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HA LLEGADO EL AGUILA

La rotunda victoria de Mulroney le da carta blanca para gobernar sin aliados

8 de octubre de 1984

Cuando tenía 15 años Brian Mulroney, el nuevo Primer Ministro de Canadá, era sólo el hijo del electricista irlandés de BaieComeau, la remota localidad de la provincia de Quebec. Se dice que ya desde esos días él ansiaba ocupar ese cargo. Treinta años tuvo que esperar y luchar para lograrlo. Primero comenzó a ganarse la vida como obrero y como conductor de camión en las desiertas carreteras del norte de su provincia natal; más tarde pudo ingresar a la Universidad de Laval, en la ciudad de Quebec, donde estudió Derecho. La pasión por la política había aflorado en él desde muy temprano cuando se graduó con honores de bachiller en Artes y Ciencias Políticas en la Universidad de San Francisco Javier en Antigonish, Nueva Escocia.
Como abogado laboralista trabajó en Montreal hasta 1976, cuando se vinculó a la empresa multinacional de hierro Iron Ore Company de la cual fue vice presidente y luego presidente hasta que ganó, en junio del año pasado, el liderazgo del en ese entonces opositor Partido Conservador Progresista.
Desde esa fecha Mulroney se lanzó a la caza del puesto que durante 16 años había conservado el liberal Pierre Trudeau. Para lograrlo tuvo que vencer a John Turner, el ex ministro de Finanzas de 55 años que substituyó el pasado 29 de junio a Trudeau tanto en el cargo de Primer Ministro como de líder del Partido Liberal.
La elección del nuevo gobernante, el 4 de septiembre no fue mediante voto popular, pues en el sistema canadiense el Primer Ministro es elegido por la Cámara de los Comunes. La ciudadanía elige si a los miembros de dicha corporación y asi el lider que obtiene una mayoria alli se convierte en el Primer Ministro. Esto fue lo que ocurrió el martes de la semana pasada al lograr Mulroney 211 de los 282 escaños de esa Cámara, dejando al Partido Liberal de Turner con sólo 40 escaños y a la centrista Nueva Democracia de Edward Broadbent con 30.
El programa con el que ganó Mulroney fue deliberadamente vago.
Su principal promesa fue revitalizar la economia que atraviesa por un mal momento. El desempleo asciende a 1.4 millónes, la deuda externa constituye el 7% del producto bruto interno y la recesión industrial no termina del todo. La visión que tiene Mulroney de su país es el de un Canadá desarrollando más y mejores vínculos económicos con Estados Unidos y con una política exterior más cercana a la de la Casa Blanca ya que, según él "Canadá depende de las inversiones de corporaciones estadounidenses.
Esto significa que no veremos a ministros del gobierno canadiense criticando públicamente las posiciones estadounidenses en materia comercial", diría el nuevo Primer Ministro al referirse a las quejas de Estados Unidos contra las actividades de la Agencia para la Revisión de las Inversiones Extranjeras (FIRA), establecida por el pasado gobierno liberal en 1974 para garantizar que las inversiones extranjeras beneficiaran a la economía canadiense, y cuyas conclusiones en muchos casos chocaron con los principios de libre comercio invocados siempre por Washington.
Otros problemas que deberá encarar Mulroney son las difíciles relaciones entre el gobierno federal y las provincias, muy celosas éstas de su autonomía, lo que a veces crea tensiones con el poder de Montreal. También están los recelos entre el oriente canadiense (rico en bosques maderables, cereales y uranio) y el industrializado occidente canadiense. Diferendo típico del Canadá es el que existe entre la población de habla francesa (que es mayoría en la provincia de Quebec, pero minoria en el país) y la de habla inglesa (la mayoría nacional), fenómeno éste que ha alentado incluso tendencias separatistas en el sector franco canadiense, conjuradas transitoriamente por la administración Trudeau mediante la imposición de una política de bilinguismo obligatorio en escuelas, oficinas públicas, etc.
Sin embargo, el temor de que el nacionalismo "quebecois" se dispare de nuevo con la caída de los liberales, quienes habían estado en el poder durante 70 años comienza a manifestarse. Algunos expresan esto mientras otros señalan que el nuevo Primer Ministro, anglo parlante él mismo, contará con la ventaja de ser un "quebecois" y hablar por ende un fluido francés.
Finalmente, se teme que Mulroney abandone la política de autonomía relativa ante Estados Unidos de la era Trudeau y que una de sus primeras decisiones sea eliminar a Nicaragua de la lista de naciones elegibles para asistencia económica. Por lo pronto, Mulroney ha anunciado que incrementará el presupuesto de Defensa en un 6% anual en un esfuerzo por "recobrar nuestra posición en la Organización del Tratado del Atlántico Norte". -