Home

Mundo

Artículo

JUSTINIANO DE NUEVO

AL RECONOCER QUE EL PLUTONIO DEL COLOMBIANO JUSTINIANO TORRES PROVENIA DE SUS PLANTAS, LOS RUSOS ACEPTAN EL DESORDEN QUE PRIMA EN SU INDUSTRIA NUCLEAR.

29 de abril de 1996

Hace un par de semanas la revista alemana Fokus publicó un artículo sobre el caso del colombiano Justiniano Torres, el hombre que se hizo famoso cuando fue detenido en el aeropuerto de Munich por transportar casi 400 gramos de plutonio ruso en agosto de 1994. Aunque Torres y sus dos socios españoles fueron condenados y están en prisión, el contenido de su maleta sigue causando problemas. La revista revivió el tema al revelar que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia habría reconocido, en carta dirigida a sus colegas alemanes, el origen del plutonio. Esa información fue desmentida por el gobierno ruso, que publicó toda la misiva y negó la posibilidad de que los materiales radiactivos de uso militar hubiesen sido robados. De acuerdo con la carta, Justiniano compró el plutonio a unos tales Asafiev y Varanov, quienes a su vez lo consiguieron de un tal Penkov. En junio de 1994 Justiniano Torres recibió a modo de prueba dos gramos por 2.000 dólares y, en agosto, compró alrededor de 400 gramos. En la carta el gobierno ruso manifiesta que el plutonio podría provenir del Instituto de Investigación Atómica de Ovninsk, pero el Instituto y el Ministerio de Energía Atómica lo niegan: admiten los robos de materiales nucleares, pero aseguran no haber utilizado plutonio con fines militares.Al conocer estos hechos las autoridades alemanas respiraron de alivio, pues ellos desmienten una acusación inicial de que todo el negocio fue preparado por el contraespionaje alemán. Efectivamente, la carta afirma que Torres recibió el plutonio en junio, y los servicios secretos alemanes sólo lo supieron en julio, a través de su agente 'Raf'. Según Fokus, la mafia rusa obligó a 'Raf' a echarle la culpa al contraespionaje alemán.Luego de la divulgación de estas noticias, el partido gobernante alemán pidió a la comisión parlamentaria que investiga el caso que levante las acusaciones contra la agencia de espionaje, a pesar de que aún hay puntos sin resolver. Lo más preocupante de todo es el creciente tráfico de materiales y minerales radiactivos letales. La desintegración de la Unión Soviética ha producido una catástrofe en la seguridad que pone en peligro al mundo. Probablemente las armas nucleares estén bien protegidas, pero no las estaciones de energía atómica, los laboratorios y los lugares donde se producen materiales radiactivos. Los científicos y técnicos viven en una situación lamentable. Las famosas 'ciudades cerradas', que albergaban a unos 3.000 científicos atómicos, ahora son ciudades abiertas y miserables donde los científicos apenas ganan con qué comer, para no hablar del millón de técnicos y del personal de servicio. El tráfico ilegal es de tales proporciones que sólo el gobierno alemán investiga más de 500 casos de contrabando desde 1990. Minerales como cesio 137, estroncio 90, uranio enriquecido, plutonio, mercurio rojo y agua pesada pasan las fronteras europeas en los baúles de los carros o en los maletines de los pasajeros. Aunque la mafia rusa está acusada de ser la responsable de comercializar los minerales radiactivos, no sería la única responsable, pues la confusión es tal que hasta un colombiano logró meterse en el negocio, aparentemente por su cuenta y riesgo.En este orden de cosas, un ciudadano común y corriente puede robar o comprar por unos cuantos dólares un misil nuclear, aunque ni siquiera lo sepa activar. Pero lo realmente aterrador es que el tráfico de materiales letales se está haciendo sin ningún control y sin saber los fines para los cuales serán usados. Para terminar, hay que recordar que los contrabandistas hacen tratos con materiales nucleares, los guardan en bolsas plásticas y los transportan en vehículos colectivos como buses, trenes o aviones como si nada. Si el avión donde viajaba Justiniano Torres se hubiese caído con unos 400 gramos de plutonio, ¿qué hubiera sucedido?