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MORIR DE HAMBRE

Somalia, donde miles de personas mueren diariamente, esconde un drama de dimensiones insospechadas.

12 de octubre de 1992


ADEN ALI BARRE, DE 15 AÑOS, LLEGO AL pueblo de Bardera en la región sur de Somalia, con la vida en un hilo. En su villorrio desierto había dejado a sus padres y a tres hermanos muertos por hambre en su propia casa. El más fuerte de la familia, un robusto muchacho que solía ayudar a sus padres en el pastoreo de su pequeño rebaño de cabras, Aden estaba convertido en un esqueleto cuando oyó que a más de 20 kilometros había llegado comida le tomó casi un día, y cuando llegó al centro de distribución, sus escasas fuerzas flaquearon. Murió antes de poder probar la mezcla W, una papilla diseñada porla ONU para las hambrunas.
Aden es sólo uno de los miles que mueren diariamente en Somalia a causa de la hambruna que azota ese país. Atravesado por una guerra tribal desde enero de 1991 y por una sequía que acabó con las tierras cultivables, el drama de Somalia pasó virtualmente inadvertido por los países desarrollados hasta que el secretario general de la Organización de Naciones Unidas, el egipcio Boutros Boutros-Ghali, puso el grito en el cielo sobre la disparidad de la reacción internacional ante Somalia y sobre la guerra civil de Yogoslavia, a la que llamó "guerra de los ricos".
Pero a medida que los equipos de rescate llegan a las regiones más apartadas, se descubre que lo que se conocía, unos cien mil muertos hasta ahora, era apenas la punta del iceberg.
Las dimensiones del problema hacen que todo esfuerzo resulte insuficiente. A finales de agosto, la Cruz Roja Internacional revisó su estimativo sobre la cantidad de comida que se necesitaría para "salvar a la nación". La cifra previa de 45 mil toneladas mensuales subió a 60 mil, pero al mismo tiempo el organismo internacional reconoció que con todo y el incremento de los aviones aptados por varios países, la meta de llevar 25 mil toneladas parecía aún difícil. La ONU, que ha llevado 40 mil toneladas en este año, y Estados Unidos, que ha incrementado su participación, no ha logrado llenar el vacio.
La operación norteamericana comenzó el 28 de octubre hacia Belet Uet una población que ha sido afectada en forma relativamente menor, y donde tiroteos son menos frecuentes. De han comenzado a extender el cubrimiento a áreas mucho más convulsiodas, como Baidoa. Pero Bardera, pueblo en el que se ha detectado una multitud de al menos 16.000 moribundos, está fuera del alcance de la ayuda.
La razón es política: ese es el centro de operaciones del "general" Mohammed Parrah Aidid, uno de los reyezuelos que combate en el país. Si se envían suministros a ese lugar, resultaría ofendido su principal oponente, el autoproclamado presidente Mohammed Ali Mahdid quien controla la parte norte de la capilal Mogadiscio. La idea es que ninguna de las partes sienta que está siendo perjudicada por las agencias de ayuda. porque ello podría desatar una ola de violenia contra los extranjeros. Pero con cada hora que pasa aumentan las muertes.
Eso ilustra el principal problema que afecta los suministros: la violencia proveniente de los clanes en conflicto.
No sólo se trata de las sospechas de una y otra parte, sino de los grupos de adolescentes que, armados con fusiles AK47 (que se compran en el país a cinco dólares) disparan a diestra y siniestra.
Ese factor tiene virtualmente paralizada la operación terrestre destinada a llegar a los lugares más apartados.
Como dice uno de los voluntarios europeos, "lo que resulta más impresionante es que sabemos que hay miles de lugares en los que no ha llegado ninguna comida, ni hay contacto alguno con el mundo exterior, donde la gente espera la muerte sin la menor esperanza".
Parte de la ayuda será vendida a bajos precios a comerciantes refugiados en Kenya. Esa estrategia está destinada a que ellos regresen al país para revender la comida a precios controlados, con el objetivo último de revivir, así sea en forma incipiente, la economía del país y establecer las bases elementales para que la República supere la crisis.
Pero esa, aunque parezca increible, es una etapa muy posterior. Por lo pronto, de lo que se trata es de salvar vidas, y cada minuto cuenta.