EL TRIUNFO DEL PRAGMATICO DENG
El XIP Congreso, viraje a la modernización
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Anunciado en febrero de 1980 y retardado varias veces, el XII Congreso del Partido Comunista Chino ( PCCh) se inauguró el 1 de septiembre en Pekín, ante 1.600 delegados. Copresidiendo las ceremonias de apertura, Deng Xiao Ping señaló que el actual congreso es el más importante desde el séptimo congreso en 1945, cuatro años antes de la proclamación de la República Popular China.
El hombre fuerte del régimen calificó de "tortuosos" los veinte años transcurridos desde el octavo congreso (19S6) hasta la muerte de Mao y declaró que desde 1978 el partido había aplicado una línea correcta en el plano económico, cultural y en otros campos.
Estas declaraciones confirmaron los cambios acaecidos en China desde la muerte de Mao, en 1976. El XII Congreso consagró en efecto, la victoria definitiva de la línea pragmática preconizada por Deng Xiao Ping, contra los defensores del pensamiento maoista y de su última batalla, la revolución cultural.
Esta lucha había comenzado en 1976, cuando Deng rehabilitado recientemente por tercera vez y el presidente del PCCh por designación de Mao, Hua Guofeng, habían logrado permanecer en el partido después de la caída de la "banda de los cuatro" dirigida por la esposa de Mao.
En realidad, la coexistencia entre las "dos líneas" era incompatible. Hua Guofeng reivindicaba la fidelidad a la persona y a la obra de Mao. Deng Xiao Ping la rechazaba denunciando "el culto a la personalidad".
Hua Guofeng mantenía su opción en favor de "otras revoluciones culturales", mientras que Deng calificaba la primera revolución de ese tipo de "catastrófica" para su país. Hua Guofeng defendía una política basada en los principios, Deng Xiao Ping condenaba las luchas puramente ideológicas que, según él, paralizaban la producción y el desarrollo del país.
Este equilibrio entre los dos análisis terminó parcialmente, en 1978, cuando el principal aliado de Deng Xiao Ping, Hu Yaobang, accedió al buró político. Más tarde Hua Guofeng cedería su puesto de jefe de gobierno y en 1981 el de presidente del partido Comunista.
Los cambios del XII Congreso han sido oficializados en los nuevos estatutos del Partido. Los "errores ezquierdistas" que según los actuales dirigentes figuraban en los estatutos aprobados en 1977, han sido suprimidos. La "dictadura democrática popular" ha reemplazado la "dictadura del proletariado", y las nociones de "revolución cultural", "lucha entre la vía capitalista y la vía socialista" o las exigencias de "continuar la revolución bajo la dictadura del proletariado" o de "criticar el capitalismo y el revisionismo" han desaparecido.
Los escritos de Mao Tse Tung, calificados antes como "pensamiento directivo y fundamento del Partido Comunista Chino" aparecen ahora simplemente como "una guía para la acción". La definición del PCCh como "un partido político del proletariado, que dirige las masas contra su enemigo de clase", ha sido cambiada a"la vanguardia de la clase obrera china, fiel representante de los intereses de todos los pueblos, de todas las nacionalidades y fuerza central que dirige la causa del socialismo en China".
El partido será sometido, por otra parte, a una serie de "campañas de rectificación de su estilo de trabajo" destinadas a descartar definitivamente a los "rebeldes de la revolución cultural". Después de estas purgas, que durarán tres años, los cuarenta millones de miembros del PCC tendrán que proponer, de nuevo, su candidatura de afiliación a ese partido.
El congreso ha corroborado la prioridad dada por las autoridades de Pekín al desarrollo económico del país, política que fue sintetizada por Deng Xiao Ping al fijar las prioridades de la China para los próximos años: reorganizar la administracion, promover los cuadros competentes, combatir los crímenes económicos y construir una sociedad con un alto grado de civilización.
DELITO DE OPINION
El "viraje histórico" del XII Con greso es también significativo en materia de política internacional. El congreso ratificó los esfuerzos realizados por China en estos últimos años dedicados a disminuir la tensión con la Unión Soviética. Las tradicionales acusaciones de "revisionismo" o "social imperialismo" han sido abolidas. Las relacione con la URSS pueden ser normalizadas, reconoció el presidente del PCC, si Moscú toma medidas concretas para acabar con las amenazas que pesan sobre la seguridad china.
Hablando en dirección a Washington, Hu Yaobang afirmó que" la China no establecerá jamás una alianza con una superpotencia" y subrayó que las relaciones con Estados Unidos seguirán supeditadas al acuerdo, del 17 de agosto pasado, según el cual Washington disminuirá paulatinamente las ventas de armas a Taiwán.
Los cambios del congreso no han incidido, en cambio, en el plano de las libertades. El derecho de huelga y la libertad de fijar carteles (dazibaos) no serán restituidos. Las relaciones entre extranjeros y chinos seguirán siendo condenadas, como lo prueba la pena infligida a una pintora que quería contraer matrimonio con un diplomático francés. La oposición a la política del partido no será aceptada. Wei Jingsheng y Xu Wenli, animadores del movimiento "Primavera de Pekín" han sido condenados a 15 años de cárcel por delito de opinión. Esta política que la actual dirección piensa continuar no solo contradice las opciones "realistas" y "modernizadoras" adoptadas por el congreso, sino que podría ser uno de los principales problemas al que la China se verá abocada en los próximos años.