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LA MUERTE DE UN SOLDADO

CONMOCION POR SUICIDIO DL COMANDANTE DE LA ARMADA NORTEAMERICANA, ACOSADO POR PREGUNTAS SOBRE SUS VERDADERAS CONDECORACIONES.

17 de junio de 1996

En la Armada de Estados Unidos llaman mustangs a quienes luego de ingresar como marinos rasos logran ascender para convertirse en oficiales. Pues bien, Jeremy 'Mike' Boorda fue el primer mustang que llegó a convertirse en comandante de la fuerza. Por esa razón el almirante era extraordinariamente popular entre sus hombres, quienes veían en él la encarnación del éxito personal mediante el trabajo y el sacrificio.De ahí que la noticia del suicidio de Boorda produjera un trauma sólo comparable al que siguió cuando fueron reveladas las causas de la fatal decisión. Según las autoridades, Boorda tenía esa tarde del 16 de mayo una cita con el coronel retirado David Hackworth, colaborador de la revista Newsweek, y se había enterado de que el periodista le iba a preguntar por la forma como el marino había ostentado durante 20 años unas condecoraciones sin tener ese derecho.La investigación periodística se refería a dos medallas recibidas por Boorda en la época de la guerra de Vietnam. No es que las condecoraciones no fueran auténticas, el problema consistía en que Boorda había agregado, sin merecerlo, una 'V' que significa una mención por valor en combate.La hipótesis más aceptada hasta ahora es que Boorda consideró que enfrentarse al deshonor de ser descubierto era peor que perder la vida, y por ello se descerrajó un tiro ese mediodía en el antejardín de su casa fiscal en el Washington Navy Ward.Boorda había dejado dos cartas, una a su familia y otra a sus compañeros de la Armada. Aunque esos documentos no habían sido revelados oficialmente al cierre de esta edición, se supo que en la última el oficial dijo a los marinos que usaba la 'V' porque creía que tenía derecho, que siempre había pensado en ellos y que algunas personas podrían pensar que no hizo lo correcto. Terminó criticando a los medios porque habían sido "duros con la Armada" y ahora "tendrán algo más sobre lo cual escribir".Boorda había sido nombrado por Clinton en su última posición, y había revolucionado el servicio con medidas como la incorporación de las mujeres a las operaciones navales de vuelo y a las tripulaciones de los buques. Pero también había enfrentado problemas por abusos sexuales por parte de oficiales y una racha de choques de aviones F-14.Para algunos, como su amigo el senador Ted Stevens, Boorda estaba afectado también por la reciente muerte de su padre. Pero nada de ello es suficiente para explicar la angustia de alguien que dedicó 40 años de su vida a la milicia sólo para sucumbir a la estricta simbología que encierra su jerarquización. El presidente Bill Clinton recibió la noticia con estupor, como el resto de sus conciudadanos, para quienes un acto semejante estaba reservado a códigos de honor que parecen cosa del pasado.