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Hillary Clinton y Ségolène Royal son favoritas de primera línea para representar a sus partidos en las próximas presidenciales. Junto a sus compañeros podrían convertirse en poderosos dúos políticos

Política

Las parejas del poder

Las aspiraciones presidenciales de Ségolène Royal, Hillary Clinton y Cristina Fernández pueden inaugurar un período de dinastías conyugales.

25 de noviembre de 2006

La argentina Cristina Fernández, la francesa Ségolène Royal y la estadounidense Hillary Clinton tienen mucho en común. Las tres gozan de un gran apoyo en sus países, se perfilan para ser las próximas Presidentas, y con sus esposos, que ya han ocupado importantes puestos políticos, conforman tres parejas con una gran concentración de poder.
En Francia, contrario a lo que muchos anticipaban, François Hollande, secretario general del Partido Socialista, nunca oficializó su candidatura. En su lugar su compañera, Ségolène Royal, ganó las primarias socialistas de cara a las Presidenciales del próximo año, con más del 60 por ciento de los votos.
La postulación de Royal desencadenó toda clase de críticas por el posible favoritismo de su compañero y una eventual competencia desleal. Sin embargo, Hollande dejó claro que la candidatura de ‘Ségo’, como le apodan, obedecía a sus propios méritos como ex ministra y presidenta de la región de Poitou-Charentes. En la actualidad, dentro del partido y ante la opinión pública, este dúo forma un bloque que frena la resistencia de la vieja guardia socialista, que ha deslegitimado sistemáticamente las propuestas de Royal a favor de una democracia más participativa. La candidatura de ‘Ségo’ pospone, pero no descarta del todo, las aspiraciones presidenciales de Hollande.
En el caso de Estados Unidos, el ex presidente Bill Clinton podría regresar a la Casa Blanca en 2008, pero esta vez en calidad de esposo de la que sería la primera Presidenta del país. Hillary, senadora por Nueva York, es la favorita para representar a los demócratas en las Presidenciales. Su esposo, el orador más solicitado del país, es su mayor colaborador de campaña. Mientras ella se ha concentrado en los mítines locales, él se ha encargado de captar seguidores en el resto del país y juntos tienen una maquinaria para recaudar fondos que pocos pueden igualar.
Latinoamérica también tiene su caso particular en Argentina, donde existe el antecedente de las mujeres de los líderes del peronismo que han llegado a tener un importante papel político. Sucedió con las dos esposas de Perón y, en menor medida, con las de Carlos Menem y Eduardo Duhalde. Continuando con la tradición, la senadora y primera dama, Cristina Fernández, es una potencial candidata presidencial.
Cristina es la figura política con mejor imagen en Argentina después del presidente Néstor Kirchner. Su presencia fue imprescindible en la provincia de Buenos Aires para quebrar la hegemonía del ex presidente Duhalde a favor de su esposo. Kirchner podría lanzarse por la reelección en 2007, pero muchos especulan que podría dar un paso al costado para favorecer las aspiraciones presidenciales de su compañera sentimental y retribuir la colaboración que antaño ella le dio con su buena imagen en la capital.
Las consecuencias podrían incluir la posibilidad de que los Kirchner se perpetuaran en el poder. “Con una Presidencia de Cristina, Kirchner luego podría postularse en 2011 y aspirar a la reelección inmediata en 2015, sumar un total de tres períodos”, explicó a SEMANA el analista Gabriel Silva, presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
Más allá de lo curioso de los casos, el tema no es ajeno a la polémica por la concentración de poder que pueden alcanzar estas parejas en la Presidencia. La tradición política de dinastías que solían traspasar el poder de padre a hijo, los populares delfines, parece haber encontrado una fórmula más inmediata para conservar el poder: las dinastías conyugales.