Hamás admite que disparó desde áreas residenciales

Dos semanas después del final de la guerra de Gaza, hay cada vez más evidencia de que los milicianos de Hamás han usado zonas residenciales como escudos humanos para lanzar cohetes contra Israel.

Incluso Hamás ha admitido que cometió "errores", pero dice que no tenía muchas opciones dada la composición urbana de Gaza, llena de gente. Sin embargo, asegura que tomó medidas de seguridad para alejar a las personas de los combates. El grupo insiste que la dura respuesta israelí es la verdadera culpable de la muerte de cientos de civiles palestinos.

"Gaza es una cadena urbana ininterrumpida que Israel ha convertido en una zona de guerra", dijo Ghazi Hamad, un alto funcionario de Hamás en Gaza.

Cada vez más, la discusión no es sobre si Hamás disparó los cohetes desde zonas civiles, sino exactamente cuán cerca estaban de las construcciones habitadas.

"Los israelíes siguen diciendo que los cohetes fueron disparados desde escuelas u hospitales, cuando en realidad fueron disparados desde 200 o 300 metros de distancia. Aun así, hubo algunos errores, pero fueron resueltos rápidamente", dijo Hamad.

La admisión de Hamad representó la primera vez que un funcionario de Hamás reconoce que, en algunos casos, los milicianos dispararon cohetes desde o cerca de zonas habitadas por civiles o de este tipo de instalaciones.

La pregunta es el centro de un enfrentamiento jurídico internacional: ¿Acaso Hamás disparó cohetes contra Israel deliberada y sistemáticamente desde viviendas, hospitales y escuelas con la intención de que Israel tomara represalias, como afirma Israel? ¿O es que Israel utilizó fuerza excesiva, resultando en las muertes de personas que no participaron en operaciones de combate?

Las respuestas podrían ayudar a determinar si Israel, Hamás o ambos serán acusados al final de violar las leyes internacionales de la guerra, en un conflicto que causó daños enormes.

Según cifras palestinas, cerca de 2.200 palestinos murieron —aproximadamente tres cuartas partes de ellos civiles y, entre ellos, más de 500 niños— y 11.000 resultaron heridos. La guerra también dejó unas 100.000 personas sin hogar. Setenta y dos personas perdieron la vida en Israel, entre ellos seis civiles.