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INVASION A LA VISTA

Las últimas movidas de los militares haitianos le dieron al gobierno estadounidense la justificación internacional para actuar.

15 de agosto de 1994

TRAS DERROCAR AL GOBIERNO DEL PRESIdente Jean Bertrand Aristide mediante un sangriento golpe de estado en septiembre de 1991, los militares haitianos pusieron en práctica una política de represión que causó la muerte de más de 3.000 personas, y desde comienzos del presente año el hostigamiento contra los partidarios de Aristide ha sufrido una escalada que ha aumentado los asesinatos a 75 mensuales.
Todos esos datos provenían de la observación directa que hacía la misión de observadores de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y de la Organización de Estados Americanos (OEA), la misma que fué expulsada por el general Raoul Cedras, la semana pasada.
Si algo le faltaba al gobierno estadounidense, era un pretexto perfecto para justificar una invasión, Cédras se lo puso en bandeja con esa medida. Como dijo el argentino Dante Caputo, enviado especial de la ONU para Haití "ellos asesinan y violan a la gente, y no quieren testigos". Lo cierto es que Cedras internacionalizó la cuestión, porque se echó encima la ira, ya no solamente de Estados Unidos sino del Consejo de Seguridad de la ONU, que expidió una resolución de condena: "El Consejo rechaza este intento del régimen defacto de desafiar la voluntad de la comunidad internacional. Este comportamiento provocador afecta directamente la paz y la seguridad de la región".
Esas realidades diplomáticas se unieron al hecho de que Estados Unidos siguió acumulando fuerzas en el área, y efectuando ensayos de desembarco en islas cercanas para que la mayoría de los observadores internacionales concluyeran que la invasión a Haití era inminente.
Ningún gobierno puede lanzar a los soldados de las barras y estrellas a enfrentar una muerte posible, si no puede argumentar que los intereses vitales de Estados Unidos están en juego, y ese es uno de los cuellos de botella. El principal argumento tiene que ver con el flujo de refugiados, que ha adquirido proporciones alarmantes. Hace poco se reportó que en una sola semana habían tratado de huir de Haití en embarcaciones improvisadas más de 15.000 personas. Desde el 12 de junio pasado, cuando el gobierno anunció que bajo ciertas condiciones los haitianos podrían establecerse en Estados Unidos, los guardacostas han recogido 19.200 haitianos, mientras más de 15.000 están concentrados en Guantánamo.
El otro argumento se relaciona con los derechos humanos y el desconocimiento de la democracia que los militares exhiben sin ningún recato. Según esa idea, los oficiales han lanzado a las calles a un ejército de attachés, los tenebrosos herederos de los Tonton Macoutes, con el objetivo de aplastar a los partidarios de Aristide. Y no han tenido ningún problema en poner y quitar presidentes a su aire, como cuando en mayo pasado entronizaron a un viejo abogado, Emil Jonassaint, para que cumpliera un papel protocolario. La administración sostiene también que el bloqueo económico no ha funcionado, y que lo único que queda es tomar al toro por los cuernos. Esos argumentos tienen tanto de largo como de ancho porque, como dicen algunos opositores de la idea, como el republicano Richard Lugar, si fuera por el problema de los inmigrantes habría que invadir a México. Y si se trata de defender la democracia y los derechos humanos, una intervención, como se demostró en Haití en 1915, no garantiza que los haitianos se conviertan en electores.
Si en cuanto a los argumentos la situación no es muy clara, en cuanto a los medios lo es menos aún. Existe la percepción de que sólo una acción conjunta con otros países del área le daría legitimidad. Pero pocos estados de Latinoamérica prestarían su nombre, porque la región tiene una larga y amarga historia de intervenciones (ver recuadro).
Pero Clinton parece dispuesto a seguir con sus planes de fuerza. Y la verdadera razón no estaría en el libro de la estrategia, sino en el del orgullo. Tener un país de maleantes en el propio patio trasero no es muy bueno para el amor propio, sobre todo para un gobierno que, como el de Bill Clinton, tiene aún que establecer su verdadera identidad y el peso de su presencia en el contexto internacional.

UNA HISTORIA DE INTERVENCIONES

Desde el siglo pasado Estados Unidos ha intervenido en el resto de América, con resultados casi siempre negativos. Pero no es raro que los países del área sean refractarios a apoyar esas actitudes. Los siguientes son apenas de los episodios en que la política de Washintong se proyectó al interior de sus vecinos.

1.- MEXICO, 1845: La historia comienza a mediados del siglo XIX, cuando se produce la guerra hispanomexicana que tuvo como eje central el establecimiento de la república de Texas por parte de aventureros estadounidenses (y su posterior absorción) y terminó con la pérdida, por parte de México, de todas sus provincias noroccidentales, en territorios que hoy conforman los estados de Arizona, California, Colorado, Nevada, Nuevo México, Texas y Utah.

2.- MEXICO, 1915: La Casa Blanca del presidente Woodrow Wilson era consciente del peligro que significaba la permanencia en el poder del general Victoriano Huerta, quien había establecido una dictadura contrarrevolucionaria tras asesinar al presidente Francisco Madero. La historia oficial dice que para evitar que llegara un navío alemán con armas para el régimen, Wilson ordenó la ocupación del puerto de Veracruz. La situación pudo desembocar en guerra, pero la mediación de Argentina, Brasil y Chile sacaron a Wilson de un callejón sin salida.

3.- NICARAGUA, 1855: El aventurero William Walker, quien había intentado tomarse los estados mexicanos de Baja California y Sonora, desembarcó con 57 seguidores en el puerto de Corinto, invitado por uno de los contendientes de una guerra civil, y apoyado por el establecimiento de transporte Vanderbilt's Accessory Transit Company. Walker aplastó la guerra y se declaró presidente, apoyado por el reconocimiento del gobierno de Estados Unidos. Tras muchas peripecias, el aventurero fué derrotado por una coalición de varios países centroamericanos y ejecutado en 1860.

4.- CUBA,1898: En 1898 Estados Unidos, con el pretexto de la misteriosa voladura de su acorazado Maine en la bahía de la Habana, intervino en la guerra de la independencia de Cuba, derrotó a España en unos cuantos meses de acombates y acabó con lo que quedaba de ese declinante imperio.
Como consecuencia, Cuba fué ocupada durante más de 20 años. Puerto Rico quedó en manos de Estados Unidos y Filipinas se mantuvo bajo el poder de Washintong hasta su ocupación por fuerzas japonesas en 1942.


5.- COLOMBIA,1903: Tras el desastre del intento del ingeniero Ferdinand de Lesseps (autor del canal de Suez) por construir el canal de Panamá, Estados Unidos adquirió los derechos de la compañía francesa, pero el senado de Colombia no avaló el acuerdo. Para asegurarse de que el negocio del canal no se le embolatara, el gobierno de 'Teddy' Roosevelt impulsó el secesionismo local, local incluso mediante la presencia militar y el 3 de noviembre de 1903 nació la República de Panamá. Colombia resultó indemnizada con 25 millone de dólares y Estados Unidos aseguró el canal por 99 años.-



6.- HAITI, 1915: A comienzos del síglo XX la economía haitiana había tocado fondo, y el National City Bank de Nueva York presionaba a Washington para asegurar sus acreencias. La decisión de invadir se aceleró cuando se supo que Francia y Alemania estaban en el mismo problema. Como consecuencia, el tirano Guillaume Sam fué derrocado el mismo día en que desembarcaban tropas estadounidenses para asumir el control. Estados Unidos asumió el derecho a controlar los recursos fiscales. La ocupación duró hasta 1934, permitió reorganizar al país, pero el éxito a largo plazo probó ser mínimo.


7.- GUATEMALA, 1953: Con la llegada al poder del coronel Jacobo Guzmán, las reformas sociales de su antecesor Juan José Arévalo lo radicalizaron más, y la influencia comunista en las centrales obreras se volvió una amenaza para los intereses de la United Fruit Company. La ley agraria, que expropiaba toda la tierra no cultivada más allá de 90 hectáreas, fué la gota que colmó la copa. En 1954 agentes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) organizaron un ejército contrarrevolucionario desde Honduras y El Salvador, e invadieron el País. En junio de 1954 el coronel Arbenz se vió forzado a renunciar.-

8.- CUBA,1961: Con el triunfo de la revolución liderada por Fidel Castro, las relaciones con Estados Unidos se deterioraron aceleradamente. En mayo de 1959 la reforma agraria nacionalizó la industria del azúcar, y el 1960, luego de que Estados Unidos prohibiera la importación de azúcar cubana, Castro nacionalizó todos los bienes e inversiones estadounidenses en la isla. El 17 de Abril de 1961 Estados Unidos patrocinó el desembarco en la playa Girón con 1500 exiliados, pero los expedicionarios fueron rápidamente derrotados. El 1 de mayo de 1961 Castro proclamaba a Cuba como Estado marxista leninista.



9.- R. DOMINICANA, 1965: Después de estar bajo la administración militar de Estados Unidos entre 1916 y 1924 por circunstancias parecidas a las de Haití en la misma época, República Dominicana fué invadida en 1965. El presidente constitucional, Juan Bosch, había sido derribado dos años antes por una junta militar motivada por su aversión al mandatario y su amistad con los intereses que este amenazaba. La intervención de los marines se produjo para aplastar una rebelión destinada a reinstalar en el poder a Bosch. La explicación del gobierno de Lyndon Johnson fué que los rebeldes estaban infiltrados por comunistas y eso no se podía tolerar.


10.- GRENADA Y C. AMERICA: En los años 70 y 80 varios países fueron objeto de intervención en el área centroaméricana, con las guerras civiles de El Salvador y Nicaragua como los principales escenarios. En Grenada una fuerza de 6.000 estadounidenses y 300 caribes invedió la isla en 1983, luego del asesinato, en circunstancias misteriosas, del primer ministro Maurice Bishop, lider del movimiento La Nueva Joya, que tenía fuertes vínculos con Cuba y estaba creando un nuevo sistema basado en las organizaciones de masas y la participación popular en la planificación de la economía.-


11.- PANAMA, 1989: En 1989 el hombre fuerte de Panamá, o el general Manuel Antonio Noriega, había perdido el favor de Estados Unidos, que durante años le tuvo como informante asalariado sobre el intrincado mundo de las influencias y contra influencias caribes. Los estadounidenses sabían que Noriega les había jugado doble durante años, les había vendido secretos a los cubanos y a los rusos, y tenía conexiones con el narcotráfico. Este fué el pretexto para sacar del camino a un elemento indeseable. En diciembre, una operación relámpago ocupó Ciudad de Panamá. Más de 4.000 civiles fueron muertos y se capturó a Noriega, quien fué trasladado a Estados Unidos para ser juzgado. -