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Fundamentalistas al ataque

Ataque en Egipto y complot sudanés en Nueva York, confirman la ofensiva del fundamentalismo islámico en el mundo entero.

20 de septiembre de 1993

LOS FUNDAMENTALlSTAS islámicos están atacando en todos los frentes, en lo que parece un plan concertado para conquistar el poder del mundo musulmán y humillar a los "enemigos de Alá". La semana pasada la declaratoria de Sudán como "país terrorista" por parte de Estados Unidos, y un atentado en Egipto contra el ministro del Interior, le dieron un nuevo giro a una lucha que parece interminable.
El gobierno de Sudán, dirigido por el general Omar Hassan Ahmad al-Bashir, resulto seriamente comprometido en el reciente complot para volar el edificio de las Naciones Unidas en Nueva York.
El hecho salio a la luz pública cuando la cadena de televisión "ABC News" divulgó una conversación grabada que sostuvo el principal sospechoso, Siddig lbrahim Siddig Ali, con un informante de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), en la cual resultaban implicados dos diplomáticos de la misión sudanesa en la ONU. Esta noticia coincidió con el anuncio que hizo el secretario de Estado norteamericano, Warren Christopher, de incluir a Sudán en la lista negra de países que apoyan el terrorismo. Es decir, que Sudán vendrá a engrosar ese grupo de países integrado por Cuba, Siria, Libia, Corea del Norte, Irán e Irak.
El hecho fue coincidencial, porque la decisión fue tomada por el departamento de Estado ante las pruebas de que el gobierno de Khartum ha sido protector de reconocidos grupos terroristas como la organización de Abu Nidal, el Partido de Dios y el Partido Islámico radical Guerra Santa y además tiene fuertes vínculos con el régimen de Irán.
Para curarse en salud, Washington tomó la decisión de cortar por lo sano, porque es evidente que el terrorismo en Nueva York tiene relación con la injerencia de Estados Unidos en el Medio Oriente, cosa que no toleran los grupos islámicos radicales, sobre todo los patrocinados por Irám.
Sea como fuere, estar incluido en esa lista implica el bloqueo economico y la suspensión de la ayuda mililar y financiera por parte de Estados Unidos. Pero además, significa la imposibilidad de obtener ayuda por parte de organismos multilaterales financieros como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional. Con la decisión adoptada por Washington, Sudán se integra al listado del veto norteamericano que incluye a Irán, Irak, Libia, Cuba, Corea del Norte y Siria.
Para el gobierno de ese país, la decisión norteamericana es fatal. Sudán vive una guerra civil motivada por la rebelión de las provincias del sur, que son cristianas y de raza negra, con tra el gobierno fundamentalista islámico de al-Bashir, que apoyado en la población árabe, pretende imponer el estado islámico y las leyes del Corán.
Como resultado de esa controntación la población de color afronta hambrunas y desplazamientos peores que los de Somalia. Ahora con el bloqueo, el futuro es aún más incierto, pues aunque el veto exceptúa la ayuda humanitaria de primera necesidad, es poco probable que el gobierno de Washington movilice algún recurso a quienes considera "aliados del terrorismo".
En otro lado del mundo, en Egipto, un atentado contra el ministro del Interior Hassan al-Alfi fue el último episodio de una guerra iniciada hace 18, meses, cuando el gobierno de Hosni Mubarak decidió combatir frontalmente la subversión fundamentalista. Desde entonces esa guerra adejado más de 180 muertos y perdidas en la industria del turismo superiores a dos mil millones de dólares.
Entre las víctimas del terrorismo se cuentan oficiales de policía, cristianos coptos, intelectuales, miembros del alto gobierno y turistas extranjeros. El atentado de la semana pasada no hace más que radicalizar aún más un conflicto que no parece tener solucion posible y que se repite en varios países musulmanes tanto en Africa como en el Medio Oriente.