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| Foto: A.P.

FRANCIA

Europa no solo es amenazada por los yihadistas

El presunto ultraderechista francés que habría planeado atacar su país durante la Eurocopa demostraría que no solo los yihadistas son una amenaza para el Viejo Continente.

11 de junio de 2016

Tres lanzacohetes, seis fusiles Kalachnikov, 5.000 municiones, 125 kilogramos de explosivos y 100 detonadores. Arrestado el 21 de mayo con este arsenal al intentar atravesar la frontera en la región de Loutsk, entre Ucrania y Polonia en un Renault Kangoo, el francés Grégoire Moutaux tendrá dificultades para probar su inocencia. Según las autoridades ucranianas, el joven de 25 años planeaba utilizar ese impresionante material de guerra durante la Eurocopa para atentar contra una mezquita, una sinagoga, un punto de control de carreteras y un centro de impuestos en Francia.

A finales de 2015 el sospechoso habría contactado grupos militares en el este de Ucrania, donde se enfrentan los pro y los antirusos, para obtener armas y cometer varios atentados en el territorio francés. Por ahora, las autoridades galas están analizando los elementos transmitidos por Kiev para determinar cuáles eran los objetivos precisos de este joven sin perfil criminal.

Grégoire Moutaux nació en Bar-le-Duc, un pueblo al este de Francia de solo 23 kilómetros cuadrados. Como si ese lugar no fuera lo suficientemente pequeño, trabajaba desde hace un año en Nant-le-Petit, una aldea de 84 habitantes a algunos kilómetros de allí. Su empleo consistía en practicar la inseminación de ganado en una cooperativa agrícola. A finales de 2015, se fue de vacaciones, y nunca volvió.

Sus vecinos lo describen como un joven trivial, sin historia y sin opiniones políticas. Según algunos, a veces mencionaba una novia que vivía en Ucrania y la posibilidad de comprar una finca en ese país. Nada fuera de lo común. Pero durante una requisición que la Policía francesa realizó en su casa encontró  una camiseta de Renouveau Français (la Renovación Francesa), un grupo de extrema derecha que denuncia la globalización y los inmigrantes. Según Vasyl Grytsak, director de los servicios secretos ucranianos, el joven está contra “la llegada masiva de extranjeros en Francia y la mundialización”.

Los servicios de inteligencia franceses saben que durante la Eurocopa la amenaza terrorista está más presente que nunca. Por eso, desplegaron 45.000 policías, 30.000 gendarmes y 10.000 militares en varios lugares sensibles, sobre todo estadios y zonas de hinchas. Además, una célula de análisis de riesgos fue instaurada para evaluar el nivel de amenaza durante el evento deportivo.

Para los franceses, ese impresionante dispositivo tenía como objetivo protegerlos exclusivamente de la amenaza yihadista, presente en el país desde los atentados del año pasado. Pocos temían un ataque de nacionalistas, aunque las autoridades ya se habían mostrado vigilantes. “Estamos desplegando recursos para interesarnos a la ultraderecha, que busca una confrontación. Tenemos que anticipar y bloquear todos esos grupos que quieren en algún momento provocar afrontamientos con las diferentes comunidades”, afirmó el 10 de mayo en la Asamblea Nacional, Patrick Calvar, jefe de la Dirección de la Seguridad Interior.

Aunque la tesis de los atentados parece verosímil, la Policía francesa no cree completamente en la versión de Kiev y explora la posibilidad de un simple tráfico de armas. La zona es conocida por el transporte, legal o ilegal, de armamento, sobre todo desde el inicio de la crisis política en el país.  Para Claude Moniquet, exagente secreto de la Dirección General de la Seguridad Exterior que trabajó en el este de Europa, ese sería el escenario privilegiado por los servicios franceses: “El sospechoso no es conocido de los servicios de inteligencia y no se le ha encontrado vínculos con grupos criminales. Se podría tratar simplemente de una herramienta del gobierno ucraniano para hacer creer a la Unión Europea que el país es capaz de controlar las fronteras. Si se tratara de un militante de extrema derecha que organiza 15 atentados, yo pienso que ya lo sabríamos”, dijo a SEMANA. Según esta versión, Ucrania buscaría que la institución transnacional facilite la circulación de sus ciudadanos en el espacio Schengen.

En los próximos días las autoridades dilucidarán los detalles del supuesto proyecto criminal y determinarán si Moutaux será extraditado a Francia. Sea lo que sea, este caso demuestra que Europa no está al abrigo de ataques de grupos subrepticios o de individuos radicalizados que operan en el continente alimentados por un incontrolable tráfico de armas.