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Tras casi dos semanas de espera, los camiones que Putin envió a Ucrania oriental atravesaron la frontera sin que Kiev los hubiera revisado ni autorizado su acceso. | Foto: A.F.P.

UCRANIA

Los camiones rusos que invadieron Ucrania

El ingreso de una columna de 100 camiones rusos a territorio ucraniano sin la autorización de Kiev ni el acompañamiento de la Cruz Roja agrava aún más las tensiones en la zona.

23 de agosto de 2014

Cerca de 300 camiones Kamaz, que Rusia preparó hace unas dos semanas con destino a Ucrania oriental son blancos, el color de la paz. Pero cuando entraron a ese país sin autorización el viernes pasado, a través de un paso controlado por los rebeldes prorrusos, recordaron que, sin embargo, el blanco también es el color de la Rusia imperial.

Para las autoridades ucranianas, que sostienen desde hace tres meses intensos enfrentamientos con los separatistas del este de su país, apoyados por Moscú, no cabe duda de que el convoy constituye una “invasión directa” de su territorio, según dijo Valentyn Nalyvaychenko, el jefe del servicio de seguridad de Ucrania. Y en efecto, los vehículos traspasaron la frontera sin la autorización de Kiev ni el acompañamiento de la Cruz Roja, lo que ha disparado las alarmas no solo en ese país, sino también en Bruselas y Washington.

Para Kiev, el contenido de los camiones es un regalo envenenado que no pudo rechazar mediante argumentos diplomáticos ni aceptar en sus propios términos. Es cierto que la situación humanitaria en las regiones de Luhansk y de Donetsk es en efecto crítica, como lo muestra un informe de Naciones Unidas publicado a principios de mes. Según este, desde el inicio de los combates han muerto más de 2.000 personas, 5.000 han resultado heridas y unas 285.000 han tenido que abandonar sus hogares. Y, en ese contexto, negarse de plano a recibir los camiones reforzaría la versión de Moscú, según la cual los habitantes de esas regiones –muy cercanos culturalmente a Rusia– no les importan a los ‘fascistas’ de Kiev.

Pero por otro lado, aceptar la ayuda de Moscú sin revisar previamente el cargamento de los camiones era como permitir que el pirómano que encendió la región ayudara a apagar el fuego. De hecho, la presión que ejercen los 20.000 soldados rusos apostados cerca de la frontera fue la causa principal de que el gobierno ucraniano tuviera que contentarse con protestar. Sobre todo luego de que el Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia publicó un comunicado tajante el viernes en la mañana: “Advertimos sobre cualquier intento de perturbar esta misión puramente humanitaria”.

La polémica caravana de camiones llegó a Ucrania en un momento en que los rebeldes han tenido que replegarse debido a los reveses tanto militares como políticos que han sufrido en el último mes. Como le dijo a SEMANA el profesor Marvin Kalb, de la Universidad de Harvard, “tras el derribo del vuelo MH 17, todo el mundo ha estado pendiente del nivel de implicación de los rebeldes en la tragedia, lo que ha obligado a Moscú a cambiar su estrategia: como no puede enviar todo el armamento que querría, ahora manda camiones con comida”.

Además, con la entrada de los vehículos a Ucrania, Putin envía un mensaje que es también una respuesta a las sanciones que Estados Unidos y Europa le han impuesto a su país. Según dijo el profesor de Relaciones Internacionales Mauricio Jaramillo Jassir de la Universidad del Rosario, “Rusia quiere demostrar que el aislamiento al que la han sometido no disminuirá su margen de maniobra y que, pase lo que pase, es un actor que hay que tener en cuenta, tanto para la guerra como para la paz”. Putin, de nuevo, sorprende con un truco inesperado. Y el final de este episodio aún es un misterio.