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| Foto: A.F.P.

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El último adiós para Mandela

El mundo despidió el martes a uno de los hombres más importantes del siglo XX.

14 de diciembre de 2013

LAS VIUDAS


La compañera
Winnie Madikizela-Mandela estuvo casada con Mandela durante cuatro décadas. Lo apoyó durante su detención y lo acompañó cuando llegó a la Presidencia en 1994. Dos años después se divorciaron.

El amor tardío
La mozambiqueña Graça Machel, viuda del presidente Samora Machel y activista de los derechos de la mujer, se casó con Mandela cuando este tenía 80 años y era presidente. Lo acompañó hasta su muerte el 5 de diciembre.

Waka Waka
Los sudafricanos tienen un concepto muy distinto de la muerte. Para ellos un funeral sirve para festejar la vida de una persona, en este caso un hombre que hizo historia.

El falso intérprete
Nadie sabe qué sintieron los sordomudos de este mundo cuando vieron a Thamsanqa Jantijie junto a Barack Obama en las pantallas de sus televisores. Es probable que furia, pues el intérprete sudafricano contratado para traducir el discurso del presidente estadounidense y otros líderes resultó siendo un fiasco: sus señas no eran más que movimientos sin sentido. Luego de la sorpresa, Jantijie confesó que sufre de esquizofrenia y que cuando debió salir a hacer su trabajo sufrió un ataque y alucinó.

EL PODER PRESENTE
Una estampida de jefes de Estado y líderes mundiales llegó a Johannesburgo para despedir a Mandela. Según la Cancillería sudafricana, asistieron 91 personalidades.

Nicolas Sarkozy y François Hollande.

La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

Frederik de Klerk y Raúl Castro.

El arzobispo Desmond Tutu y el secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon.

Frederik de Klerk y Raúl Castro.

LA FRASE

“No hay nadie como Madiba”, dijo el presidente de Sudáfrica, Jacob Zuma, durante su discurso el pasado martes. Llamó a Mandela por su nombre de la tradicion xhosa, que se convirtió en el apelativo cariñoso de sus compatriotas.

El ‘show’ de Barack
El presidente de Estados Unidos es el líder mundial más glamoroso de la actualidad y su aparición lo demostró. Su discurso fue, de lejos, el mejor. Pero otras dos situaciones causaron verdadero furor. Cuando se topó con el líder cubano Raúl Castro le dio un apretón de manos que, como se apresuraron a aclarar ambas partes, no va a cambiar la historia pero sí muestra que son personas civilizadas. Más tarde, un camarógrafo lo sorprendió jugueteando en la tribuna con el primer ministro de Reino Unido, David Cameron, y la primera ministra de Dinamarca, Helle Thorning-Schmidt. Mientras esta última intentaba sacarse una foto con los dos hombres, Michelle Obama los miró con enojo.