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CURIOSIDAD

Los reos condenados a muerte que fallecían antes de tiempo

En Florida es tan largo el tiempo de espera en el corredor de la muerte, que los presos fallecen antes de ser ejecutados.

27 de junio de 2013

William Van Poyck pagaba su condena en la prisión estatal del Estado de Florida en Estados Unidos y esperaba en ella la hora de su muerte, pues fue condenado a la pena máxima. Sin embargo, un miércoles de junio cuando lo iban a ejecutar, la espera fue tanta que el hombre ya había publicado tres libros: Quietus, El tercer pilar de la sabiduría y Un pasado a cuadros.

Van Poyck estaba preso desde los 22 años y aún en 2013, 26 años después de ser encarcelado, esperaba el temible día de su muerte. 


“Estimados lectores: el 12 de junio de 2013 a las 7:13 p.m. mi hermano, William, tomó su último aliento en la tierra y comenzó su viaje al otro lado. Sus últimas palabras fueron: ¡Libérame!”, escribió, Lisa Van Poyck, en un blog que hasta entonces alimentaban ambos.

A pesar de esto, lo que le preocupa a Rick Scott, gobernador de Florida, no es ni la forma en que mueren los reos, ni la cantidad de condenados a la pena máxima. A Scott lo que lo tiene fuera de casillas es que en su Estado los presos esperan, en promedio, hasta 22 años antes de recibir la inyección letal.

Sin embargo, la historia cambió el viernes 14 de junio cuando el Gobernador aprobó la Ley de Justicia Oportuna que ajustará los lapsos de apelaciones y acortará el proceso de ejecución.

“Un preso que ha estado en el corredor de la muerte durante 22 años ha tenido una oportunidad justa para encontrar todas las pruebas necesarias para impugnar su condena, sobre todo cuando el caso ha recibido los múltiples niveles de revisión y el debido proceso extraordinario que se ofrece a los condenados a muerte”, escribió el gobernador para justificar la aprobación de la ley.

Para no someterse a las críticas de quienes no están de acuerdo con la aplicación de esta condena, el Gobernador optó por decir que el objetivo de su proyecto no es acelerar la muerte sino que busca acelerar los procesos para que se agilicen las apelaciones y se pueda tener un veredicto final, ya sea negativo o positivo, en menos tiempo.

Sea cual sea la verdad, lo que sí es claro es que esta ley sí podría acelerar la ejecución de al menos 13 de los 405 reos que aguardan en el corredor de la muerte, y que el año próximo ya habrán agotado todas las vías de apelación judicial. De ser así, Rick Scott igualaría el récord del exgobernador Jeb Bush, quien en ocho años ordenó la muerte de 21 reos.

Con la entrada en vigencia de esta medida, el Gobernador de Florida podrá firmar las órdenes de ejecución 30 días después de que la Corte Suprema del Estado certifique que todos los canales de apelación han sido explorados y el Estado deberá programar la ejecución en los seis meses siguientes.

Florida es el segundo Estado del país norteamericano con mayor número de presos en espera de ejecución, muchos de los cuales han muerto nantes de ser ejecutados, y fue durante 2012 el Estado donde más sentencias a pena capital fueron emitidas. Además, desde que en enero de 2011 asumió el cargo de gobernador, Scott ha firmado la orden de muerte de siete reclusos.

Los ojos de los defensores de Derechos Humanos están puestos en la Florida y de nada servirá que argumenten que desde que la pena capital fue restablecida en Estados Unidos, en 1976, se ha comprobado la inocencia de 142 sentenciados, los cuales han sido liberados después de cumplir décadas en prisión. Además, tampoco ayuda que el mismo día en que se promulgó la ley, haya culminado en Madrid el V Congreso Mundial contra la Pena de Muerte, donde Estados Unidos, China e Irán fueron los tres grandes ausentes.