Nicolas Sarkozy tiene mucho de qué preocuparse. Como van las cosas, el socialista François Hollande, primero en las encuestas, le ganaría las elecciones presidenciales en segunda vuelta. Pero eso no es todo. Jean-Luc Mélenchon, el candidato de extrema izquierda, está dando pasos de animal grande y podría sacarlo de la contienda. Apoyado por el Partido Frente Izquierda y con un mensaje revolucionario que promete elevar el salario mínimo a 1.700 euros, Mélenchon está ganando votos entre los jóvenes y la clase obrera. Sus extraordinarias capacidades oratorias le valieron el apodo de El Tribuno y le permitieron escalar nueve puntos en la intención de voto. Así, a dos semanas de las elecciones, es el tercer favorito con 15 por ciento, incluso por encima de la ultraderechista Marine Le Pen. No es fácil que remonte los 12 puntos que le lleva el presidente, pero sin lugar a dudas está asustando tanto a este como a Hollande.