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KISSINGER PASA EL CHARCO

La comisión bipartidista norteamericana visita los gobiernos del istmo

14 de noviembre de 1983


Aunque a la larga sea de algún modo eficaz, la gira de Henry Kissinger por América Central resultó ser menos espectacular de lo esperado. En Panamá, el informe que el diplomático norteamericano recibiera del Presidente de la Espriella fue más bien una pieza de retórica sobre la convicción panameña de que los problemas de istmo deben arreglarse mediante "el diálogo y la negociación". En Costa Rica la nota dominante fue un pedido de varios millones de dólares, hecho por el Presidente Monge, para que dicho país pueda sobrevivlr en los próximos años. En El Salvador, lo que llamó la atención de Kissinger fue el tema de la reforma judicial para castigar a los responsables de los escuadrones de la muerte. En Guatemala, según el canciller Fernando Andrade, nada le fue pedido a la misión y los enviados norteamericanos, a su vez, se limitaron a "preguntar sobre aspectos" de la vida del país. En Honduras, el ex secretario de Estado prometió "asistencia económica prioritaria" al gobierno de Suazo Córdoba y descartó reunirse con el Frente Democrático Nicaraguense (FDN), un grupo armado respaldado por la CIA -según los gobernantes nicaraguenses- con base en Honduras.

Si algo rompió el abúlico discurrir de esas "investigaciones", lo fue el encuentro -no del todo previsto- de la misión con personalidades extragubernamentales. En Guatemala, por ejemplo, dirigentes del partido revolucionario (PR), del Frente de la Unidad Nacional (FUN), del Partido Institucional Democratico (PID) -tres agrupaciones derechistas- y del Partido Nacional Renovador (PNR), y de la Democracia Cristiana- ambos del centro derecha- se reunieron con Kissinger para plantearle dos exigencias terminantes: "No queremos una nueva invasión a un país centroamericano", "Estados Unidos no meta sus manos en Nicaragua". Aunque el tono de tales peticiones le debió sonar extraño a la misión estadounidense, por venir de sectores nada culpables de izquierdismo, lo cierto fue que los políticos guatemaltecos recordaron a los comisionaos los episodios de 1954, cuando una fuerza invasora apoyada por Estados Unidos, -penetró desde Honduras para derrocar el gobierno del coronel Jacobo Arbenz. Esta experiencia fue "el acabose para los guatemaltecos", opinó Edmundo Guerrero, uno de tales políticos, quien agregó: "No queremos que Nicaragua sufra esos tremendos efectos de la invasión".

En San José, el ex secretario de Estado tuvo una plática con el líder antisandinista Alfonso Robelo, a pesar de que había expresado que no se reuniría con exiliados de la región.

Al cierre de esta edición, a Kissinger le faltaba visitar Nicaragua, país que ha responsabilizado en las últimas horas a Estados Unidos por el atentado terrorista que provocó el 9 de octubre la destrucción de cinco tanques de combustible en el Puerto de Corinto, en el litoral pacífico, provocando el éxodo de más de 20 mil personas. Las instalaciones fueron atacadas por miembros del FDN.

Otro funcionario norteamericano había llegado a Managua antes que Kissinger, Longhorne Motley, subsecretario de Estado para Asuntos Interamericanos, quien habló con los dirigentes sandinistas acerca de los 21 puntos del documento de objetivos que el Grupo de Contadora dio recientemente a conocer. Al parecer, lo que más interesó a Motley de esos puntos fue el retiro de asesores militares en Nicaragua. "Eso es importante y está contemplado en el documento", explicó.

De todas formas, en Managua no esperaban avances positivos en las relaciones entre los dos países, gracias a la visita de Kissinger y Motley. Pese a ello, dirigentes sandinistas afirmaron, en las últimas horas, estar abiertos al diálogo con Estados Unidos y continuar sus esfuerzos para lograr que el gobierno norteamericano participe activamente en el Grupo de Contadora y ayude en la búsqueda de una salida negociada a los conflictos de la región. Para reforzar probablemente ese tipo de solución, la cancillería nicaraguense pidió y logró que la Asamblea General de Naciones Unidas aceptara incluir la situación centroamericana como uno de los temas a debatir en su próxima sesión, a comienzos de noviembre.

El equipo que comanda Kissinger, entregará en febrero próximo sus recomendaciones sobre la región al Presidente Reagan. Parece que no todos los integrantes de dicha misión comparten los criterios de fondo del ex secretario de Estado, para dicho texto, por lo que anunciaron que entregarán un informe de minoría en el momento oportuno.