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LA PAREJA DE ACERO

El es hijo de suicidas. Ella nació bajo las balas. Son novios desde la adolescencia y hoy la pareja presidencial más odiada de los Balcanes

10 de marzo de 1997

En lo único en que se ponen de acuerdo los muy variados enemigos del acosado presidente de Yugoslavia, el comunista Slobodan Milosevic, es en que su esposa, Mirjana Markovic, es lo único peor que él. Y es que no importa el cristal con que se mire, la pareja presidencial de Yugoslavia se sale de todo lo común.Mirjana Markovic nació bajo las balas en un bosque de Serbia el 10 de julio de 1942, cuando se libraban violentos combates entre el alzamiento comunista y los alemanes que ocupaban Yugoslavia. Producto de un pasajero romance de partisanos, Mirjana permaneció al lado de su madre sólo un día, pues ella, Vera Miletic, se reincorporó inmediatamente a los combates. La bebé fue entregada a unos lugareños en espera de que su mamá culminara su lucha, pero a los 10 meses Vera Miletic fue capturada en Belgrado y enviada a un campo de concentración.Según parece, la madre fue torturada y antes de ser ejecutada en septiembre de 1944 (en vísperas del triunfo comunista) entregó varios nombres de miembros de su organización. Esa versión afectó para toda la vida a Mirjana, quien ha dedicado buena parte de sus esfuerzos a limpiar el nombre de su madre, quien, según ella, nunca perdió la fe en el comunismo.Terminada la guerra la niña Markovic se fue a vivir a la casa de sus abuelos maternos, en el pueblo de Pozarevac, en la región central de Serbia. Allí, mientras estudiaba el bachillerato, conoció en el colegio a Milosevic, el apuesto y astuto hijo de un sacerdote ortodoxo. Pronto supo que su novio también tenía una historia fuera de lo común: su padre se suicidó cuando él no había cumplido los cuatro años y su madre siguió el mismo destino poco tiempo más tarde.Entre ellos se inició una relación que les llevaría, con el paso de las décadas, a convertirse en la pareja más poderosa de Yugoslavia.Qué tanto influyó el amor es algo que pocos se atreven a definir. Mientras sus defensores sostienen que él se conmovió con la triste historia de la muchacha, los detractores afirman que ella y su familia pertenecían a la élite comunista mientras él no tenía conexión alguna que le ayudara a ascender en su carrera.Lo cierto es que desde 1989 están en el poder y que no han olvidado el pueblo en el que decidieron convertirse en cónyuges, socios o cómplices. De Pozarevac son tres ministros del gobierno, el comandante de la Fuerza Aérea, el secretario general del Parlamento federal, el director del teatro nacional, el presidente de la Corte Suprema y el de Aerolíneas Yugoslavas, para nombrar sólo los más importantes.Y la señora Markovic desempeña en todo ello un papel más que preponderante. Ella tiene su propio partido político, Izquierda Yugoslava, y escribe una columna en una revista, en la cual, entre otros comentarios sobre la importancia de la unidad familiar o las bondades de su pueblo natal, hace críticas punzantes sobre figuras de la vida nacional, que casi siempre se reflejan en la actitud oficial del gobierno.De la corrupción de la pareja presidencial se habla con frecuencia creciente y los lugareños resienten la manera como su hijo menor, Marko, suele recorrer las grises calles de Pozarevac en un Ferrari amarillo último modelo y hace ostentación del revólver que lleva al cinto, lo cual parece contradecir las prédicas de su madre por una sociedad igualitaria, frugal y pletórica de buenas costumbres. nn Producto de un pasajero amor de partisanos, ella permaneció al lado de su madre sólo un día