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EUROPA ESTA PISANDO A FONDO EL ACELERADOR EN EL FINAL DEL SIGLO

VISITO A BOGOTA EL POLITICO Y EMPRESARIO español Abel Matutes, comisario encargado de relaciones con América Latina en la Comunidad Europea, para firmar importantes convenios de cooperación. SEMANA: habló con él.

23 de diciembre de 1991

SEMANA: Algunos hablan que cuando se llegue a su culminación,la Conmunidad Europea se habrá convertido en una especie de Estados Unidos de Europa, ¿Cómo se podrá conjugar su estructura con el concepto de soberanía en países como Gran Bretaña, que la precian por encima de cualquier otra cosa?
ABEL MATUTES: Europa está pisando a fondo el acelerador en este final de siglo. La Comunidad Europea hace tiempo ya que abandonó la resignada senda de la Euroesclerosis.
Mi impresión es que no hay divergencias en los estados miembros en cuanto a los objetivos, y ya que alude usted a la noción de soberanía de algún estado miembro, creo que las declaraciones del secretario del Foreign Office, en este último con clave de ministros de Asuntos Exteriores del 12 y 13 de noviembre pasado, suponen un gran esfuerzo de conciliación y apuntan en la buena dirección.
SEMANA: Si aparte de los acuerdos económicos y monetarios se pretende tener una política exterior y de defensa comunitaria, ¿Cómo sería la toma de decisiones ante la inexisistencia de una jefatura de gobierno?
AM: La pregunta que usted me hace constituye el objeto de los trabajos en curso, que están llevando a cabo personalmente los ministros de cara a las cumbres de Maastricht.
Habida cuenta de lo delicado del tema, hemos convenido todos los miembros del Colegio de Comisarios evitar hacer declaraciones oficiales en estos momentos. No creo que traicione este compromiso si le digo que la idea es, simplificando un poco, ampliar el ámbito de las decisiones por mayoría cualificada, limitando al máximo las decisiones por unanimidad.
SEMANA: Hasta 1989 el camino hacia la integración de Europa parecía derecho y sin obstáculos. Pero el derrumbe del bloque comunista ha puesto de presente que las fuerzas centrípetas de los nacionalismos siguen tan fuertes como en el pasado, incluso en Occidente. ¿Ha perdido impulso el integracionalismo en Europa?
AM: Es cierto que la caída de los regímenes totalitarios en los países del Este han hecho resurgir ciertos nacionalismos, que en muchos casos, como en el de las repúblicas bálticas, se sustentaban en injusticias históricas. Sin embargo, ese fenómeno que se ha intentado extrapolar, de forma oportunista, no ha calado en la Comunidad.
La razón es simple, la Comunidad Europea es el ejemplo más desarrollado de integración de estados soberanos que conoce la historia. Los ciudadanos comunitarios (existe un instrumento para medir el grado de aceptación de las instituciones llamado eurobarómetro) se encuentran orgulloso, de pertenecer a la Comunidad. El ciudadano comunitario ha comprendido que es necesario realizar un ajuste diario y permanente de los intereses nacionales a los esquemas de integración.
SEMANA: ¿Cómo se vislumbra la relación de Europa con la América Latina ante las perspectivas que usted describe?
AM: Muy esperanzadoramente. La Comunidad Europea ha intensificado sus relaciones de cooperación con América Latina en los últimos años, desde que en asume las funciones de comisario responsable de Relaciones Exteriores, la Comunidad ha institucionalizado y formalizado su diálogo político y económico con todos los países de la región, ha redefinido su política de cooperación, ha ampliado su presencia operativa en todo el continente, ha aumentado en un 72 por ciento los recursos presupuestarios disponibles para América Latina y ha efectuado especialmente con Colombia y el resto de los países andinos afectados por el problema de la droga una apertura comercial sin precedentes.
No hay recetas mégicas, pero yo creo que los esfuerzos latinoamericanos deberían ir dirigidos a insertar competitivamente el aparato económico latinoamericano en la economía internacional.
Hoy existe en Latinoamerica una nueva generación de líderes que están trabajando en esta dirección y que están convencidos de la necesidad de desarrollar políticas económicas rigurosas y coherentes, abriendo paulatinamente sus economías, diversificando sus exportaciones y saneando los sectores no competitivos y sobre todo evitando el corto circuito de los mecanismos de mercado.
SEMANA: Colombia recibió un tratamiento arancelario preferencial de gran amplitud, por parte de la CEE, en respuesta a los esfuerzos colombianos para combatir el narcotráfico. Pero estas preferencias vencen dentro de tres años, en noviembre del 1994. Si, como es de prever, para ese entonces todavía Colombia este luchando contra el azote del narcotráfico, ¿sería viable pensar en una extensión de dichas preferencias?
AM: Una de las razones por las que el Consejo de Ministros de la Comunidad decidió aprobar mi propuesta en favor de Colombia y del resto de los países andinos afectados por el problema de la droga, fue precisamente por el carácter temporal y excepcional que se atribuiría a dichas medidas.
Entiendo que una gran parte de las preocupaciones colombianas podrían quedar satisfechas con la oferta comunitaria para productos tropicales, si se produce un resultado positivo de las negociaciones de la Ronda del Uruguay.
También la adopción del nuevo Sistema de Preferencias Generalizadas podría aportar soluciones en este sentido. Dicho esto, yo no excluiría a priori la posibilidad, si las condiciones que justificaron en su día la aprobación de estas medidas subsisten, de solicitar del Consejo una prorroga o reformulación eventual de las mismas.