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Evo Morales tiene un poco más de un año para volver realidad su sueño de refundar la nación por medio de una constituyente, y conciliar con los intereses de algunos sectores privados y Estados Unidos

Bolivia

A la medida de Evo

La Asamblea Constituyente será la 'refundación de Bolivia', según su Presidente. Muchos se preguntan con inquietud hasta dónde llegará esa revolución

11 de marzo de 2006

"Será una refundación del país", dijo un exultante presidente Evo Morales, quien el 22 de enero se convirtió en el primer Presidente indígena de Bolivia, y ahora tiene una mayoría absoluta para diseñar un país a su medida. "Aquí comienza la revolución democrática y cultural; el 'jacha uru' (gran día, en lengua aymara) está cada vez más cerca", proclamó el gobernante.

A comienzo de la semana, el Congreso había aprobado la convocatoria a una Asamblea Constituyente, el sueño de Morales. En medio de las angustias de sectores tradicionales, el mandatario ha esbozado que la Asamblea servirá para sepultar el neoliberalismo y para que los recursos naturales "vuelvan a las manos del pueblo boliviano". Pero podrían quedar plasmadas otras ideas como consagrar la hoja de coca como planta sagrada o confiscar las tierras improductivas. Incluso hay voces que han hablado de que Bolivia pasaría a llamarse la República del Kollasuyo (región de los collas -indígenas altiplánicos-) y que podría adoptar para su bandera la wiphala multicolor aymara en vez del actual tricolor verde, amarillo y rojo.

La Constituyente fue posible gracias a un acuerdo político gestado con gran habilidad por el vicepresidente, Álvaro García Linera, un intelectual y ex guerrillero. Pero en el camino, el gobierno tuvo que hacer una cesión importante: el poderoso departamento de Santa Cruz, que no ve con buenos ojos a Evo, logró que el mismo día de la elección de constituyentes se celebre un referendo sobre otorgar mayor autonomía a las regiones. Más aun: el resultado tendrá que ser respetado por la Asamblea Constituyente, cuyos 255 miembros sesionarán a partir del 6 de agosto, en Sucre, capital del país.

"Como ocurre con frecuencia con la política boliviana, los problemas se patean para adelante, y éste es un ejemplo, dijo a SEMANA un dirigente de Santa Cruz que pidió reservar su nombre. Evo quería su Constituyente y Santa Cruz quería su referendo y por eso todos están contentos. Parece impecable, pero armar ese rompecabezas será un verdadero problema, dijo. Seguimos con una agenda para la región andina e indígena y otra para los territorios orientales, donde se concentra la riqueza".

La otra preocupación se centra en la duración del proceso, pues los asambleístas serán elegidos el 2 de julio, sesionarán desde el 6 de agosto y tendrán hasta un año para terminar la nueva Constitución, o sea que por lo menos hasta mediados de 2007 no habrá claridad. "¿Qué harán entretanto las empresas que invierten en Bolivia? Sin duda paralizarán sus inversiones", se preguntó el dirigente. Esto es crítico en el sector del gas. Bolivia tiene la segunda reserva en Suramérica con 48 trillones de pies cúbicos, pero la incertidumbre ha llevado a que las grandes multinacionales hayan optado por frenar o desacelerar sus inversiones, e inclusive se preparan para pleitos si sus contratos son desmejorados.

Gramunt de Moragas, sacerdote jesuita y reconocido analista, celebró el acuerdo.Pero comentó con alarma que previamente a la aprobación, tanto el gobierno como los dirigentes de Santa Cruz amenazaron con llevar el conflicto a las calles si no lograban sus objetivos. Gramunt también advierte sobre la tentación que podría tener el Presidente de plasmar una Constitución muy centrada en sus ambiciones. "Me sumo a quienes creen que la Constituyente no puede ser fundacional -porque la República ya fue fundada hace casi dos siglos- ni puede atribuirse un poder ilimitado, como lo afirmó el Presidente, tal vez demasiado embalado por su éxito electoral y por la falta de una oposición creativa y vigorosa. Y en cuanto al Referéndum Autonómico, nunca será suficiente el consejo de que no se convierta en la causa del desgarramiento de la patria", dijo Gramunt, en advertencia a las veleidades secesionistas de algunos sectores de Santa Cruz.

¿Significará este proceso un salto al vacío o será el procedimiento que por fin de estabilidad a este país, el más pobre de Suramérica? Algunos analistas se inquietan por el hecho de que 'el Evo' esté siguiendo cada vez más el camino de Hugo Chávez, quien de hecho fue el primero en felicitarlo por la convocatoria a Asamblea Constituyente. Estados Unidos no se ha pronunciado, pero resultó diciente que al tiempo que Morales oficializaba la convocatoria a la Asamblea, la embajada de Washington notificaba al mandatario la suspensión de toda ayuda militar y le pidiera devolver el armamento entregado con base en esa cooperación.

Con apenas 50 días en el poder y tras haber llegado a la presidencia con 54 por ciento de los votos, Evo tiene el crédito intacto. Pero faltan casi cinco meses para la instalación de esta Asamblea, y ese tiempo puede ser muy largo en un país donde la inestabilidad es una constante.