Francisco sigue revolucionando

La que se preveía como una titánica tarea para el sucesor de Benedicto XVI, parece ser, en manos de Francisco, una labor sencilla, pues el papa, sin inmutarse ni perder su sonrisa, revoluciona la Iglesia con cada paso que da. El pontífice sorprendió al mundo con un documento de 142 páginas (titulado La alegría del Evangelio) en el que trazó la hoja de ruta de lo que quiere que sea la Iglesia católica y en lo que debe reflexionar el mundo. Según Francisco, la Iglesia, salpicada de “envidias, celos y guerras” debe transformarse desde el propio papado mientras que en el mundo los políticos deben luchar contra la tiranía de un sistema económico que mata: “No compartir con los pobres los propios bienes es robarles y quitarles la vida. No son nuestros los bienes que tenemos, sino suyos”. Los principales puntos del documento giran en cuatro grandes temas: uno, rechazo a la economía de exclusión, dos, un mensaje a políticos y financistas, tres, el papa no tiene el monopolio y cuatro, no a las mujeres en el sacerdocio, pero más presencia de ellas en la Iglesia.