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La menor fuerza de las olas llegadas a Hawai alivian al continente americano

Los expertos del Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico han indicado que los modelos con los que trabajan demuestran que las primeras olas no son, normalmente, las más poderosas.

11 de marzo de 2011

Las primeras olas del tsunami originado por el potente terremoto que sacudió a Japón llegaron a Hawai con menor fuerza de la esperada, una señal de alivio para el territorio continental de EE.UU. y los otros países americanos ribereños del Pacífico que aguardan en estado de alerta su llegada.

Prácticamente toda la costa oeste del continente, desde Canadá a Chile, está en alerta ante la posibilidad de grandes olas y una crecida del nivel del mar que ponga en riesgo a las poblaciones que habitan en zonas de litoral.

En la mayoría de los casos las alertas son de tipo preventivo (verde). Sin embargo, el Gobierno de Ecuador fue más estricto que los demás y decretó el estado de excepción y ordenó la evacuación de todas las zonas costeras.

El archipiélago estadounidense de Hawai fue el primer territorio de un país americano al que llegaron las olas del tsunami, que, según los expertos, puede desarrollar una velocidad de unos 500 kilómetros por hora, tan rápido como un avión.

Según dijo Gerard Fryer, del Centro de Advertencia de Tsunamis del Pacífico, a la emisora local KHON, la mayor altura registrada en las primeras olas llegadas a la isla hawaiana de Kauai fue de un metro.

Los expertos habían advertido de la posibilidad de olas de hasta dos metros en Hawai (las olas que arrasaron el puerto japonés de Sendai tras el terremoto de este viernes fueron de hasta 10 metros).

No obstante, los expertos han advertido de que los modelos con los que trabajan demuestran que las primeras olas no son, normalmente, las más poderosas y que todavía es pronto para descartar el riesgo de daños.

Antes de la llegada de las primeras olas, se había evacuado a los habitantes de las zonas más próximas al mar en Hawai y otras islas estadounidenses en el Pacífico.

EFE