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Caja negra (en realidad amarilla) del tren accidentado en España. | Foto: EFE

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Maquinista hablaba con compañero de trabajo antes de accidente

Francisco José Garzón conversó por celular con el interventor del tren segundos antes de la tragedia.

31 de julio de 2013

La persona con la que, minutos antes del accidente, hablaba por teléfono el conductor del tren que descarriló el 24 de julio cerca de Santiago de Compostela y causó 79 muertos era el revisor del convoy, informó este miércoles la justicia.

"El maquinista identificó a la persona de quien recibe la llamada minutos antes del accidente como el interventor de Renfe", la compañía pública ferroviaria española, "que viajaba en el propio tren", afirmó en un comunicado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

El juzgado precisó que el conductor, Francisco José Garzón Amo, se presentó voluntariamente este miércoles ante el juez para completar la declaración realizada el domingo.

El contenido de las cajas negras abiertas el martes había revelado que el maquinista hablaba por teléfono con un compañero y parecía estar consultando un mapa en el momento de la tragedia, ocurrida a 153 kilómetros por hora en una zona limitada a 80 kilómetros por hora.

Garzón "afirmó también que no estaba hablando en el momento de la salida de vía, sino que había colgado segundos antes" y que la conversación "se centró en la vía donde parar al llegar a Pontedeume", estación situada justo antes de El Ferrol, el destino del tren procedente de Madrid, precisó.

El propio revisor, Antonio Martín Marugán, reconoció el miércoles en declaraciones al diario El País que llamó al maquinista "para indicarle que, cuando llegara a Pontedeume, entrara por la vía más próxima a la estación, de las dos que hay, para facilitar la salida de una familia de viajeros con hijos".

En su declaración ante la Policía, Martín Marugán había ocultado esta llamada, realizada poco antes de entrar en la curva peligrosa donde ocurrió el accidente, "para proteger al maquinista, puesto que, salvo en casos muy excepcionales, está prohibido que se hable por el teléfono corporativo durante la conducción", según el rotativo.

Ambos hombres "mantenían una estrecha relación de amistad", agregó.

Las primeras informaciones extraídas de las cajas negras confirmaron la hipótesis del exceso de velocidad como causa de la catástrofe ferroviaria más grave en España desde 1944.

El maquinista, imputado el domingo de 79 homicidios por imprudencia, ya había reconocido ante el juez haber tenido "un despiste" antes del accidente, aunque se había mostrado incapaz de explicar el porqué.

"Señoría, sinceramente le digo que no lo sé, si no, no estoy tan loco como para no frenar", explicó Garzón Amo durante su interrogatorio del domingo, según un fragmento de su declaración publicada este miércoles por El País.

Según el tribunal, el juez solicitó a Renfe numerosa documentación sobre el conductor, como los "resultados de controles de tóxicos realizados en los últimos años por la empresa, resultados de pruebas de condiciones psicofísicas, bajas, experiencia en el trayecto" y también su jornada laboral el día del siniestro.

El juez también requirió el contenido de las cajas negras de otros trenes que realizan el mismo recorrido, documentos sobre velocidades en esa línea y sobre el modelo del convoy.

A Adif, la empresa que gestiona la red ferroviaria, el juez solicitó un informe sobre el estado de las vías en la zona del accidente, sobre las señales y balizas físicas y luminosas y sobre el radio de la curva del descarrilamiento, calificada como peligrosa por varios conductores de tren.

El tribunal también investiga las posibles llamadas o mensajes telefónicos que pudo hacer el conductor antes del accidente, pidiendo a las compañías telefónicas información sobre estos intercambios tanto del móvil personal como el profesional.