcos colombianos inmiscuidos en el ataque a Uchisca se encontraba gravemente herido en la capital peruana.

El narco colombiano, según anuncio la prensa a finales de la semana pasada, murió el jueves 6 víctima de una infección generalizada. Se trata de Henry Delgado Salazar, de 35 años, quien fue llevado a Lima secretamente por una enfermera de urgencias en un vuelo comercial regular para ser internado inmediatamente en la clínica privada Stela Matutina. Ahora la enfermera, que cobró 500 dólares por sus servicios durante el traslado de este hombre con siete balazos, está detenida. Las investigaciones habrían determinado que Delgado portaba dos pasaportes, uno colombiano y otro argentino. Pero para los conocedores del problema del narcotráfico, blanco es...