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La técnica representa un gran avance respecto a los tratamientos convencionales para el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia. | Foto: archivo particular.

AVANCE

El virus del resfrío que puede atacar el cáncer

Se perfecciona una técnica, a partir del uso de virus modificados genéticamente, para atacar células tumorales.

Alianza BBC
5 de septiembre de 2013

La Fundación Instituto Leloir de Argentina anunció recientemente dos avances importantes en el campo genético. Junto con colegas de Chile, Reino Unido y Estados Unidos, lograron adaptar un virus que causa resfríos y conjuntivitis –el adenovirus- para atacar en forma exitosa el cáncer de piel y páncreas en roedores.

El director del equipo del Leloir, Osvaldo Podhajcer, jefe del Laboratorio de Terapia Molecular y Celular e Investigador Superior del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas de Argentina (Conicet), dijo a BBC Mundo que se logró reducir o eliminar los tumores sin dañar otros tejidos.

Esto fue posible porque los científicos modificaron el ADN del virus para que sólo pueda reproducirse en células cancerígenas.

La técnica representa un gran avance respecto a los tratamientos convencionales para el cáncer, como la quimioterapia o la radioterapia, que dejan graves secuelas.

Además, el trabajo podría tener un enorme impacto en la cura del melanoma y el cáncer de páncreas, dos de las enfermedades más letales.

“Estos dos tipos de cáncer son los que tienen menos posibilidades de recibir un tratamiento no quirúrgico”, explicó a BBC Mundo el oncólogo Eduardo Cazap, expresidente de la Unión para el Control del Cáncer Internacional (UICC, según sus siglas en inglés).

Hitos

El trabajo sobre el cáncer de páncreas se hizo en asociación con dos universidades de Chile, Concepción y Andrés Bello, algo poco frecuente en América Latina.

Los expertos lograron un hito: pudieron compactar el ADN del virus para permitir que se multiplique más.

El estudio fue publicado en la revista Molecular Therapy, de la Asociación Estadounidense de Terapias Celulares y Genéticas.

En tanto, la investigación sobre el cáncer de piel se hizo en conjunto con las universidades de Londres, Birmingham y St. Louis, y allí también se lograron avances novedosos.

“Por primera vez logramos modificar genéticamente un virus para hacer que aproveche las características de las células cancerígenas y las utilice en su contra”, explicó Podhajcer.

Según el experto, esto permitió que el virus actúe con un 40% más de efectividad.

El trabajo fue publicado en The Journal of Investigative Dermatology.

Mucho camino por recorrer

A pesar de la importancia de estos avances, los autores resaltaron que aún es prematuro establecer qué impacto real tendrán en la cura del cáncer.

Primero, se deberá realizar toda la etapa de ensayos preclínicos y clínicos, un largo proceso que toma años y requiere de mucha financiación.

Si todo funciona bien, el Instituto Leloir estima que el tratamiento recién estaría disponible en unos cinco años.

Sin embargo, Cazap advierte que muchos hallazgos exitosos en roedores no funcionan en pruebas con humanos.

“El potencial de estos descubrimientos es muy interesante pero hay que ver si funcionan”, afirmó.

Estas dificultades podrían desalentar a quienes esperan ansiosos una cura para el cáncer, pero existe al menos un precedente que permite mantener la esperanza: en 2012 la Unión Europea permitió por primera vez el uso comercial de un tratamiento de viroterapia, algo que podría marcar el camino para los nuevos hallazgos.

Los riesgos de modificar un virus

Tal es la premisa de la película de 2007 “Soy leyenda”, con Will Smith, en el que una científica logra curar el cáncer modificando el virus de la viruela, pero el virus muta, convirtiendo a todos los humanos –menos al personaje de Smith- en zombies.

En este sentido, los expertos del Instituto Leloir dijeron a BBC Mundo que eligieron trabajar con el adenovirus porque se trata de un virus poco peligroso y muy estable, lo que descarta cualquier peligro de mutación.

En efecto, Podhajcer explicó que se trabajó con estas dos formas de cáncer porque no tienen tratamiento conocido y además tienen una alta incidencia en la población.