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Es la primera vez, en 19 años, que ese país sufre de una hambruna. | Foto: AP

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Hambruna en Somalia: ¿y ahora qué?

La declaración de hambruna en dos áreas de Somalia es vista por algunos como una nueva cara de una realidad denunciada desde hace años: los somalíes viven una crisis crónica.

Alianza BBC
21 de julio de 2011

La declaración de hambruna por parte de las Naciones Unidas en dos áreas de Somalia es vista por algunas organizaciones de ayuda humanitaria como una nueva cara de una realidad denunciada desde hace varios años: los somalíes viven una crisis sistemática y crónica, no sólo producto de la sequía sino de la pobreza y el conflicto armado interno.

"En todo el país, cerca de la mitad de la población somalí -3,7 millones de personas- está en una situación crítica. De esas personas, se estima que 2,8 millones se encuentran en el sur del país", señaló en un comunicado la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios para Somalia de la ONU.

Para algunos, haber esperado que millones de personas estén en peligro para declarar la hambruna es un poco tarde, mientras que para otros, el anuncio busca mejorar la respuesta internacional a la crisis.

"Lo que es evidente es que con toda la cobertura mediática que ha tenido la situación en Somalia, ahora más con la declaración de hambruna, hay mucha mayor atención por parte de los donantes a esta crisis", le dijo a BBC Mundo, Alfonso Verdú responsable de operaciones en Kenia, Etiopía y Somalia de la organización Médicos sin Fronteras.

"Eso, junto al anuncio de una las partes del conflicto somalí de que las agencias humanitarias serán bienvenidas, podría llevar a una mayor (y más rápida) presencia operacional de actores humanitarios dentro del país", señaló Verdú.

De acuerdo con Verdú, pese al despliegue en los medios de comunicación de la crisis en Somalia, la respuesta en el terreno sigue siendo escasa y lenta.

¿Qué es la hambruna?

El especialista en África de la BBC, Andrew Harding, señaló que el término "hambruna" es usado en raras ocasiones y con mucho cuidado por las organizaciones de ayuda humanitaria. Es la primera vez que se usa desde 1992, cuando también se declaró en Somalia.

"Si no actuamos ahora, la hambruna se extenderá, en dos meses, a las ocho regiones del sur de Somalia, debido a las malas cosechas y a los brotes de enfermedades", indicó el coordinador de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas para Somalia, Mark Bowden.

Se calcula que 10 millones de personas han resultado afectadas en el este del continente por la peor sequía que se ha registrado en más de 50 años.

Aunque no existe una definición de hambruna que tenga un consenso internacional absoluto, la mayoría de las organizaciones coinciden en que existe hambruna cuando se conjugan varios factores.

"En Médicos sin Fronteras no le damos ese tipo de calificación a ninguna crisis", señaló Verdú.

"Pero en lo que casi todos los actores suelen coincidir es que una hambruna se declara cuando hay un deterioro, en un lugar concreto, de la situación social, económica, política y humanitaria de la población. Es cuando ha fallado todo. Puede haber malnutrición derivada de una época de lluvias, pero en la que la gente todavía tiene mecanismos de subsistencia", explicó Verdú.

"Lo que ahora está pasando en ciertas áreas de Somalia, que es calificado por la ONU como hambruna, es que ya ni eso existe. Ni siquiera hay posibilidad de acoger a gente que está sufriendo la pérdida de ganado y por tanto de los mecanismos de supervivencia. No tienen otra opción diferente a huir y emprender el camino hacia las fronteras".

De acuerdo con la ONU, la crisis en el sur de Bakool y en Shabelle se ha deteriorado rápidamente.

Además de la tragedia humana, existe una definición técnica de la hambruna: se trata de hambruna cuando la tasa de mortalidad diaria, en una zona específica, es de más de dos adultos o cuatro niños por cada 10.000 habitantes; cuando más de 30% de los niños sufren de desnutrición aguda y cuando la población ingiere mucho menos de las 2.100 kilocalorías recomendadas diariamente.

Refugiados

Más allá de las crudas estadísticas, organizaciones en el terreno ven la crisis con absoluta claridad.

"Lo que podemos decir es que con base en nuestros más de 20 años en Somalia (y el trabajo de los últimos años en los campamentos de refugiados somalíes en Kenia y Etiopía), hay un aumento dramático en los casos de malnutrición, sobre todo en niños", señaló Verdú.

La organización también ha reportado que, en los últimos meses, el número de refugiados se ha "disparado".

"Hace un año y medio, cuando comenzamos una intervención en un campo de refugiados en Dadaab en Kenia, la población era de 270.000 somalíes, ahora están rozando los 400.000. En Etiopía, hace poco más de dos meses había 40.000 refugiados somalíes, ahora hay 110.000 en cuatro campos abiertos por Médicos sin Fronteras".

Se estima que más de 166.000 somalíes en estado de desesperación han tenido que abandonar sus hogares y se han encaminado rumbo a las vecinas Kenia o Etiopía, donde se han levantado campamentos de refugiados.

Conflicto

Lo que es clave, según expertos, es entender que la magnitud de la crisis en Somalia no se resuelve con una declaratoria de hambruna o con la apertura de más campamentos de refugiados. Esas son soluciones a corto plazo, cambios estructurales y profundos son necesarios.

"En los últimos años, Médicos sin Fronteras ha estado presente en Somalia y hemos visto a muy poca gente en el terreno respondiendo a las necesidades de la población. Si hablamos de soluciones, partiendo de que nosotros no queremos darle ninguna solución a ningún país, lo que está claro es que cuando acaba el análisis humanitario sólo caben soluciones de un tipo: políticas", indicó Verdú.

Debido a esta crisis alimentaria, al-Shabad, un grupo con afiliación a Al-Qaeda que controla partes del sur y el centro de Somalia, levantó una restricción que impedía, desde 2009, a organizaciones internacionales de ayuda humanitaria ingresar en esos territorios.

Tanto la ONU como Estados Unidos han denunciado que el personal de organizaciones de ayuda internacional necesita más garantías de seguridad por parte de los grupos armados que operan en esa zona para desplegar su ayuda.

Johnnie Carson, secretario adjunto para Asuntos Africanos de Estados Unidos, señaló que su país está a la expectativa de ver si al-Shabab busca realmente un "cambio real" o si el grupo planea imponer algún tipo de "impuesto o condición" a los suministros.