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Familiares de las víctimas del incendio ocurrido en la discoteca Kiss, en la ciudad brasileña de Santa María, en el estado de Río Grande do Sul, a 286 kilómetros de Porto Alegre, la capital regional, muestran su dolor a las puertas del local donde al menos 180 personas murieron la pasada madrugada. | Foto: EFE

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La fiesta que terminó en tragedia en Brasil

Un artefacto pirotécnico, el pánico y las puertas cerradas, figuran entre las causas del incendio que dejó 232 muertos.

EFE
27 de enero de 2013

El incendio de la discoteca Kiss en la ciudad brasileña de Santa María dejó 232 muertos y no 245 como se había informado inicialmente, dijeron en las últimas horas fuentes oficiales.

El Batallón de Operaciones Especiales de la Policía Militarizada del Estado de Río Grande do Sul informó que del total de víctimas fatales, 120 son hombres y 112 mujeres.

La tragedia dejó además 131 heridos, según el último reporte oficial, que corrigió la cifra de 48 lesionados dada inicialmente.

Previamente, la Brigada Militar de la ciudad había informado de 245 muertos, pero según las autoridades, el error se debió a las confusión reinante en las primeras horas después de la tragedia.

Muchos de los fallecidos son estudiantes de diferentes facultades de la Universidad Federal de Santa María, quienes celebraban una fiesta en la discoteca Kiss cuando se produjo la conflagración.

El uso de un artefacto pirotécnico dentro de una local cerrado, el pánico provocado por la rápida expansión de la humareda y las puertas cerradas por los vigilantes figuran entre las causas de la tragedia, una de las mayores de su tipo en el país.

El hecho ocurrió en la madrugada de este domingo en la discoteca Kiss, en Santa María, ciudad en el sureño estado de Río Grande do Sul, en la que un número aún no determinado de estudiantes de una universidad participaban en una fiesta con la presentación de bandas musicales. 

El incendio comenzó hacia las 2.30 hora local, cuando fue encendido en el escenario un equipo de fuegos pirotécnicos conocido como "Lluvia de plata", cuyas chispas alcanzaron la espuma utilizada como aislante acústico en el techo del establecimiento.

"Todo comenzó porque utilizaron artefactos pirotécnicos en un local cerrado. Eso generó un incendio y un humo muy tóxico que se expandió rápidamente", explicó el comandante del Cuerpo de Bomberos de Río Grande do Sul, coronel Guido de Melo.

"El uso de un equipo no permitido terminó provocando la tragedia", agregó el oficial, quien informó que la licencia de funcionamiento de la discoteca estaba vencida.

Según Íngrid Goldani, una de las empleadas de la discoteca Kiss, la humareda cubrió todo el local en cerca de tres minutos.

"Los integrantes de la banda Gurizada Fandangueira, que tocaban en el momento y encendieron el artefacto que provoca las chispas, intentaron inicialmente apagar las llamas con agua y después con un extintor. No sé si no consiguieron manipular el extintor, pero el fuego y el humo se expandió rápidamente", dijo.

En ese momento se apagaron las luces y todo quedó oscuro, relató el cantante Valterson Wotrich, conocido como 'Pimenta' y vocalista de la primera banda en presentarse.

Las llamas y la humareda provocaron pánico entre las personas que estaban en la discoteca, al menos mil, según algunas fuentes, y una estampida hacia las puertas de salida, en donde muchos murieron pisoteados.

"Recibimos la información de personas que estaban en el lugar de que los vigilantes de la discoteca inicialmente cerraron las puertas y no permitieron una rápida evacuación. Eso provocó aún más pánico y tumulto", según el comandante del Cuerpo de Bomberos.

Según los testigos, los vigilantes, al parecer, no sabían lo que había ocurrido y querían impedir que los estudiantes salieran de la discoteca sin pagar la cuenta.

La dificultad en la evacuación y la avalancha de personas corriendo hacia la única salida causaron numerosas muertes por asfixia.

Muchas personas también corrieron hacia los baños en busca de aire y de otra salida que no encontraron.

Según el capitán Edi Paulo García, de la Policía Militarizada, la mayoría de los cuerpos fue hallado amontonado y sin quemaduras.

"La mayoría terminó muriendo por asfixia, por la inhalación de los gases tóxicos, y muy pocos por quemaduras. Lo que provocó la tragedia fue el uso de un artefacto no autorizado, el pánico, la inhalación de humo tóxico y la puerta cerrada", según De Melo.

La tragedia obligó a la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, a cancelar su agenda en Santiago de Chile, en donde participaba en la Cumbre Celac-Unión Europea, y a viajar hacia Santa María para expresar solidaridad personalmente a los familiares de la víctimas y ofrecer la ayuda posible. Por su parte, el alcalde de la ciudad brasileña de Santa María, Cezar Schirmer, decretó luto oficial de treinta días por la tragedia.