Home

Mundo

Artículo

Mundo

Mirando hacia tirana

Reagan y Andropov tratan de acercarse al gobierno más díscolo de Europa.

14 de marzo de 1983

Tampoco Albania ha escapado a la "política de seducción" lanzada por la Unión Soviética y los Estados Unidos en Europa Occidental. En el último mensaje -enviado tradicionalmente el 29 de noviembre con motivo del aniversario de la liberación albanesa- Yuri Andropov propuso a las autoridades de Tirana reanudar las relaciones rotas en 1961.

El periódico "Pravda"-ignorando las peripecias que caracterizaron la división del movimiento comunista internacional (Unión Soviética y sus aliados, por un lado, China y Albania por otro)- llegó hasta afirmar que "la Unión Soviética ha adherido, en sus relaciones con Albania, a los principios de igualdad, autodeterminación, respeto de la soberanía y no ingerencia".

A su vez, los Estados Unidos pidieron a Tirana -por tercera vez en los nueve últimos años- reemprender las negociaciones, conjuntamente con Francia e Inglaterra, en torno al oro albanés (36 millones de dólares) que se encuentra bloqueado en Londres desde el fin de la segunda guerra mundial. Pero Albania, pequeño país de 28.000 kmts.2, tres millones de habitantes y único baluarte verdadero, según sus dirigentes, del "marxismoleninismo", resiste.

"Nuestro país no mantuvo ninguna relación ni con Kruschev ni con Breznev. Tampoco lo hará con Andropov ni cualquier otro que se ponga al frente de la revisionista Unión Soviética" informó el periódico oficial "Zeri I Popullit", mientras el máximo líder, Enver Hoxha, advertía a los Estados Unidos y a los países europeos que ya no era posible jugar con su país .

Las propuestas rusas y norteamericanas fueron formuladas, de hecho, en un momento en el que finalizaba en Tirana -con la elección, el 22 de noviembre pasado, de Ramiz Alia a la cabeza de Estado y la confirmación de Adil Carcanien en su puesto de primer ministro- un nuevo capítulo de la lucha por el control del poder.

Todo comenzó el 18 de diciembre de 1981, cuando Enver Hoxha supo que Mehnet Shehu -primer ministro desde hacía 27 años, su esposa y los ministros del Interior y de Defensa habían organizado un plan para asesinarlo. Shehu era, dice el líder albanés en el último tomo de sus memorias un traidor. Un agente soviético americano y yugoeslavo, desde hacía cuarenta años; pero, explica, no habia sido desenmascarado porque sus amigos controlaban los servicios secretos.

Sin embargo, el primer ministro sintiéndose descubierto optó por el "suicidio humillante". La versión oficial podría ocultar, en realidad, la eliminación física de los partidarios de una "línea de apertura", juzgada necesaria a causa de las dificultades que conoce ese pais, pero en clara contradicción con la ortodoxia practicada por el stalinista Enver Hoxha.

Las propuestas de las superpotencias han coincidido, asimismo, con un período en el que la tensión entre Albania y Yugoslavia se ha incrementado. En Tirana, los dirigentes albaneses han acusado a los yugoslavos de haber patrocinado el intento de desembarco realizado, el 26 de septiembre pasado, por un comando suicida.

Extraordinariamente tensas después de la excomunión de Tito por Stalin, sujetas a altos y bajos desde la invasion soviética en Checoslovaquia, en 1968, las relaciones entre esos dos países se deterioraron seriamente a partir del mes de abril de 1981, como consecuencia de las manifestaciones registradas en la provincia yugoslava de Kossovo, habitada por un millón ochocientos mil albaneses.

El gobierno yugoslavo, acusado por Tirana de "oprimir la minoría albanesa", ha tomado medidas drásticas contra los nacionalistas proalbaneses, procediendo a la remoción de un gran número de funcionarios de la administración, la justicia, las empresas, los centros de educación, y decretando la retirada de todos los libros escolares importados de Albania, los que habrían fomentado, según Belgrado, el sentimiento separatista de la minoría albanesa.

Además de estos factores, americanos y soviéticos no disimulan la preocupación que les causa la sucesión de Enver Hoxha. A la cabeza de su país desde la liberación en 1945, cuenta ya con 74 años y su estado de salud ha sido diversamente evocado por fuentes occidentales.

Su desaparición conllevaría un cambio fundamental del actual estatuo quo en la región de los Balkanes. Las propuestas soviético-americanas parecen ser, precisamente, ensayos destinados a analizar las tendencias en el seno del Partido Comunista albanés que, en 38 años de poder, ha dado a Albania un perfil bien singular. Albania es, en efecto, el único pais comunista en Europa que, desde 1968, no hace parte de ningún bloque militar, y que no firmó los acuerdos de Helsinki, en 1975, sobre la seguridad y la cooperación en Europa.

Albania se distingue por otro lado por mantener dos tercios de su población en el campo, no tolerar ninguna práctica religiosa y conservar su adhesión a Stalin, descrito por Hoxha, como "un hombre modesto, muy amable, que no imponía jamás su opinión y no daba órdenes".

"Fiel" a la teoría "marxista-leninista", el PC albanés no cesa de denunciar el "social-imperialismo ruso", el "imperialismo norteamericano" y desde su ruptura con Pekin, en 1978, el "revisionismo chino". Albania socialista, es, en fin, según la propaganda oficial, "un ejemplo de democracia amplia y veraz". ¿La prueba? en las elecciones de 1978, en las que participaban un poco más de un millón cuatrocientos mil electores, sólo uno se abstuvo, otro votó contra las listas oficiales y tres depositaron votos nulos. En las últimas elecciones del pasado 14 de noviembre, ese récord parece haber sido mejorado.

EL ORO ALBANES

22 de octubre de 1946. Cuatro barcos ingleses de guerra penetran en las aguas territoriales albanesas. Las órdenes del gobierno de Tirana son precisas. disparar al primer intento de desembarco. Dos barcos, bautizados Suamarez y Volage, navegan a unos 1500 metros del puerto cuando, bruscamente, son sacudidos por varias explosiones.

Balance. 44 marineros muertos, un barco destruido y el segundo seriamente estropeado. Para Inglaterra no hay dudas. los albaneses habían colocado las bombas o conocían su existencia y no habían prevenido a Londres.

El gobierno albanés contraataca: Tirana no es responsable de la navegación en sus propias aguas territoriales pues -recuerda- había sido excluída del comité creado por los aliados, después de la guerra, para recoger las bombas por no poseer el material necesario. Por otra parte, preguntan los albaneses, por qué los barcos navegaban tan lejos de las aguas internacionales y se dirigían hacia el norte cuando, según Londres, debían encaminarse hacia el Golfo Argostoli al sur de Corfu?. A pesar de sus argumentos, la comunidad internacional condenó a Albania, en 1947. La corte interna-nacional corroboró la sentencia y la corte de La Haya fijó, en 1949, el total de la indemnización: Tirana debía pagar a Inglaterra 843.9471 libras.

"Nosotros rechazamos esa decisión porque no eramos culpables -explica Hoxha antes de agregar- nosotros no la pagamos y no la pagaremos jamás". Inglaterra replicó bloqueando el oro albanés en su poder. ¿Cómo lo había obtenido? La historia comenzó el siete de abril de 1939 con la invasión de Albania por parte de las tropas italianas. Por decisión de Musolini, Albania es "Unida" a Italia y gran parte de su oro es trasladado al Banco de Italia, en Roma.

En septiembre de 1943, después de la capitulación de Italia, los alemanes reconocen la propiedad de Albania sobre el oro pero pretextando enviarlo a Shkorder, trasladan el oro que quedaba a la Reichshank. Tras la liberación, las tropas aliadas descubren una enorme cantidad de oro en las minas de Merkers. Francia, Inglaterra y los Estados Unidos crean una comisión para repartirlo entre los países víctimas de los nazis. Albania, documentos en mano, reclama 2.454 Kg. y 874,5 gr. de oro fino. La comisión otorga 1.121 Kg. y 451,7 gr. Es la cantidad que permanece bloqueada.