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El Santo Padre señaló que a través del bien “hallaremos un punto de encuentro". | Foto: EFE

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El Vaticano les da una oportunidad a los ateos

Los ateos pasaron de ser comparados con los nazis por Benedicto XVI, a capaces de redención.

Luisa Ramírez, colaboradora de Semana.com
25 de mayo de 2013

En contraste con su predecesor quien comparó el ateísmo con la doctrina nazi, hace unos días el Papa Francisco declaró que todos son susceptibles de ser redimidos a través de Jesús, incluso los no creyentes.

Durante su homilía en Roma, el Santo Padre señaló que a través del bien “hallaremos un punto de encuentro". Según la emisora de El Vaticano, Francisco, por medio del evangelio de Marcos, relató que los discípulos de Jesús “eran un poco intolerantes”, cerrados en la idea de poseer la verdad, convencidos de que “los que no tienen la verdad no pueden hacer el bien. Esto está mal, Jesús amplía el horizonte”.

El máximo jerarca de la Iglesia católica continuó con una conversación hipotética y explicó que “todos tenemos la capacidad de hacer el bien. ‘Pero Padre, no es católico, no puede hacer el bien’, Sí puede. (…) ‘¿Los ateos?’ Sí, hasta los ateos. ¡Todos!”

Según la agencia Reuters, esta vez Francisco intentó llegarles a los no creyentes y a aquellos que no están afiliados a una religión, a diferencia de Benedicto XVI quien en ocasiones dejaba a los no católicos la sensación de verlos como creyentes de segunda clase.

El padre Efraín Mejía de la Arquidiócesis de Bogotá comenta que “nosotros no decidimos quién se redime. Saber si un ateo se va a salvar es muy difícil incluso para el Papa, pero Dios es misericordioso y tiene en cuenta las obras buenas que hizo. Él nos ha dado la inteligencia para conocer la verdad”.

¿Cambio de doctrina?

En septiembre de 2010, durante una locución abierta dirigida a la reina de Inglaterra, el retirado Papa alemán urgió a ese país a “protegerse de las formas agresivas de secularismo” y habló de “una tiranía nazi que busca erradicar a Dios de la sociedad”.

Aunque los voceros de la Iglesia intentaron minimizar la controversia diciendo que “(el Papa) conocía muy bien de qué se trata la ideología nazi”, Ratzinger invitó, en el mismo discurso, a reflexionar “sobre las lecciones del ateísmo extremista del Siglo XX”.

Los sectores divergentes no tardaron en reaccionar. La Asociación de Humanistas Británicos señaló que las palabras del entonces Papa solo alimentarían la intolerancia en el país europeo.

El biólogo y escritor Richard Dawkins se sumó a las respuestas y dijo que Hitler nunca renunció a su bautizo e invocó a Pío XII, llamado por algunos el “el Papa nazi” por sus negociaciones con el régimen que ayudarían a Hitler a perpetrar el Holocausto. El evolucionista también citó discursos oficiales del extinto líder alemán en los cuales invocaba a la “divina providencia”.

Pero esa no es la primera vez que un alto jerarca de la Iglesia católica rechazaba el ateísmo. Juan Pablo II afirmó en abril de 1999 que “ser ateo (…) significa no conocer la verdadera naturaleza de la realidad creada, sino absolutizarla y, por tanto, ‘idolatrarla’, en vez de considerarla una marca de un Creador y el camino que lleva hacia él”.

Al comparar las afirmaciones de Ratzinger y Francisco y su acercamiento a los no católicos y, en particular, a los no creyentes, Mejía comenta: “(Benedicto) era un gran teólogo y lo que quiso decir es que hay personas que están empeñadas en sacar a Dios de la sociedad, están mal orientadas, desenfocadas y no buscan la verdad”.

“La posición de este Papa es la misma, pero dice que hay personas que, aunque no son católicas, buscan el bien. Benedicto decía que hay personas empeñadas en hacer el mal. (Las de Francisco y Ratzinger) no son posiciones que se contradicen”, agrega Mejía.

Francisco, con poco más de dos meses de papado, es para algunos una “reforma burocrática largamente esperada”, así lo afirmó John Hooper en el diario británico Guardian, mientras otros opinan que la tarea del pontífice argentino es afrontar una iglesia en crisis que en la última década ha estado inmersa en escándalos de abusos sexuales y se ha mostrado crítica de algunas minorías, entre ellos, los no creyentes.