Home

Mundo

Artículo

Estas son las primeras elecciones desde el derrocamiento de Mubarak. | Foto: EFE

MUNDO

Largas filas de votantes en elecciones históricas en Egipto

Muchos electores llevaron a sus hijos a los centros de votación para enseñarles a ejercer sus derechos democráticos.

28 de noviembre de 2011

Tras años de apatía política, los egipcios hicieron filas largas para votar en las primeras elecciones parlamentarias de su nación desde el derrocamiento de Hosni Mubarak, un paso gigantesco hacia lo que esperan sea una democracia después de décadas de dictadura.

Algunos electores que trajeron a sus hijos a los centros de votación dijeron que querían enseñarles mientras depositaban su voto a ejercer sus derechos en una democracia, en tanto que la jornada prometía ser el proceso electoral más justo y limpio del que se tenga recuerdo en Egipto.

Al margen de los temores de que ocurrieran hechos de violencia electoral, pero sin que se informara de algún acontecimiento de este tipo, los votantes se quejaban principalmente de su permanencia de horas en las filas, debido a que estas avanzaban lentamente.

"Si han esperado 30 años, ¿no pueden esperar otra hora?", gritaba un oficial del ejército a centenares de mujeres que estaban intranquilas debido a la espera en uno de los centros de votación en El Cairo.

Muchos civiles aguardaban este día como una celebración de la libertad tras el derrocamiento de Mubarak el 11 de febrero tras un dramático levantamiento popular que duró 18 días y puso fin a un régimen autoritario que había durado tres décadas.

Ahora que este día ha llegado tras casi 10 meses de gobierno militar, divisiones y violencia, el estado de ánimo era muy diferente: la gente estaba ansiosa de sufragar libremente al fin, pero flotaba el desaliento hacia la incertidumbre sobre el devenir de su país, cualquiera que sea el resultado.

"Nunca había votado porque no tenía la seguridad de que era verdad. Ahora, espero que lo sea, pero no soy optimista", dijo Shahira Ahmed, de 45 años, quien esperaba con su esposo e hija junto con tras 500 personas en una oficina electoral en El Cairo.

AP