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LA HUELLA DE HUGO

Muerte y destrucción en las Antillas y los Estados Unidos por el huracán más violento en 30 años.

23 de octubre de 1989

Cuando se avisó a los huéspedes del Caribe Hilton de San Juan que deberían prepararse para soportar el embate del huracán "Hugo", pocos se imaginaban lo que les esperaba. Las noticias sobre los efectos devastadores en otras islas de la región, principalmente en Guadalupe y sus vecinas, eran aterradoras pero, al fin y al cabo, esto era el Hilton y el fenómeno ya tendría que haber perdido mucho de su potencia. Crasa equivocación.

La escena del domingo en la noche resultó dantesca y fue típica de la que se presentó en todos los hoteles del área. Unos 300 huéspedes, que hasta unas pocas horas antes habían disfrutado de un ambiente festivo, fueron trasladados de sus habitaciones hacia un refugio en la sala de baile, cuyas ventanas habían sido cubiertas con planchas de madera prensada. Hasta allí todo parecía normal, pero hacia media mañana el cielo adquirió un tono gris oscuro descrito como "horrorizante". El viento que comenzó a azotar los costados del edificio logró romper las cubiertas del refugio y entrar con toda la fuerza del huracán.

Entre gritos de pánico, los huéspedes chocaban entre sí buscando evitar la lluvia de cristales que se abatía sobre ellos. Trasladados a tumbos hacia el restaurante, la histeria se había generalizado. Cuando todo pasó, regresaron al lobby del hotel para encontrarlo virtualmente destruido.

La escena relatada por uno de los huéspedes del hotel más lujoso de San Juan resulta un punto de referencia para imaginar el drama vivido por los habitantes de decenas de pequeñas islas del Caribe oriental, en algunas de las cuales fueron borradas poblaciones enteras del mapa.

El huracán "Hugo" resultó ser el más violento en la región desde 1979, cuando "David" asoló a la República Dominicana, la isla de Dominica y el estado de la Florida. "Hugo" comenzó por la colonia francesa de Guadalupe, donde mató a 5 personas, destruyó varias poblaciones y dejó a más de 15 mil personas sin techo. La británica Monserrat también la vio negra con 9 muertos y 12 mil residentes sin hogar. St. Kitts, Antigua y las Islas Vírgenes británicas reportaron daños extensos y por lo menos dos muertos; pero donde la situación alcanzó los niveles más drámaticos fue en las Vírgenes norteamericanas y en Puerto Rico.

En ambos lugares, pero sobre todo en las Islas Vírgenes, el huracán produjo también daños y muertes, pero lo que siguió, las cuadrillas de saqueadores que recorrieron las islas, aportó la cuota dramática. El presidente George Bush se vio obligado a enviar 2.500 policías militares para tratar de controlar la ola de saqueos que se apoderó de San Juan en medio del caos de destrucción, que dejó a 50 mil personas sin hogar. En St. Croix, capital de las Islas Vírgenes, donde el 97% de las casas fueron destruidas, grupos de maleantes, entre los que se detectaron agentes de la polícia y miembros de la Guardia Nacional, aterrorizaron a los maltrechos turistas con machetes y pistolas.

Pero si el fenómeno natural puso al descubierto tensiones sociales en las posesiones norteamericanas del Caribe, la disciplina demostrada por los habitantes de la parte continental del país fue otra historia. Al cierre de esta edición se esperaba el embate de "Hugo" contra la mayor parte de la costa este, que no había sufrido un huracán de estas características en 50 años. El espectáculo de un millón de personas evacuadas hacia sitios más seguros tierra adentro confirmó la capacidad de movilización masiva de los norteamericanos. Pero los daños esperados podrían superar los US$15 mil millones, una cifra capaz de golpear hasta la economía más sólida del planeta.-