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LA RAMA DE OLIVO

Por fin nacen esperanzas de paz para el Líbano.

30 de octubre de 1989


"Dale una oportunidad a la paz", cantaba John Lennon al comienzo de los años 70. Algo parecido debieron entonar miles de habitantes de Beirut, para quienes el milagro del cese al fuego se materializó la semana pasada. Para que la ilusión de la paz regresara al atormentado país, se necesitaron 6 meses de bombardeos indiscriminados entre cristianos y sirios, cerca de mil muertos civiles y la ciudad arrasada. Beirut vivió los peores momentos de una guerra civil que alcanza ya los 14 años de duración.

La última etapa de esa guerra comenzó cuando el líder de la fracción cristiana, el general Michel Aoun, declaró una "guerra total de liberación", destinada a sacar a los sirios del territorio. Las fuerzas sirias, comisionadas como garantes de la paz por la Liga Arabe desde hace años, habían tomado el control de la mayor parte de la ciudad, especialmente el lado musulmán, y eran considerados por Aoun como aliados de las facciones drusas y chiitas. La decisión de Aoun desató el bombardeo indiscriminado de la ciudad y el éxodo masivo de sus habitantes, principalmente del lado cristiano. Pronto, lo que hasta pocos días antes era una agónica ciudad de un millón de habitantes quedó virtualmente vacia, a merced de los perros y las ratas que deambulaban libremente por entre las ruinas.

Pero el milagro llegó de la mano del negociador destacado por la Liga Arabe, Lakhdar Ibrahimi, un diplomático de carrera de origen argelino. Ibrahimi logró el viernes anterior que el general Aoun levantara las objeciones al plan de siete puntos, propuesto por la Liga, con lo que se abrieron las puertas a la tregua, que comenzó al día siguiente, con la observación de una comisión multilateral de vigilancia.

Hoy el mundo entero se pregunta si realmente habrá llegado por fin la paz al Líbano. A mediados de la semana se conocieron algunas violaciones a la tregua, que amenazaron con echar por tierra toda posibilidad de entendimiento. Sin embargo, poco después el presidente del parlamento libanés, Hussein Al-Husseini, anunció, junto con Ibrahimi, que miembros de los sectores musulmán y cristiano de esa corporación se unirían al final de la semana en Arabia Saudita para discutir un proyecto de reconciliación nacional. La convocatoria abarca a los 73 miembros sobrevivientes del Parlamento, elegidos hace 17 años por un término de 4. El estallido de la guerra hizo que se mantuvieran en funciones durante todos estos años, por la imposibilidad de celebrar elecciones. De los 99 miembros originales, 26 han muerto, algunos como consecuencia de la guerra.

El futuro del plan de paz, sin embargo, sigue siendo muy incierto. Los 7 puntos que comprende abarcan desde el cese inmediato de hostilidades hasta la modificación de la Constitución con un sistema de poder compartido entre los contrincantes. La presión musulmana por una mayor tajada del ponqué politico es el mayor obstáculo que se enfrenta. No obstante, el solo hecho de que los enemigos mortales hayan acordado sentarse a dialogar, ha hecho que la expectativa mundial se centre de nuevo en el Libano.