Home

Mundo

Artículo

HUESPED DISTINGUIDO

La solicitud de asilo de un ex dictador haitiano es otra pata que le sale a las relaciones con Estados Unidos.

11 de diciembre de 1995

UN ASESINATO, QUE PERfectamente podría haber sido perpetrado por la delincuencia común puesto que tiene el ingrediente del robo de dos bolsas llenas de dinero, tiene de cabeza a la diplomacia colombiana. El martes 7 de noviembre fue muerto el político haitiano Jean Hubert Feuille, primo del actual presidente Jean Bertrand Aristide, y herido el diputado Gabriel Fortune a la salida de un banco en una zona residencial de Puerto Príncipe.
De inmediato la policía inició las pesquisas para dar con los posibles autores del homicidio. Tres horas más tarde la Fuerza Interna de Seguridad llegó a la residencia del ex dictador Prosper Avril, confiscó una docena de armas y arrestó a la hija del general, Carine Avril Cineas, y a su yerno. Al temer por su vida, Avril decidió refugiarse en la embajada colombiana y solicitar asilo político.
Estos hechos ocurrieron a pesar de que los tribunales no han vinculado a Avril en la investigación por el asesinato de Feuille. Sólo un comunicado de la Agencia de Prensa Haitiana difundió una versión policial según la cual el ex dictador estaría vinculado con el crimen.
Las opiniones en Puerto Príncipe parecen diferir del señalamiento que el actual gobierno le hizo al ex dictador. Algunos consideran que un nuevo clima se está viviendo en Haití, pues los opresores de ayer han ocupado el puesto de los perseguidos. El periodista Clarence Renois señaló durante una entrevista la semana pasada que "hoy en día los actores han cambiado de lugar y las víctimas de ayer son los victimarios de hoy, y añadió que las imágenes nos hacen regresar algunos años atrás y nos muestran que las cosas no han cambiado en este país".
Pero más allá de establecer si se trata de un perseguido político o de un prófugo de la justicia, el problema para Colombia es de otra índole. Este caso podría convertirse en un nuevo frente de discordia con Estados Unidos. Aristide no sólo es un presidente elegido democráticamente sino que es un protegido de Washington. La decisión de otorgar asilo a Avril no es de poca monta: para el profesor de relaciones internacionales de la Universidad Javeriana, Andrés Franco, una respuesta afirmativa a la solicitud de asilo podría ser leída como "una agresión directa frente al actual gobierno de la isla". Además señala que esta situación le cae como anillo al dedo al pronunciamiento que Bill Clinton hizo hace pocas semanas sobre el tema. "En su discurso ante las Naciones Unidas pidió a los gobiernos limitar la concesión de asilo político, pues se estaba constituyendo en bandera de la corrupción".
Por la inestabilidad política de Haití, el tema del asilo vuelve a tomar fuerza en Colombia. La única diferencia es que en esta oportunidad no son los dirigentes peruanos quienes le han dado vigencia por cuenta del ex presidente Alan García. Esta vez, si cabe, las apuestas sobre la mesa son mayores.-