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Escudos humanos

En Londres un veterano de la Guerra del Golfo recluta pacifistas para que sirvan de escudos humanos en Irak.

7 de marzo de 2003

Varios oyentes de la BBC-Radio opinaban que se trataba de unos loquitos. No obstante, al cierre de esta edición, todo estaba listo para que este sábado los primeros 50 escudos humanos partieran desde Londres con rumbo a Bagdad en dos buses dirigidos por un carro con una bandera blanca. El plan de los activistas de la Organización de Escudos Humanos, Nosotros la Gente y la Fundación Kingship es que este primer grupo haga escala en varios países para reclutar nuevos participantes. En el itinerario figuran Francia, Holanda, Alemania y Suiza. Según Kenneth Nichols, veterano de la Guerra del Golfo y pionero de la campaña de escudos humanos, a los primeros los seguirán varios cientos y quizá miles que ya se han inscrito en su campaña. Los voluntarios vienen sobre todo de naciones occidentales, como Estados Unidos, Gran Bretaña, Irlanda, Suiza, Holanda, Nueva Zelanda, España y Dinamarca, y también de países musulmanes, como Turquía y Jordania. Una vez en Irak los escudos humanos identificarán posibles blancos de guerra y los rodearán. La idea es que Estados Unidos, Gran Bretaña y sus aliados desistan de bombardear para no sacrificar a cientos de sus ciudadanos con la prensa como testigo.

Antes de partir los seguidores de Nichols marcharon a la casa del primer ministro británico, Tony Blair, para mostrarle copias de sus pasaportes y entregarle una lista de las ciudades iraquíes en las que se instalarán. Blair no los recibió y el ministro de Defensa británico, Geoffrey Hoon, fue duro con ellos: "Si decidiéramos ir a la guerra y hubiera, digamos unos 1.000 británicos en Bagdad, no nos arrepentiríamos con facilidad".

Pero el miedo a la muerte no detiene a Nichols. "Prefiero morir apoyando al pueblo de Irak que ver cómo mi gobierno les bota bombas mientras dice que eso hará que el mundo sea mejor", aseguró a la BBC.

¿Pero cómo llegó a tal extremo un ex marino que luchó del lado estadounidense en la guerra contra Irak en 1991? Ken Nichols nació en California hace 33 años y se unió al ejército a los 19. Durante la Guerra del Golfo tuvo que cuidar la carretera entre Kuwait y Bagdad. La ruta sería apodada "autopista de la muerte" luego de que más de 20.000 iraquíes en retirada fueran acribillados por la división de Nichols. El sentimiento de deuda para con el pueblo iraquí es uno de los motores de Ken para regresar a Irak.

Nichols sólo sirvió seis meses en la Marina pues después de la guerra fue despedido por un altercado con sus superiores. El soldado los reportó por abuso de poder, pues habían cerrado un pasadizo del barco en el que navegaban para asegurarse de que el poco aire acondicionado fuera para ellos. Esto obligaba a los mandos inferiores a hacer recorridos tres veces más largos. "Parece trivial, advirtió Nichols después de contar su historia al diario The Guardian, pero ellos no tenían derecho de hacer lo que hicieron".

Al salir del ejército el ex marino se dirigió a Hawai y se dedicó al buceo y a defender la fauna marina. Sin embargo, al darse cuenta de lo que él llama la hipocresía de la política exterior y ambiental de su gobierno, renunció a la ciudadanía norteamericana y quemó su pasaporte. Llegó a Gran Bretaña para buscar asilo político y en este país, aliado de Washington en la guerra contra el terrorismo, inició la campaña de escudos humanos a finales del año pasado. A su causa se fueron uniendo otros y ahora, en vísperas del primer viaje, ha tenido una acogida impresionante

La pequeña oficina de Human Shields ya no da abasto. Según dijo a SEMANA el vocero de la organización, Stefan Simanovitz, ya no pueden atender todos los correos electrónicos de cientos de donantes y de aspirantes a ser escudos humanos. "Esto va a ser enorme", auguró.

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