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Mohamed Merah y el fin de una tragedia que conmocionó a Francia
La tragedia que terminó este jueves con la muerte de Merah, sospechoso del asesinato de siete personas en el suroeste de Francia, empezó con la muerte de un soldado hace dos semanas. Repase todos los detalles del caso.
La tragedia que comenzó con tres tiroteos en el suroeste de Francia en los que murieron 7 personas acabó este jueves con la muerte del sospechoso tras un enfrentamiento con la policía.
Mohamed Merah -el ciudadano francés de origen argelino de 23 años que según las autoridades admitió ser el autor de los ataques- estuvo acorralado por más de 30 horas en su casa de Toulouse hasta que la policía decidió entrar por la fuerza a la vivienda a eso de las 10:30 de la mañana.
Ahí se encontraron con la feroz resistencia del pistolero, quien se hallaba escondido en el baño y salió disparando.
En el intercambio de fuego dos policías resultaron heridos.
Merah fue hallado muerto en el suelo fuera de la casa, luego de que saltara por una de las ventanas de su vivienda mientras continuaba disparando.
Ese fue el trágico final de unos sucesos que mantuvieron en vilo a toda Francia y que podrían tener consecuencias políticas en un país que se apresta a celebrar elecciones presidenciales.
Merah, quien según las autoridades francesas dijo tener vínculos con al Qaeda, aseguró haber actuado para vengar a los niños palestinos y en protesta por la presencia militar francesa en Afganistán y la prohibición francesa al burka.
Todas las víctimas de Merah, entre las que hubo tres niños, pertenecían a minorías étnicas.
Más de una semana de tiroteos
Los sucesos comenzaron el 11 de marzo pasado, cuando el sargento Imad Ibn Zaten, un suboficial del primer regimiento de paracaidistas, de 30 años, fue asesinado en un tranquilo barrio de Toulouse, la cuarta ciudad más grande de Francia.
El suboficial, quien iba vestido de civil, murió de un disparo en la cabeza y, sin saberlo, había estado esperando a su propio asesino.
El sospechoso lo contactó con la supuesta intención de comprar una moto que el suboficial había puesto a la venta a través de internet.
Eventualmente, ese intercambio de correos electrónicos sería una de las pistas que llevaría a la policía hasta el asesino.
Tan solo cuatro días después, el cabo Abel Chennouf, el soldado Legouad Mohamed, y el paracaidista Loic Liber fueron atacados por un pistolero en la localidad de Montauban, a 50 kilómetros de Toulouse.
Una cámara de seguridad registró cómo un hombre con ropa oscura y que había llegado en una moto de gran cilindrada disparaba contra los soldados en los alrededores de un centro comercial.
Varios testigos describieron al asesino como un hombre pequeño, que actuaba con calma.
Chennouf y Mohamed murieron como resultado de los disparos, mientras que Liber resultó gravemente herido.
Todos los asesinados tenían algo en común: pertenecían a minorías étnicas con gran presencia en el país galo.
Los dos soldados asesinados eran de origen magrebí y el herido era natural de la isla de Guadalupe, lo que en un principio hizo pensar que el asesino podía ser una misma persona y estar vinculado a grupos de extrema derecha.
Violencia en la escuela
Francia y el mundo empezaron a prestar más atención el lunes 19 de marzo, cuando un hombre armado atacó la escuela judía Ozar Hatorah de Toulouse y mató a tres niños de tres, seis y diez años de edad, y a un profesor de 30.
Poco después surgirían informaciones de que la policía había conectado los tres tiroteos y trabajaba sobre la pista de un posible asesino en serie.
Comenzaba así la mayor búsqueda a un fugitivo en la historia reciente de Francia.
El ministro del Interior francés declaró en el momento que no podían "dejar de notarse las similitudes entre los ataques a nuestros soldados de Toulouse y en Montauban y luego el horrible ataque a los niños de esta mañana".
El presidente Nicolas Sarkozy declaró el máximo estado de emergencia en la región, ubicada en el suroeste del país.
Mientras la policía seguía la pista del sospechoso, los cuerpos de los asesinados en la escuela judía eran transportados a Israel, donde se celebraría un emotivo funeral.
Comienza el cerco
Las pesquisas policiales llevaron a la policía francesa a un bloque de viviendas en Toulouse el miércoles por la madrugada.
Las autoridades inmediatamente cercaron la casa en la que creían se encontraba el sospechoso de los ataques, identificado como Mohamed Merah, un francés de origen argelino de 23 años.
Varios correos electrónicos, una moto robada usada en los tres ataques y dos pistolas fueron algunas de las pistas que llevaron a la policía a dar con Merah.
A cuentagotas, las informaciones sobre el sospechoso fueron surgiendo a medida que se sucedían las horas y que la policía intentaba penetrar en la vivienda del pistolero.
Se supo que Merah había estado en Afganistán, que en su adolescencia había sido arrestado hasta 15 veces y que en los últimos años "se había radicalizado".
Aunque en un primer momento Merah señaló que podría rendirse el miércoles por la tarde, la policía declaró posteriormente que el sospechoso no tenía intención de rendirse, y que había incluso declarado que estaba dispuesto a morir "con las armas en la mano".
Mientras tanto, en Jerusalén comenzaba el funeral por las víctimas de la escuela y en Montauban el presidente francés Nicolas Sarkozy asistía al celebrado por los soldados tiroteados el 15 de marzo.
Un violento desenlace
El jueves por la mañana, después de 30 horas de cerco y tras varias en las que no se tenían noticias del sospechoso, la policía tomó la decisión de entrar en la vivienda de Merah.
Tras lanzar granadas y no tener ninguna reacción, los agentes entraron al apartamento por la puerta principal.
Aunque en un principio no había signos de la presencia del pistolero, instantes después los agentes descubrieron que Merah estaba agazapado en el baño, de donde surgió disparando contra los agentes.
Según el ministerio del Interior francés los policías intentaron protegerse pero al final el sospechoso saltó a través de la ventana mientras les disparaba.
Fue encontrado muerto en el suelo. Dos policías resultaron heridos en el enfrentamiento.
El presidente francés Nicolas Sarkozy aseguró el jueves en rueda de prensa que las investigaciones del ministerio del Interior y las actuaciones de la policía habían sido ejemplares.
Diversos sectores de la sociedad francesa ya están sacando sus propias conclusiones sobre el episodio, pero las consecuencias de una de las mayores tragedias de la historia reciente francesa están todavía por verse.