Home

Mundo

Artículo

ENEMIGO PUBLICO #1

Nuevos datos sobre su enriquecimiento acentuan el odio de los mexicanos contra Carlos Salinas de Gortari e insinúan que habrá castigo.

10 de julio de 1995

CARLOS SALINAS DE GORtari sigue siendo el hombre más odiado de México. Mientras que la oposición política pide la investigación y encarcelamiento del ex mandatario por enriquecimiento ilícito, los ciudadanos continúan enviando faxes al Dow Jones para solicitar que se le despida de su cargo de asesor, dado su errado juicio en el manejo de la economía nacional y los estudiantes de derecho le imponen una demanda civil para resarcir los daños que le causó a la Nación, las autoridades judiciales solo aciertan a dar un ambiguo ni sí ni no sobre una posible investigación al respecto.
Un grupo de militantes del Partido de la Revolución Democrática -PRD- en una manifestación frente a las instalaciones de la Procuraduría General de la República y acompañado de un muñeco con la imagen de Salinas, presentó la semana pasada un documento en el que pedían que comenzaran "las averiguaciones para fundar legalmente el encarcelamiento y confiscación de bienes mal habidos de Carlos Salinas de Gortari".
Los rumores sobre una riqueza desbordada del ex mandatario con cotidianos. Se asegura que la venta de las empresas estatales fue como 'un remate de garaje', pero solo para los amigos de Salinas, "de ahí que en su sexenio aparecieron los famosos 24 multimillonarios que colocaron a México en el tercer país con los hombres más ricos del mundo". Los comentarios aseguran que algunas de las grandes corporaciones como la de teléfonos, la línea aérea y uno que otro banco quedaron en su poder, por medio de testaferros.
Para los mexicanos que sus presidentes roben no es una novedad, es común escuchar que Miguel Alemán, José López Portillo, Miguel de la Madrid aseguraron su futuro y el de sus generaciones durante su paso por la presidencia de México, y en general la gente no los enjuicia por esto, "pues al fin y al cabo aquí todos roban, lo importante es que hagan algo, que dejen algo".
Sin embargo, ese no ha sido el caso de Carlos Salinas. Los analistas han calificado que la reacción contra él obedece a que el pueblo se sintió engañado, pues cuando se le prometía que con el tiquete del Tratado de Libre Comercio -TLC- con Estados Unidos y Canadá viajaría hacia la prosperidad, lo único que obtuvo fue la desesperanza de salir de la pobreza.
El odio a Salinas de Gortari es alimentado, además, por los nuevos descubrimientos que han revelado que algunas de las estrategias económicas como, por ejemplo, la de desestimular la inversión en el sector pesquero tenían como fin asegurar la firma del TLC y que el estímulo a la banca se convirtió en una soga al cuello de miles de mexicanos de clase media que hoy se declaran técnicamente en quiebra, incapaces de pagar las tarjetas de crédito o los préstamos para carro o vivienda.
También Carlos Salinas es el objeto símbolo de la pesadumbre sobre el desbordamiento del Partido Revolucionario Institucional -PRI- que lleva más de medio siglo en el poder y que permite, supuestamente, excesos como el asesinato interno de un candidato presidencial y del secretario general del partido. Acusaciones que cada vez más se perfilan como una verdad a raíz de la detención y enjuiciamiento del hermano del ex jefe de Estado, Raúl Salinas de Gortari, como autor intelectual del asesinato de Francisco Ruiz Massieu, secretario general del PRI.
La investigación a Raúl Salinas demostró que éste aprovechó muy bien el sexenio de su hermano y que es muy rico. Su fortuna parece provenir de comisiones por contratos millonarios para la explotación del petróleo, de la reventa de productos para cooperativas y tiendas populares y, ahora según NeWsweek, de los contactos regulares con Juan García Abrego, líder de uno de los carteles del narcotráfico mexicano.
El grado de responsabilidad de Carlos Salinas de Gortari frente a los sucesos económicos, políticos y judiciales de México no se ha establecido. Antonio Lozano Gracia, el primer procurador General de la República que no es del PRI, aseguró que ni sabe ni no sabe si hay una presunta investigación a los bien es del expresidente. Mejor dicho, "por su propia naturaleza y por exigencia de la ley, tiene que quedarse en reserva. No le digo ni sí ni no", palabras textuales de Lozano.
La malicia popular afirma que, pese a lo que dice el presidente Ernesto Zedillo en torno a que no tiene ninguna relación con su antecesor, nadie abrirá los libros financieros de Salinas ni husmeará sobre sus actuaciones políticas ya que ha puesto los candados del silencio, luego de su fugaz huelga de hambre y de sus insinuaciones sobre lo mucho que él sí sabe. Aquí, donde nadie sabe nada y todos lo saben, aún no se despeja el interrogante: ¿qué pasó?