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LA CONEXION LATINOAMERICANA DE LA P-2

Cocaína, paramilitares y dictaduras del Cono Sur forman parte de una red que manipulaba Licio Gelli, jefe de la logia que ha sido vinculada a la muerte del banquero Calvi. Como primicia mundial...

1 de noviembre de 1982

La última vez que lo vi, fue unos días antes del escándalo. Acababa de almorzar en su apartamento del lujoso hotel Excelsior y, cuando me vio entrar se levantó a saludarme. Inmediatamente buscó un sobre grande y me lo entregó. Estaba lleno de fotografías. Comencé a ojearlas y me quedé sin respiración: eran instantáneas del Papa Juan Pablo II... desnudo a la orilla de su piscina. Licio Gelli me comentó: 'Vea usted, el problema son los servicios secretos, si es posible fotografiar al Papa así, imagínese qué fácil sería pegarle un tiro'... Nunca entendí lo que quería decir, ni que uso pretendía hacer de esas fotos"
Este curioso episodio que nos contaba el periodista Vanni Nistico. ex-asesor de prensa del Partido Socialista Italiano, es apenas otro eslabón enigmático en la larga y misteriosa cadena que es la vida conspiradora del empresario italiano Licio Gelli, gran maestre de la logia masónica Propaganda Due (P-2), que comenzó a sus 19 años luchando en la guerra civil española con las pro-franquistas fuerzas expedicionarias italianas y que cierra momentáneamente con su prisión por la policía suiza cuando, con nombre falso, intentaba sacar 120 millones de dólares de una cuenta numerada y bloqueada en el Union Bank de Ginebra.
Mas ese encuentro de Nistico con Gelli en los primeros días de mayo de 1981, adquiere relieve especial cuando sabemos que apenas una semana después, el 13, el mundo se estremeció bajo el impacto de los balazos que hirieron al Papa en pleno Vaticano, y que no se habían apagado los ecos de los disparos en la plaza de San Pedro cuando, el 21, caía el gobierno de Arnaldo Forlani, a consecuencia del escándalo provocado por los papeles de Gelli, en los que se reflejaban los graves delitos por este cometido, --falsificación de documentos, chantajes, fraudes financieros, calumnias contra magistrados, espionaje, terrorismo, conspiración, intento de golpe de estado... matizados con la lista de los miembros secretos de la logia P-2, y entre esas 962 personalidades--tres ministros en ejercicio, 199 altos militares, el editor y el director del prestigioso "Corriere della Sera", banqueros sospechosos como Sindona y Calvi, y una sorpresa que era pura dinamita política: los jefes de los tres servicios secretos italianos.
La primera entrada del nombre de Licio Gelli en la justicia italiana fue en 1980, bajo sospecha de ser cómplice del falso secuestro del banquero italiano Michele Sindona en Nueva York. Poco después, su nombre caería otra vez en la mesa de los jueces como coautor de fuertes presiones políticas para liberar el banquero milanés Roberto Calvi. Los casos de los dos "banqueros de Dios", así llamados por ser asesores financieros del IOR, tenían al "rojo vivo" la política italiana, y las investigaciones se centraron en la extraña "conexión Gelli". Cuando se descubre el maquiavélico papel del gran maestre y estalla el escándalo de sus papeles, los italianos no resistieron considerarlo el "Cagliostro del siglo XX".
Es una comparación feliz por las muchas coincidencias. También el siciliano Guisseppe Balsamo, quien se hacía llamar conde Alexandro Cagliostro, era masón, aventurero y fue el más ilustre charlatán del siglo XVIII que inclusive ayudó a desmoralizar a la monarquía francesa al envolverse en escándalos que acabarían por manchar irremediablemente la reputación de la reina María Antonieta.
Licio "Cagliostro" Gelli es también todas esas cosas: derribó un gobierno en Italia y otros por América Latina y sembró el escándalo en el Vaticano no con esas fotos del Papa desnudo sino con los otros escabrosos negocios en que, junto con Sindona y Calvi, metió a monseñor Marcinkus, en los que la mismísima mafia estaría implicada. El maquiavélico trío utilizó el banco del Vaticano para sacar ilegalmente de Italia grandes sumas de dinero y para avalar sus operaciones escabrosas y fraudulentas a través del Banco Ambrosiano.
Con respaldo del Ambrosiano, dirigido por Calvi, sacó y prestó sin garantías mil doscientos millones de dólares, gran parte de los cuales, según acababa de revelar Sindona, fueron destinados a apoyar a las dictaduras y fuerzas ultraderechistas en América del Sur: "Calvi financió periódicos por motivos ideológicos en Buenos Aires y Montevideo "--afirma Sindona--. "Se le dio dinero a partidos políticos, pero tambien, y por debajo de cuerda a dictadores y generales. Calvi tenía miedo de viajar a América del Sur porque los cubanos sabían que él Gelli y Ortolani (otro miembro de la P-2) estaban organizando una fuerza derechista en Suramérica. Ese era nuestro objetivo "
De repente, algunos de los protagonistas quedan fuera del juego en un rosario de circunstancias misteriosas. El 18 de junio, Calvi "se colgó" de una cuerda en el londinense puente Blackfriars, pocas horas después de haber sido destituido de la presidencia del Banco Ambrosiano y de que Graciella Corrocher, su secretaria durante muchos años, se suicidara arrojándose desde el cuarto piso de la sede del Banco de Milán. Luego, un tiro en la boca acabó con las andanzas del periodista ultraderechista Nino Pecorelli, miembro de la P-2, que sin saber chantajeaban a otro "hermano" de esa logia. Y el 14 de este mes fue detenido en Ginebra Licio Gelli, porque las investigaciones de la muerte de Calvi llevaron a bloquear una cuenta numerada que había abierto el banquero con 120 millones de dólares y a nombre de Marco Bruno Ricci, nombre que figuraba en el pasaporte argentino que portaba Gelli al reclamar ese dinero.

COMENZARON ROBANDO A OTROS FASCISTAS
A diferencia del otro Cagliostro, Licio Gelli no es conde, pero sí lo es su segundo en la P-2, verdadero "Alter Ego" y socio principal: el conde Umberto Ortolani.
Ortolani operaba desde su cuartel general en Montevideo, donde ostentaba el cargo de embajador de la Orden de Malta en Uruguay. Además de protegerse con la inmunidad diplomática y la bandera de esa orden, Ortolani controlaba la P-2 local y es un rico propietario rural y urbano e importante banquero: su Banco Fnanciero Sudamericano (Bafisud) es el segundo de Uruguay y tiene sucursales en Argentina, Brasil y otros países.
Las relaciones entre Gelli y Ortolani son tan escabrosas como antiguas. Ambos actúan en este continente hace más de tres décadas. Al parecer, Gelli fue agente doble durante la Segunda Guerra Mundial, trabajando de lleno con los fascistas pero cubriéndose de manera que al terminar la guerra estaba bien con los vencedores y poseía una fortuna tan oscura como importante. Inmediatamente, y ya asociado a Ortolani utilizó datos que poseían para ambos presentarse a los fugitivos fascistas ricos como agentes capaces de sacar sus fortunas de Italia y transferirlas a donde quisieran. Así chantajearon a sus correligionarios que se habían refugiado en Argentina, Uruguay, Venezuela, Chile, Brasil, Paraguay. En realidad, les colocaron sus capitales en esos países, pero a cambio de quedarse ellos con el 40% de los mismos. Los fugitivos comenzaban protestando, pero resolvían que era mejor quedarse con esa parte que perderlo todo y además ser denunciados por la pareja de aventureros.
Con esa operación amasaron una enorme fortuna, que llevó a Ortolani formar su propio banco. Gelli no figura como socio en el Bafisud, pero se sabe que a principios de la década del 50 protagonizó una maniobra que permitió al Bafisud apoderarse del Banco de La Plata en Argentina. Un golpe clásico: la pareja depositó grandes sumas en el banco platense, lo desestabilizaron retirándolas sorpresiva y repentinamente y, al borde de la quiebra, lo compraron por una cantidad irrisoria.
Era una operación punible, pero ya Gelli tenía fuertes lazos con el gobierno del general Perón. A la caída del caudillo, Gelli estrechó su amistad acudiendo con frecuencia a la casa de Puerta de Hierro en Madrid, donde se hizo amigo de su mujer Isabelita y de José López Rega, su secretario particular. Gelli le ayudó a Perón a recuperar el cadáver de Evita, a vender oro en Europa y a retornar al poder. Durante el gobierno de Isabelita ganó inmunidad diplomática al ser nombrado consejero para asuntos económicos de la embajada argentina en Italia. Llevó a cabo muchos negocios con Ortolani, como la compra de extensos terrenos en Bahía Blanca, pero no descuidó sus relaciones con los militares por lo que siguió en el cargo. Tras la caída de Isabelita siguió haciendo buenos negocios, como la venta de armamento naval italiano al gobierno de Videla, estando la Marina a órdenes de Emilio Massera, que figura como miembro del P-2.
Mientras tanto, era el conde uno de los empresarios más poderosos de Uruguay. donde también posee treinta y siete haciendas y es socio con Gelli de la inmobiliaria Cachorro S.A., propietario en el exclusivo barrio de Carrasco de 20 suntuosas mansiones, casi todas alquiladas a embajadores extranjeros, y de todo un distrito. En Brasil, donde venía Gelli con frecuencia, tiene un inmueble en Botafogo y un lujoso penthouse en el Leme, frente al mar de Copacabana, ocupado por su hija María Gracia y su yerno, el médico Luciano Donnini. Gelli y Ortolani tiene también vastas propiedades y lucrativas actividades en Paraguay, protegidas por el dictador Stroessner, que parece ser el nuevo cuartel general de Ortolani después del escandalo de las listas locales de la P-2 en Uruguay, en las que había desde Tupamaros presos hasta el hoy general presidente Gregorio "Goyo" Alvarez, sin faltar el líder de la oposición Wilson Ferreira Aldunate.

HASTA BIGNONE SE TAMBALEA
Si entonces le tocó al régimen militar uruguayo, ahora le toca estremecerse a la dictadura argentina, porque la prisión de Gelli posibilita que se descubran los ligazones del Cagliostro moderno en ese país.
Los mayores ataques se dirigen al almirante Emilio Massera, que fue encontrado en las listas fatídicas de la P-2, acusado con la logia hasta de haber asesinado a dos diplomáticos argentinos. Héctor Hidalgo Sola, embajador de Venezuela, desapareció hace cinco años y el motivo, según declaración del ex-dirigente nacionalista Guillermo Patricio Kelli a la revista "Quórum". es que Gelli quería a toda costa una persona de su confianza en esa embajada, por los negocios de la P-2, con el petróleo. Hidalgo se negó a salir y a colaborar con ellos por lo que lo habrían matado y sustituido por Federico Bartfeld, hoy embajador de Rumania. quien. según Enrique Holmberg. "es uno de los más importantes de la P-2, en Argentina."
Enrique es hermano de Elena Holmberg, una diplomática encargada en París de la contra propaganda del régimen argentino que fue asesinada, según sus hermanos y el ex-secretario de Hacienda Juan Alemann, por descubrir ciertas maniobras de Massera y la P-2.
Además del almirante y del expresidente Videla, acusado de encubrir esos crimenes, la revista "Quórum" publica una larga lista de miembros argentinos de la P-2: el general Carlos Suárez Mansón, lider de los militares "duros", el ex-presidente Raúl Lastiri, el brujo López Rega y otros tres ministros de Isabelita y varios embajadores y militares, entre los que sale a relucir hasta el nombre del expresidente Roberto Viola. Massera, según Alemann, hasta escondió a Gelli, fugitivo de la justicia italiana, en un apartamento de su propiedad en Buenos Aires.

FIEBELKORN EL ESLABON QUE LES FALTABA
La prisión simultánea en Frankfurt del nazi Joachin Fiebelkorn pone al descubierto otras actividades ilegales de la P-2, que se liga asi a las tramas nazis en América Latina, a los sangrientos golpes en Bolivia y al tráfico internacional de cocaína. Fiebelkorn es acusado de colocar la bomba que produjo la matanza en Bolonia, y de la cual sería inspirador Licio Gelli, y su osada "estrategia del terror".
¿Quién es ese terrorista alemán de treinta y tantos años? Lo he conocido en Bolivia, antes de que tuviera que huir acosado por las tropas del coronel Gary Prado, dejando en desbandada a sus "camaradas", algunos de los cuales fueron detenidos en Brasil, exactamente en el pueblo fronterizo llamado Porto Esdras, con un equipaje en que lo menos explosivo eran varias granadas. Eran siete, entre hombres y mujeres de varias nacionalidades, y traían un verdadero almacén volante subversivo en que habia metralletas y otras armas sofisticadas junto a uniformes militares de campaña y hasta propaganda nazi, que incluía documentos en los que se repetía la consigna "no somos los últimos de ayer, somos los primeros de manaña", adhesivos coloridos desde los que el mismisimo Adolfo Hitler gritaba "Joven, vuelvo pronto", fotografías de los "turistas" con Fiebelkorn y otros "camaradas" vestidos con los uniformes de triste memoria de las "SS"... y hasta un banderin verde y blanco adornado con una cinta con los colores nacionales bolivianos y con estas frases escritas: "17 de julio de 1980. Los novos de la muerte. La lealtad es mi lenma. Viva Bolivia": Y para completar esa mezcla explosiva, un original y poderoso detonador: tres kilos de cocaina.
Esos paramilitares que integraban grupos organizados por el mafioso coronel Luis Arce Gómez pertenecían al grupo de comandos denominado "El Aguila", del frente Bolivia Joven, gados a la ultra derechista Falange Socialista Boliviana y a la mafia de la cocaina, con sede central en Santa Cruz de la Sierra. Su cuartel general era el restaurante Bavaria, en el que dos de las detenidas. Ias hermanas Penseroli, argentinas, funcionaban como camareras. y cuyo dueño no era otro que Joachin Fiebelkorn.
Siguiendo la pista hasta Santa Cruz de la Sierra, descubrimos que Fiebelkorn era también propietario de la "hacienda Polanco", al este de la capital, en realidad un campo de entrenamiento de paramilitares y mercenarios nazis, y donde las tropas del coronel Gary Prado habían detenido el 30 de abril a Linda, esposa de Fiebelkorn, el alemán Herbert Ike Kopplin y al austriaco Carsten Volhner apoderándose también de los equipos militares y armas que tenian guardados. Fiebelkorn ya había huido porque las autoridades militares le habían pedido previamente que devolviera los equipos que el régimen le había facilitado y la cocaína que habia incautado a algunos grupos rivales.
Mientras Fiebelkorn se "perdia" en Argentina o Paraguay, fuentes bolivianas, como el mayor Rudy Landyvar cónsul en Campo Grande y también jefe de paramilitares y ligado a la mafia revelaba que el verdadero jefe del grupo no era Fiebelkorn porque este respondía directamente al criminal de guerra nazi Klaus Altmann (o Klaus Barbie), más conocido como "El carnicero de Lyon", quien aparecía con frecuencia en el restaurante Bavaria para impartir sus órdenes. Otras investigaciones de las autoridades revelaron ramificaciones de esos grupos en otros países de Suramérica y su actuación combinada con grupos ultraderechistas locales. Ahora, la trágica bomba terrorista colocada en Bolonia hace la conexión de Licio Gelli con Fiebelkorn, y asi con las organizaciones nazis como "Odessa" y fascistas terroristas como la "Nuevo Ordine", con sanguinarios golpistas como el general García Meza y el coronel Lucho Arce, y con la poderosa red del tráfico internacional de cocaína, cuya capital mundial productora es precisamente Santa Cruz de la Sierra.