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MATOLA ESTA DE LUTO

Sólo civiles indefensos fueron bombardeados por la aviación de Pretoria en Mozambique.

Cumpliendo su amenaza de tomar rrepresalias por la detonación el 20 de mayo de un carro-bomba contra la sede de la Fuerza Aérea de Pretoria, el gobierno sudafricano lanzó tres días después un ataque aéreo sobre Matola, un pequeño distrito a 15 kilómetros de Maputo, la capital de Mozambique.
Los voceros militares sudafricanos alegaron que en el área bombardeada había numerosos "terroristas" del Consejo Nacional Africano (CNA), entidad revolucionaria que pretende el derrocamiento del régimen de minoría blanca en Sudáfrica y que se atribuyó el atentado del carro-bomba, en el que murieron 17 personas y fueron heridas otras 1 88.
Sin embargo, todas las personas muertas y heridas por los cazas sudafricanos en Matola eran civiles indefensos. Dos de los cinco muertos eran obreras de la fábrica de conservas local -Ana Regina Mutombene y Rosita Munamate- y un operario de la misma planta recientemente admitido allí. Un cuarto obrero, Guaguaza Cau, fue hallado muerto en un cuarto de baño de la misma factoría con graves heridas en el pecho. Un niño de 6 años, que se encontraba en las inmediaciones de la planta también fue alcanzado por las balas sudafricanas. Otros 30 vecinos fueron asimismo heridos, al ser, alcanzados por esquirlas de los cohetes lanzados por los 7 aviones atacantes, mientras se dirigían a sus centros de trabajo. Una señora, Catarina Alfonso Mual, fue herida en momentos en que lavaba ropa en la huerta de su casa.
Otras bombas cayeron al río del pueblito, incendiando algunas casas. El raid sólo terminó minutos después, cuando milicianos y policías locales abrieron fuego antiaéreo contra los intrusos.
En diciembre pasado, Sudáfrica había atacado presuntas instalaciones del CNA en Maseru, capital de Lesotho, un pequeño Estado que está rodeado completamente por Sudáfrica. En esa oportunidad, fueron muertas cerca de 42 personas, suscitando una amplia protesta internacional y obteniendo una censura del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En 1981, las mismas tropas del régimen del apartheid habían atacado Mozambique, en condiciones similares, eliminando 13 refugiados del CNA. Otra docena de presuntos miembros de esa organización fueron selectivamente asesinados el año pasado en Maputo.
Para los observadores, lo más odioso del último ataque de las autoridades de Pretoria fue el haber escogido un objetivo visiblemente civil, pues ellas no ignoraban que desde enero de 1981 ningún militante del CNA vivía en Matola. Oliver Tambo, presidente de dicha organización, había aclarado, además, que la detonación de la bomba contra la sede militar sudafricana había sido una acción cumplida por sus fuerzas dentro de Sudáfrica y no llevada a cabo desde Mozambique.
De hecho, dicha explosión, considerada como el más mortífero ataque contra el régimen racista sudafricano, podría ser indicio de un cambio en el accionar del CNA, que hasta este último acto había protagonizado esporádicos actos de violencia destinados a causar daños materiales. Ahora estaría pasando a una dinámica de ataques más amplios que involucran, incluso, el riesgo de provocar bajas entre civiles.
Tambo, a comienzos de mayo, efectuó una gira por varios países del norte de Europa y obtuvo promesas de ayuda del gobierno de Suecia. Este ha proclamado que el CNA se caracteriza por recurrir a métodos "legales" de lucha por la independencia de los pueblos de Sudáfrica. En dicho periplo, el líder del CNA admitio que la lucha de su organización se había dificultado últimamente debido a la política exterior del presidente Ronald Reagan quien, a su juicio, se había convertido en un "aliado directo" de Sudáfrica, alentando a dicho régimen a realizar, incluso, operativos desestabilizadores contra los países vecinos. Sin embargo, Tambo advirtió, como anunciando las acciones que vendrían días después, que el CNA era todavía poderoso y que el régimen del apartheid "no podría soportar por mucho más tiempo la presión de este movimiento de liberación nacional ".
Otros dirigentes del CNA han señalado que la anterior actitud moderada de ellos no sirvió para que Sudáfrica accediera a conversar sobre el futuro político del país, sugiriendo que se hacia indispensable demostrar la capacidad del CNA para atacar directamente el poderío militar sudafricano.
Esta organización, junto con el Congreso Panafricano de Azania (CPA) son las dos agrupaciones de liberación de Sudáfrica reconocidas por la Organización de Unidad Africana (OUA) y las Naciones Unidas.
El ataque contra Matola fue criticado por diversos gobiernos europeos, el francés, el portugués y el soviético, entre otros, y por Daniel Arap Moi, presidente de la OUA y jefe del gobierno de Kenya, quien calificó como "acto genocida" dicho raid. El Departamento de Estado norteamericano, en cambio, se negó a responsabilizar a Sudáfrica por dicho ataque, aunque lamentó toda violencia en el sur de Africa. En diciembre pasado, ante los hechos de Lesotho, Washington sí censuró verbalmente a Sudáfrica. Sin embargo, los países africanos y la mayoría de los miembros de la ONU pidieron en esa ocasión imponer sanciones económicas y militares contra el régimen de discriminación racial para forzar un cambio de actitud y destruir tal sistema de opresión. Pero ese objetivo fue varias veces frustrado por el veto de los Estados Unidos, Francia e Inglaterra.