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ARGENTINA - REINO UNIDO

Lo cortés no quita lo valiente

Dicen que los ingleses son caballerosos, pero el primer ministro británico, David Cameron, no le dio esa misma impresión a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, luego de un incómodo encuentro durante la cumbre del G20 en México.

23 de junio de 2012

Dicen que los ingleses son caballerosos, pero el primer ministro británico, David Cameron, no le dio esa misma impresión a la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, luego de un incómodo encuentro durante la cumbre del G20 en México. Fernández, decidida a resolver la crisis diplomática de los dos países por las islas Malvinas, preparó un sobre con resoluciones de la ONU sobre la disputa territorial y se acercó al líder británico. Lo que siguió fue un breve y tenso cruce de palabras en el que la presidenta invitó a Cameron a dialogar. El primer ministro la escuchó, pero al final se rehusó a recibir los documentos, le dio la espalda y se fue. Puede que el acercamiento de la presidenta no haya sido el más apropiado para lidiar con un problema de semejante magnitud, pero Cameron hubiera podido evitar que los argentinos ahora lo tilden, además de terco, de grosero.