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LOS "PERES-TANQUES"

Mientras Gorbachov enfrenta trabas políticas, estallan nuevos focos de violencia racial.

19 de marzo de 1990

Para el presidente Mijail Gorbachov unas son de cal y otras de arena. La semana pasada su proyecto de reformas sufrió un momentaneo reves cuando los miembros radicales del Presidium rehusaron la convocatoria inmediata del Congreso de los Diputados del Pueblo para examinar la plataforma aprobada la semana anterior por el Soviet Supremo.
Para ello se arguyó que aún faltaba mucho análisis de algunas propuestas, principalmente en relación con el cargo de presidente, con el que Gorby aspira a manejar con mayor libertad los problemas del país.

La noticia coincidió con la publicación por primera vez de esa plataforma, que hasta ahora sólo se conocía por referencias. La creación del cargo de presidente del país significa de hecho una reestructuración completa del sistema parlamentario adoptado hace menos de un año. Según este, los órganos directivos son el Congreso de los Diputados, de 2.250 miembros, que escoge de su seno un Parlamento o Soviet Supremo de 542 curules que, a su vez, nombran al comite ejecutivo o Presidium. El jefe de este se ha dado en llamar presidente (Gorbachov), pero en teoria aun sus facultades no le permiten tomar la mayoría de las decisiones sin consultar con el Presidium.

Esta sería, en ultimas, la traba que Gorbachov querria evitar para el futuro. El nuevo presidente seria elegido popularmente y no por el Parlamento.

En espera de una decisión al respecto, los comentaristas internacionales recibieron con alborozo la confirmación--en el texto de la plataforma- de los cambios en la propiedad privada en la URSS. Como era de esperarse, el texto responde más al imperativo de una transaccion politica--al estilo Gorbachov-que a la claridad conceptual "El Partido Comunista de la URSS considera que la existencia de propiedad laboral individual incluidos los medios de producción no contradice la etapa moderna del desarrollo económico del país". Tras esa criptica redaccion los sovietologos desentrarlaron el reconocimiento oficial de la propiedad privada en el país comunista por excelencia.

Para ello se dijo que los economistas sovieticos usan a veces la expresión "propiedad laboral individual" para significar los objetos que usan los trabajadores en sus labores. Un ortodoxo concluiria, entonces, que los agricultores individuales podrían ser dueños de sus tractores, por ejemplo. Pero la frase "propiedad de los medios de producción" deja abierto el camino para que se interprete, sin lugar a muchas dudas que la propiedad de fincas e industrias será permitida en la Unión Soviética.

Sin embargo, los buenos augurios politicos que los comentaristas occidentales le hacen a Gorbachov no evitaron que en la semana pasada el espectro de la violencia regional en la URSS regresara a las primeras planas de los diarios mundiales. El conflicto exploto en la República de Tadjikistan, con los mismos ingredientes de prejuicios raciales y religiosos que han caracterizado a los problemas de Azerbaijan, Armenia y Georgia.

Esta vez estuvieron los armenios de nuevo en el ojo de la tormenta. La version oficial afirma que todo comenzó por unos rumores, supuestamente propasados por azeries, segun los cuales el gobierno central estaba asentando miles de refugiados armenios en la capital de Tadjikistan, Dushanbe. Una turba de miles de manifestantes quemo carros y autobuses y llevó a cabo "programas" contra residentes armenios, a tiempo que se quejaban de que estos estaban recibiendo vivienda oficial mientras miles de nativos carecían de ese privilegio.
Según la radio soviética la violencia comenzó tras la segunda manifestación de protesta frente al cuartel general del Partido Comunista local.
Los funcionarios locales, incluido el jefe del Partido, Kajar Majkamov, trataron de convencer a los presentes de que no había más de 40 armenios llegados de Baku, y que ellos se alojaban en casas de familiares. Los saqueos y destrozos no se hicieron esperar en la ciudad de 600 mil habitantes, la gran mayoría de la facción sunita del Islam.

Sin saberse aun el destino inmediato de la ultima rebelión regional, muchos analistas señalaron el hecho de que ese tipo de conflicto, aunque parezca sofocado, tiende a permanecer en forma soterrada. Esa es la sensación que cunde en relación con el conflicto armenio-azeri, en donde la violencia aguda y declarada ha dado paso a una lenta sangria. Se estima que las partes en guerra tienen a unas cien mil personas sobre las armas mientras la huelga en Azerbaijan sigue practicamente sin modificaciones, al igual que el bloqueo ferroviario de Armenia. Con la llegada del problema de Tadjikistan, los exitos politicos de Gorbachov en el Kremlin resultan opacados por un cáncer de violencia que parece dispuesto a hacer metástasis donde menos se le espere.-