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ESCUELA DEL CRIMEN

Espectaculares revelaciones sobre entrenamiento de terroristas en Irán.

24 de agosto de 1987

El clima de la semana pasada en París era definitivamente el más apropiado para describir la atmósfera que reinaba en la cancillería del país galo. En medio de un verano anormalmente frío y lluvioso, los franceses asistieron al duro proceso de negociación entre Francia e Irán para repartirse sus "corotos" después de la ruptura de relaciones diplomáticas del pasado 17 de julio.
En el centro de la polémica todavía quedaba la causa del rompimiento: el asilo dado por Irán a Wahid Gordji, requerido por la justicia francesa con el fin de responder a su supuesta implicación en una serie de atentados terroristas en París. Según la cancilleria del país galo, la salida de Gordji es "no negociable". Incluso se ha negado el canje de Gordji por Paul Torri, primer secretario de la embajada francesa en Teherán, quien fue acusado de espionaje por los iraníes y convocado por la justicia islámica.
Pero mientras las negociaciones continuaban entre los dos países, las revelaciones sobre las implicaciones del gobierno iraní en la red del terrorismo internacional se multiplicaron. El jueves pasado, el diario parisino Liberation publicó un resumen de un informe de 60 páginas hecho por la inteligencia francesa y dirigido al primer ministro Jacques Chirac, en el cual se acusa al propio Ayatollak Khomeini de estar en el centro de las decisiones sobre los atentados terroristas que ensangrentaron a París el año pasado. La investigación comenzó hace año y medio y determinó una serie de "células" dentro del gobierno islámico que reportan sus actividades y reciben órdenes del propio Khomeini. En este caso, las acciones a seguir que se ajustan a los objetivos de la revolución iraní, son definidos por un "consejo islámico", un organismo no oficial compuesto por el presidente de la República, Alí Khamenel, el primer ministro Mir Hossein Moussavl y el ayatollah Montazeri, el sucesor designado del Iman y primer responsable de "la exportación de la revolución". Las propuestas del consejo son sometidas al "guía supremo" quien, en caso de acuerdo, decreta hasta el recurso de terrorismo. Una vez recibido el visto bueno (que viene mediante un "fatwa" o decreto religioso) el consejo se encarga de poner en práctica la idea. El camino es normalmente la "sucursal" libanesa dentro del consejo (llamada Achoura) la cual a su vez se encarga de pasarle el dato a Hezpolla, la parte ejecutora.
Ese fue supuestamente el esquema que operó durante 1986 cuando París se vio sacudida por una serie de atetados terroristas.
En este punto es excepcionalmente importante la escogencia de los cabecillas. Según el informe de la seguridad francesa, el sitio clave para la formación de estos "ejecutivos" del terrrorismo es la Universidad de Qom, la "villa santa" del shiísmo. Dirigida por un consejo de 6 miembros, la Universidad tiene tres mil estudiantes repartidos en dos grandes departamentos: uno para los nacionales iraníes y otro para los extranjeros. Estos últimos son escogidos por una serie de "reclutadores" ubicados en las embajadas iraníes y, cuando son aceptados, se les entrega un boleto de avión y una visa en una hoja independiente del pasaporte de tal manera que no queda rastro de la entrada a Irán. Una vez allí, los nuevos estudiantes son agrupados por zonas geográficas y aprenden literatura persa y árabe, historia, lógica, estudio del Corán y filosofía política de acuerdo con la línea del Iman.
Después de un plazo que puede durar entre tres y diez años, el estudiante queda listo para servir a la revolución ya sea en Irán o en el extranjero. Si es del caso también se da un entrenamiento militar especial.
El reporte reseñado por Liberation sostiene que la Universidad ha abierto sucursales en países islámicos y en naciones de Occidente. Entre otras, se cita a Libano, Tailandia, Alemania Federal, Sierra Leone, Pakistán, Japón y... Colombia.
El papel de la Universidad de Qom fue aparentemente comprobado en la primavera pasada cuando se desmanteló una red terrorista y dos de sus jefes reconocieron haber completado "el peregrinaje" académico. Aunque el documento no cita fuentes en sus informaciones se cree que éstas se obtuvieron de interrogatorios y de datos de los servicios secretos de otros países europeos.
Como es de suponer, las revelaciones de Liberation le dieron un nuevo marco a la crisis franco-iraní. Lo que desde un comienzo parecia ser una disputa limitada a un sospechoso de terrorismo, parece estar a punto de convertirse en toda una conjura a nivel mundial orientada desde Teherán con el visto bueno del ayatollah Khomeini. Aunque no se han hecho acusaciones formales a nivel de países, el trabajo de la seguridad francesa es tan detallado que hace presumir que en este asunto todavía queda mucha tela por cortar.