relaciones publicas
Imagen y balas
La firma The Rendon Group ha hecho carrera en el mercadeo de la guerra en el mundo. En su millonario contrato con el Pentágono se incluye a Colombia.
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Mientras que para las víctimas de conflictos internos y externos la guerra es sinónimo de dolor y muerte para The Rendon Group (TRG), una firma de relaciones públicas con sede en Washington y Boston, se trata de una cuestión de imagen, manejo de información y propaganda. En Estados Unidos es público que después del 11 de septiembre el Pentágono firmó con ella un contrato por 100.000 dólares mensuales para mejorar la imagen del país frente al mundo árabe y generar percepciones favorables a la guerra contra el terrorismo. Por ese contrato la firma organizó la repartición de panfletos que invitaban a los Talibán a rendirse y se especula que los esfuerzos de mercadeo actuales se dirigen a venderle al público internacional la guerra contra Irak y a desacreditar a Saddam Hussein.
Aunque la firma es muy reservada en cuanto a la labor que realiza para Estados Unidos sus acciones anteriores son un buen indicativo. Durante la invasión a Panamá, en 1989, la firma trabajó para moldear la imagen de Guillermo Endara, el líder de la coalición contra el general Manuel Antonio Noriega que finalmente fue posesionado como presidente en un barco norteamericano y que presidió un gobierno títere de la potencia. Cuando Irak invadió el Golfo Pérsico en 1991 el gobierno de Kuwait le pagó a TRG para que convenciera al mundo de la necesidad de la guerra y para que contrarrestara la mala imagen del emirato. Una vez la campaña acabó la firma se encargó, por ejemplo, de poner en escena la imagen de los kuwatíes que ondeaban banderas estadounidenses en agradecimiento por la liberación de su territorio. "¿Nunca se preguntaron cómo la gente de Kuwait, que estuvo sitiada por siete largos y penosos meses, pudo conseguir las banderas? Bueno, ya saben la respuesta, ese era nuestro trabajo", explicó John W. Rendon Jr., presidente de TRG, en una conferencia en 1996.
A los pocos meses de concluir la Operación Tormenta del Desierto la CIA le encargó a TRG la tarea de desprestigiar a Saddam Hussein y promover a sus opositores como alternativa de gobierno. Un antiguo estudiante de árabe que sabía imitar la voz de Hussein contó a Asia Times que la firma lo contrató para que tradujera unos libretos que parodiaban a Saddam y los difundiera en una emisora que transmitía en Irak. Desde su oficina de Washington el grupo se encargó también de consolidar el Congreso Nacional Iraquí, la entidad de disidentes que se encargaría de gobernar el país una vez Saddam fuera tumbado. La firma inventó este nombre y le prestó servicios de asesoría de imagen a Ahmad Chalabi, el líder de la coalición.
Según su propia página de Internet, The Rendon Group también ha defendido los intereses estadounidenses en los conflictos de Haití, Kosovo, Zimbabwe y Colombia. En efecto, fuentes oficiales del gobierno colombiano aceptaron a SEMANA que Rendon asesora actualmente las comunicaciones del Ministerio de Defensa y que es pagada por el gobierno estadounidense. Sin embargo, ni la firma en Washington, la embajada estadounidense en Colombia o las autoridades nacionales aceptaron proporcionar mayor información sobre la naturaleza de la asesoría.
The Rendon Group estuvo envuelto en un escándalo a comienzos de este año cuando el diario The New York Times publicó un artículo en el que revelaba que la firma asesoraba a Washington para la creación de la oficina de influencia estratégica. Según el diario la entidad serviría para difundir a las agencias de noticias internacionales información falsa pero favorable a los intereses norteamericanos. La polémica desatada fue tan grande que la oficina se cerró antes de comenzar sus funciones, pero el contrato con Rendon siguió en pie.
Además de este escándalo, otros contratos con TRG también han sido cuestionados por su inefectividad y por el supuesto derroche de dinero de contribuyentes que implica cada asesoría. Por ejemplo, el montaje de la emisora en Irak fue un fiasco porque nadie en el país la escuchaba ya que el acento turco o egipcio del árabe utilizado era incomprensible para los iraquíes. Por otro lado, en 1995 los gastos eran tan escandalosos que la CIA ordenó una auditoría interna para investigar el contrato con la firma. Aunque el inspector de la agencia no encontró nada ilegal se indignó al enterarse de que algunos operarios de Rendon en Londres ganaban hasta 19.000 dólares al mes, más de lo que devengaba el director de la CIA. Poco a poco esta agencia dejó de hacer negocios con TRG y hoy en día sus contratos con el gobierno se limitan al Pentágono .
Pero a pesar de los reparos éticos que implica un negocio de propaganda de guerra, y las denuncias por su supuesta ineficacia, Rendon sigue adelante con una actividad que ha probado ser muy rentable. Como tantos otros negocios del sector privado que hoy por hoy gravitan alrededor de las actividades militares de Estados Unidos.