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LOS CONTRAS EN APUROS

Narcotráfico, divisiones internas y acusaciones de atentados contra Pastora y el embajador americano en Costa Rica, ponen a los "contras" nicaraguenses en serios problemas

30 de junio de 1986

Mientras en Panamá se adelantaban a finales de la semana anterior las conversaciones tendientes a definir la fecha en que se firmaría el Acta de Contadora, inicialmente señalada para el 6 de junio, y se preveía para el próximo mes el regreso al Congreso norteamericano de la petición de Reagan de ayuda a los "contras", estos con sus líderes reunidos en Miami continuaban también en movimiento.
En rueda de prensa el pasado 29 de mayo, los líderes de la Unión Nicaraguense Opositora (UNO) anunciaron el logro de un acuerdo entre los tres principales cabecillas del grupo, Adolfo Calero, Arturo Cruz y Alfonso Robelo, así como su intención de continuar buscando el respaldo de los Estados Unidos. Las tres cabezas visibles de los "contras", cuyas rencillas permanentes, así como las repetidas acusaciones de corrupción interna, tráfico de drogas y abuso de los derechos humanos han sido vistas como el origen de su progresivo debilitamiento interno, señalaron que "en este momento la UNO está en su más fuerte y sólida posición".
A los múltiples cargos que recaen sobre los miembros de la UNO, gran parte de los cuales se ha dicho son antiguos miembros de la Guardia Nacional Somocista, en la misma rueda de prensa se agregó uno más. Esta vez involucrando directamente a Adolfo Calero, con un grupo de 30 personas entre nicaraguenses y norteamericanos. El dirigente ha sido demandado ante una Corte Federal de Miami por dos periodistas, Tony Avirgan, corresponsal de la National Publish Radio, y su esposa Martha Honny, de la cadena de televisión ABC. La demanda por 24 millones de dólares está dirigida contra miembros de los "contras", exiliados cubanoamericanos y antiguos miembros de la CIA, a quienes los periodistas acusan de estar involucrados en tráfico de drogas en Costa Rica así como en un plan para asesinar al embajador de los Estados Unidos en ese país, el bien conocido y altamente controvertido ex embajador en Colombia, Lewis Tambs, y el líder antisandinista Edén Pastora, quien el pasado 16 de mayo depusiera las armas en Costa Rica.
Avirgan y su esposa fueron heridos con 26 personas más en un atentado durante una rueda de prensa de Pastora en 1984, en el cual resultaron muertas 5 personas.
Por otra parte, en Washington, a finales de la semana anterior, se daban a conocer detalles de lo que parece haber sido una participación directa de la Agencia Central de Inteligencia Norteamericana CIA, en los hechos que llevaron a Edén Pastora, el conocido Comandante Cero a deponer las armas. Desde sus declaraciones iniciales al respecto, Pastora había mencionado la falta de apoyo de la CIA a su grupo diezmado y con dificultades económicas, como una de las determinantes de su decisión. Fuentes provenientes de las distintas facciones disidentes antisandinistas ubicaron el origen de la deserción de 6 de los 8 comandantes de Pastora, en las ofertas de apoyo recibidas por parte de un hombre conocido como Armando, quien estaría actuando a nombre de la CIA. Armando había contactado desde hace meses a los oficiales de Pastora, ofreciéndoles soporte social y económico si abandonaban a Pastora y se unían a la UNO, ampliamente respaldada por la CIA, cometido que se había cumplido el pasado 9 de mayo, cuando los antiguos oficiales de Pastora firmaron un acuerdo aceptando a Fernando Chamorro de la Unión Democrática Nicaraguense, grupo aliado a la UNO con base en Costa Rica, como su nuevo jefe. En fin, los "contras" no están pasando por su mejor momento. Todo esto sin contar con que, de firmarse el Acta de Contadora, sus días pueden estar contados.