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La catástrofe tiene múltiples consecuencias más allá de la radioactividad de la zona. | Foto: AP Photo/Hiro Komae

JAPÓN

Fukushima: el quinto aniversario de la catástrofe

Este 11 de marzo se cumple el aniversario de una de las peores tragedias nucleares de la historia. ¿Qué ha pasado después de cinco años?

9 de marzo de 2016

Un terremoto de 9 grados, un tsunami y un desastre nuclear golpearon la población de Fukushima, en el nordeste de Japón, el 11 de marzo del 2011. Cinco años después, la catástrofe tiene múltiples consecuencias más allá de la radioactividad de la zona.

Primero, a pesar de que, según los expertos, los índices de radioactividad en la población son “extremadamente bajos”, el número de personas con estrés postraumático y trastornos psicológicos no para de crecer. Además, en octubre del año pasado, la central reconoció el vínculo entre la radiación nuclear y un caso de cáncer. La víctima fue un trabajador de 41 años que laboraba en las operaciones de limpieza de la planta luego del desastre, quien fue diagnosticado con leucemia.

Los exámenes del caso demostraron que el trabajador había estado expuesto a una radicación de 19,8 milisieverts mientras trabajaba en el ámbito nuclear. Pero la mayor exposición se dio en Fukushima, de donde recibió 15,7 milisieverts del total. Como la legislación japonesa compensa a un empleado que se haya expuesto a más de cinco milisieverts anuales y que haya desarrollado posteriormente cáncer, la víctima decidió solicitar la compensación oficial. Pero puede que no sea el único.

Por otro lado, tres exdirectores de la planta nuclear de Fukushima, Tepco, serán juzgados por negligencia, en un caso abierto por el comité ciudadano de Tokio, que respondía a múltiples denuncias ciudadanas. Al parecer, pagarán por su responsabilidad en el accidente causado por el tsunami, pues no tomaron las medidas de seguridad necesarias. Ya se había advertido el peligro de una crisis nuclear y la falta de previsión de Tepco se cobró las vidas de 44 personas y dejó 13 heridos a causa de las explosiones de hidrógeno.

La catástrofe del 2011 fue una cadena de circunstancias fatales. Un potente terremoto de 9 grados en la escala de Richter con epicentro a 130 kilómetros de la costa japonesa produjo un tsunami que inundó la planta nuclear de Fukushima y dañó el sistema de refrigeración. Los reactores se calentaron, las explosiones de hidrógeno destruyeron las edificaciones y la radiación se exteriorizó.

Esto no sucedió en la central nuclear de Onagawa, que se localiza aún más cerca del epicentro, pues había construido un muro de 14 metros que resistió las enormes olas. La planta de Fukushima carecía de uno, a pesar de que los directivos ya habían sido advertidos en el 2009 de la posibilidad de que un tsunami devastara la costa.

Todavía unas 120.000 personas no han podido regresar a sus casas, pues no están descontaminadas todas las localidades afectadas. Pero a pesar del drama que viven los evacuados por la radioactividad y del eventual juicio a los gerentes, la central nuclear de Fukushima comenzará a recibir visitantes como una atracción turística. La organización AFW (Valorar a los Trabajadores de Fukushima, en inglés) creó una ruta turística para no olvidar la tragedia y hacer visibles a los 7.000 trabajadores que desmantelan diariamente las peligrosas instalaciones. El desmonte podría durar hasta 40 años y es claramente peligroso para quienes se exponen a la radiación a diario.

Cinco años después de la tragedia por el accidente nuclear, el gobierno nipón busca recuperar la zona de Fukushima no sólo para que los desplazados puedan retornar a sus hogares, sino para que se aprenda de lo sucedido y se eviten otras catástrofes. Esto es sobre todo importante en Japón, un país con gran potencial nuclear.

Fukushima no fue la única ciudad afectada por el desastre natural. El terremoto y el tsunami también fueron devastadores para otras poblaciones. Cinco años después, así lucen algunos lugares que se han repuesto de la catástrofe.